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ladymarjorie

Actrices secundarias

Al rojo vivo

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Grace Zabriskie

Grace Zabriskie

Mildred

Mildred

Actrices secundarias 4

 

A veces no se trata de una gran interpretación. Pero sí de un personaje clave. Pregunten a los hermanos Coen en "Quemar después de leer".

-¿Sí, señor?

-¿Puedes traer tu copia de las finanzas de los Cox?

-Creía que lo tenía en un cd, pero no sé donde está, lo siento. Sacaré otra copia del disco duro.

La primera y tercera frase pertenecen a la secretaria del abogado que tramita el divorcio de los Cox. Previamente hemos visto en la película que ese cd apareció perdido en un vestuario de un gimnasio, y ese cd contenía información fundamental para el chantaje con el que se castiga al sr Cox. Nosotros habíamos deducido que era la sra Cox, la que probablemente fuera clienta de ese gimnasio, pero no, de pronto aparece esa secretaria en la película rebuscando en su bolsa de deporte y lanza esas dos únicas frases fundamentales.

Ni siquiera sé como se llama la actriz.

Actrices secundarias (3)

Secundarias de primera


Gracias a la saga Harry Potter se están luciendo las joyas interpretativas de la corona británica: desde Richard Harris, Maggie Smith, Imelda Staunton, Emma Thompson, Kenneth Brannagh, Gary Oldman, Alan Rickman, John Hurt, Brendan Gleeson, Miranda Richardson, Ralph Fiennes, Julie Walters, Miriam Margolyes, John Cleese, David Thwelis, Michael Gambon, Julie Christie, a Helena Bonham Carter, entre otros. Ya los hubiera querido Robert Altman para su Gosford Park, aunque algunas de estas primeras figuras participaron también en ella. El dicho de que no existen papeles pequeños e imagino que cuantiosos jornales les convierte a todos ellos en actores secundarios del auténtico protagonista que es Potter. Son actores secundarios de primera.
Tener papeles pequeños en esta saga significa dar importancia a esos personajes, dotarles de relevancia gracias al carisma de actores conocidos, cosa que es una ventaja para la película porque el guionista y el director nos están avisando de que “ojo”, éste personaje tiene importancia para el desarrollo de la historia, además, para qué engañarnos: atraen más al público. ¿Le habrían dado el oscar a Judi Dench por hacer ocho minutos en Shakespeare in love sino hubiera sido Judi Dench?
En EEUU, los actores rebajan su caché habitual y se pegan tortas por trabajar en películas de Woody Allen o Robert Altman. El primero ofrece sus clásicos cast por orden alfabéticopara que nadie parezca más que nadie, cosa que yo haría si me apellidara Allen. El segundo puede conseguir en Vidas cruzadas, El juego de Hollywood, A prairie home companion, Cookie’s Fortune, Dr. T y las mujeres o la citada Gosford Park a más estrellas que en los mejores tiempos de la Metro Goldwing Mayer.
Crash es el último ejemplo de cuando a una estrella no le importa hacer de secundario mientras el guión sea bueno y le otorgue prestigio.
Pero la pregunta es ¿en una obra coral, son todos secundarios? ¿era igual de secundaria Joan Crawford que Joan Fontaine en Mujeres?¿Norma Shearer que Paulette Godard? ¿Rosalind Russell que Mary Boland? La respuesta es NO.
Una auténtica actriz secundaria se luce en un papel que no estaba pensado para lucimiento. Estos papeles de los que hoy hablamos son minuciosamente escritos para cada actriz.
Las estrellas son muy listas, sus agentes también. Es cierto que la mayoría de las actrices se quejan de que llegadas a una edad no se les ofrecen papeles interesantes. Meryl Streep, que comenzó de secundaria, no se deja caer los anillos y puede participar en El candidato del miedo, o Adaptation para seguir dando lecciones de interpretación. Se atrevió a ser coprotagonista en Las horas o incluso a hacer cuatro papeles distintos en la miniserie Angels in America.
Glenn Close, otra de las grandes de la actualidad, puede dejarse secundar por Nicole Kidman, formar parte de Nueve vidas o de Mars Attack. Otro tanto les ocurre a Susan Sarandon o Jodie Foster e incluso Julia Roberts , que comenzó a destacar en una obra coral como Magnolias de acero para acabar haciendo Ocean Eleven. Pero a una superstar de moda, como Nicole Kidman en estos momentos, no la vemos, en pleno apogeo, hacer un papel corto, signo de su decaimiento en el trono, de que ya no es la novia de America o de su edad. Ninguna en su apoteosis aceptó ser secundaria y novias de América fueron sin ir más lejos Sandra Bullock, la Roberts, Olivia Newton John, Brooke Shields y un largo etcétera en el que el trono dura menos que un mandato presidencial; el público es caprichoso.
En España tenemos diversos ejemplos de películas corales como Sé infiel y no mires con quien, Los santos inocentes, La comunidad o casi toda la filmografía de Berlanga; Plácido, Paris-Tombuctú, Todos a la cárcel, La Escopeta nacional..., aunque en todos casos hay un protagonista y los secundarios hacen de secundarios. Tal vez el único caso en el que actores protagonistas, en su cumbre, actuaron como coro fue en La Colmena, en el que Maria Luisa Ponte se medía en tiempo y lucimiento con Paco Rabal, o Queta Claver con José Luis López Vazquez. Una delicia de lo que actores con papeles cortos, que no pequeños, pueden llegar a transmitirnos.

Actrices Secundarias (2)

LAS TERCIARIAS

¿Se acuerdan de la señora que decía en Cuando Harry encontró a Sally la más famosa frase de toda la película? Pues la decía ella. ¿Y alguien recuerda como se llama? Es cierto que no era un personaje desarrollado y que formaba parte del elenco de los extras, pero la guionista, en una frase, nos definió un personaje. Secundarias en esa película eran Carrie Fisher o Michelle Nicastro, pero no de Older customer in orgasm scene, que es como se llama el personaje de esa señora, es decir, ni siquiera tiene nombre. Ni tampoco nos importa.

A ella y a otras muchas como ella me refiero en el capítulo anterior como terciarias, porque aunque secundan, no salen en los créditos como secundarias, o , ya saben lo que ocurre, empieza la película, sale el nombre de los protagonistas, luego el de los secundarios, que a veces es más rápido o en letra más pequeña, ves la película y cuando termina, tienes que quedarte a ver los microscópicos y veloces títulos de crédito del final para descubrir en orden que lo que llaman el Cast es enorme, y nos parecía que había como mucho seis o siete personajes.

Una terciaria es una actriz que de no aparecer no cambiaría la historia pero que aporta sustancia al contenido de la escena para enriquecerla. Chus Lampreave, robaescenas, no necesita ser un gran actriz para soltar un par de frases, sobre todo en las películas de Almodóvar, y dar el golpe. Todo el mundo recuerda su breve respuesta como testiga de Jehová en Mujeres al borde de un ataque de nervios, casi nadie los monólogos del antagonista interpretado por Fernando Guillén Cuervo.

Almodóvar es prolífico en crear personajes de terciarias, lo fueron, entre otras, Rossy de Palma en La ley del deseo, lo fue Concha Rabal en Átame haciendo de farmacéutica, las otras dos farmaceuticas de ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, e incluso, su propia madre, Francisca Caballero , como un guiño cinéfilo en casi todas sus películas.

Chus Lampreave, que comenzó de terciaria en El pisito o El verdugo ha tenido la suerte , gracias a la complicidad de un director, de llegar a ser premiada en Cannes; en conjunto, eso sí, nunca le hubieran dado allí un premio por sí misma.

Margaret Dumont aguantó el tipo ante Groucho Marx en muchas de sus películas, Jessie Royce Landis a Alfred Hitchock , Florence Bates, inolvidable Sra Van Hopper en Rebeca y en el triunvirato de las malas de esa película, no recibieron ningún premio a lo largo de su carrera, son ejemplos de algunas actrices de carácter ,nacidas en el siglo XIX que tuvieron la suerte de ser aprovechadas para el cine en el XX, y que mencionaremos en el capítulo correspondiente dedicado a las secundarias con el límite de físico y edad- Marilyn Monroe comenzó de terciaria en Amor en conserva a mayor gloria de los Hermanos Marx, pero su edad y su físico no eran los de la Dumont-. Más suerte tuvo Laura Hope Crews, recordada Tía Pittypat Hamilton de Lo que el viento se llevó, no le dieron premios, pero es de las pocas que tiene una estrella de la fama en el suelo de Hollywood, exactamente en el 6251 Hollywood Boulevard, tal vez, cuando alguien la pise se pregunte quien es.

- ¡Ah! Y la señora que dice aquello de I’ll have what she’s having en Cuando Harry conoció a Sally es Estelle Rainer, como en el caso Almodóvar, madre del director de la película.

Actrices Secundarias (1)

Ser secundaria es ya, de por sí, una falta de reconocimiento, pero ser una secundaria poco reconocida es el colmo, y tantas veces hicieron papeles que a priori alguien puede no recordar como posiblemente sus personajes hicieron más por ellas como actrices, que grandes actrices pudieran ser.

A algunas no las nominaron a los oscars por esos personajes, a veces a nada por toda su carrera, pero se quedaron, para el poco rato que salían en pantalla, un poco más atrás de la retina, formando parte del belén, sin llegar nunca a ser parte del portal, ampliando el tono general y subiendo la categoría de la película.

Esto no suele ocurrir en teatro, es caro llevarse a un actor de gira para decir una sola frase , aunque el teatro siempre jugó mejor sus cartas a la hora de que una intérprete pudiese hacer más de un papel resultando creíble. Pero el teatro es cosa aparte.

Aparecen y desaparecen como el Guadiana, a veces tardan años, lo cual no significa -¿o sí?-, que hayan dejado de trabajar; y de repente nos suenan,recordamos que les vimos en otra película, tal vez haciendo un papel similar. Muy pocos tienen la suerte de poder hacer un protagonista. Y si logran hacerlo, cosa que puede ocurrir por ejemplo en España pero es casi un milagro en EEUU, es porque van a convertirse en antiheroinas de un guión.

En España, hasta ahora, los actores han tenido la suerte de no poseer un star system en firme: se podía pasar de extra a terciario*, de ahí a secundario con frase, a secundario y a protagónico, como dicen allende. O de extra a principal. O de secundario a principal. Incluso los actores y actrices españoles pueden desempeñar de una película a otra un protagonista o un secundario sin rebajar su status profesional.
Decía Pilar Bardem en una entrevista que cada vez que le llegaba un guión, cruzaba los dedos y suplicaba que fuera bueno, porque si era malo también iba a tener que hacerlo.
Verónica Forqué pudo estar el mismo año nominada a la categoría de mejor actriz y de mejor actriz de reparto en los premios de la Academia del Cine Español, y ganar ambos. Imaginen a cualquier actor español reconocido como protagonista o principal y verán como tarde o temprano ha realizado un secundario. Es cierto que el caso de la Forqué se dio en los Premios de la Academia de Hollywood, en 1944, cuando Barry Fitzgerald (¿se acuerda alguien de él?) consiguió doble nominación como actor y actor de reparto por Siguiendo mi camino. ¿Qué ocurrió? Se cambiaron las normas para que nunca más pudiera pasar, y a Fitzgerald le dieron el que les pareció más justo para su categoría ¿adivinan cual?


En EEUU los actores secundarios están mál definidos, la línea que hace que uno pase a ser de actor a estrella está más delimitada que en ningún sitio. Algo han aprendido de los europeos, era inimaginable hace años, en su época dorada, que, por ejemplo Gary Cooper, hiciese un aparición especial en una película, y aunque hay ejemplos de antecedentes como Marlene Dietrich en Sed de mal o La vuelta al mundo en ochenta días, o por poner otros casos que ya analizaremos en su capítulo correspondiente, Buster Keaton- por otros motivos que la Dietrich- en la misma adaptación de Julio Verne o en El crepúsculo de los dioses, los actores europeos han sabido apreciar un buen papel, aunque fuera pequeño, Silvana Mangano sin ir más lejos en Muerte en Venecia y conseguir atraer a actores estadounidenses a hacer papeles a la vieja Europa, caso de Sterling Hayden en Novecento, claro está, siempre analizando el porqué de cada uno.
Actualmente Jack Nicholson puede cobrar doble de sueldo que el protagonista por hacer de secundario en Batman, o también pueda ocurrir que los agentes de Tom Cruise cruzaran los dedos para que no ganase el oscar por su nominación en Magnolia; si hubiese ganado, su caché hubiese descendido, por mucho que se tratase de una película coral. Tampoco se entiende que tras lanzarse a un estrellato instantáneo con Mulholland Drive, la exitosa Naomi Watts, anunciara su insípida colaboración en El asesinato de Richard Nixon, tal vez, en ese caso estuviera comprometida de antemano, la agenda de los actores de Hollywood a veces llevan un periplo de años hasta que tienen vacaciones o puedan escoger un proyecto, pero no siempre ocurre así, en el caso de la actriz australiana aparte de bajar enteros en la bolsa que es el star system, lo que estaría haciendo es robar un papel para una debutante.

Cuando dije que los actores secundarios están mal definidos en EEUU es justamente en el momento en el que quieren reconocerlos por un trabajo. Hay tortas entre las productoras a la hora de decidirse si tal actor tienen más posibilidades de una nominación a algún gran premio como principal o como secundario. Cosa que nosotros en muchos casos ni siquiera pensamos cuando vimos la película, luego vienen los Golden Globes y los Oscars para liarnos:
Emily Blunt secundaria y Meryl Streep protagonista en El diablo se viste de Prada.
Leonardo DiCaprio protagonista y Nicholson en Infiltrados, o vamos más para atrás:
Mary Tyler Moore protagonista y Thimoty Hutton secundario en Gente corriente.
Renée Zellweger protagonista y Catherine Zeta Jones secundaria en Chicago.
Se podrían citar muchos ejemplos de la fijación de las majors por delimitar para hacer sus tácticas con vistas a ganar un premio, a veces se contradicen entre las propias asociaciones o academias, como en el caso de Kristin Scott Thomas protagonista y Juliette Binoche secundaria en El paciente inglés para Oscars y Golden Globes. Ambas secundarias para la National Board of Review de USA , o la Binoche principal para el Festival de Cine de Berlín o la Academia de Cine Europeo.
Nadie se planteó que Thelma saliese más o menos tiempo que Louise, menos mal.
¿Quién acude al cine con cronómetro en mano?