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Libros

El gatopardo de Lampedusa

El gatopardo de Lampedusa

Narciso y Goldmundo de Herman Hesse

Narciso y Goldmundo de Herman Hesse

El nombre de la rosa de Umberto Eco

El nombre de la rosa de Umberto Eco

La inteligencia fracasada de Jose Antonio Marina

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A sangre fría de Truman Capote

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Shakespeare de Bill Bryson

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Expiación de Ian Mac Ewan

Expiación de Ian Mac Ewan

Helada de Thomas Bernhard

Helada de Thomas Bernhard

El testamento francés de Andrei Makine

El testamento francés de Andrei Makine

En alguna zona próxima a las barricadas destruidas, en el corazón de aquel París rebelde donde los adoquines poseían la extraordinaria capacidad de convertirse súbitamente en muros, los soldados fusilaban a los insurrectos. Una ejecución rutinaria, brutal, despiadada. Los hombres se alineaban de espaldas a la pared, contemplaban un instante los cañones de los fusiles que les apuntaban al pecho y alzaban los ojos hacia la ligera carrera de las nubes. Luego caían. Sus compañeros les relevaban frente a los soldados... Entre los condenados se hallaba un golfillo cuya edad hubiera debido inspirar clemencia. Por desgracia, no fue así. El oficial le ordenó que se pusiera en la lista de espera fatal; el niño tenía el mismo derecho a la muerte que los adultos. <¡A ti también vamos a fusilarte!>, masculló el verdugo jefe. Pero un instante antes de dirigirse a la pared, el niño corrió hacia el oficial y le suplicó: <¡Déjeme que le lleve este reloj a mi madre! Vive a dos pasos de aquí, junto a la fuente. ¿Le juro que volveré!> Esta astucia infantil ablandó incluso los endurecidos corazones de la soldadesca. Todos soltaron una risotada, pues la astucia parecía realmente demasiado ingenua. El oficial, riéndose a carcajadas, profirió: . Y siguieron partiéndose de risa mientras cargaban los fusiles. De repente, enmudecieron. El niño reapareció y,.acercándose a la pared, junto a los adultos, gritó: <¡Aquí estoy!>.

La piedra lunar, de Wilkie Collins

La piedra lunar, de Wilkie Collins

Hollywood Babilonia

Hollywood Babilonia

Horizontes perdidos, de James Hilton

Horizontes perdidos, de James Hilton

Yo tenía este libro, en esta edición.

El archipielago Gulag de Alexander Solzhenitsyn

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Las cenizas de Angela, de Frank MacCourt

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El barón rampante, de Italo Calvino

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La montaña mágica de Thomas Mann

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La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca

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La vida instrucciones de uso, de Georges Perec

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El amante, de Marguerite Duras

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Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago

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