Actrices Secundarias (1)
Ser secundaria es ya, de por sí, una falta de reconocimiento, pero ser una secundaria poco reconocida es el colmo, y tantas veces hicieron papeles que a priori alguien puede no recordar como posiblemente sus personajes hicieron más por ellas como actrices, que grandes actrices pudieran ser.
A algunas no las nominaron a los oscars por esos personajes, a veces a nada por toda su carrera, pero se quedaron, para el poco rato que salían en pantalla, un poco más atrás de la retina, formando parte del belén, sin llegar nunca a ser parte del portal, ampliando el tono general y subiendo la categoría de la película.
Esto no suele ocurrir en teatro, es caro llevarse a un actor de gira para decir una sola frase , aunque el teatro siempre jugó mejor sus cartas a la hora de que una intérprete pudiese hacer más de un papel resultando creíble. Pero el teatro es cosa aparte.
Aparecen y desaparecen como el Guadiana, a veces tardan años, lo cual no significa -¿o sí?-, que hayan dejado de trabajar; y de repente nos suenan,recordamos que les vimos en otra película, tal vez haciendo un papel similar. Muy pocos tienen la suerte de poder hacer un protagonista. Y si logran hacerlo, cosa que puede ocurrir por ejemplo en España pero es casi un milagro en EEUU, es porque van a convertirse en antiheroinas de un guión.
En España, hasta ahora, los actores han tenido la suerte de no poseer un star system en firme: se podía pasar de extra a terciario*, de ahí a secundario con frase, a secundario y a protagónico, como dicen allende. O de extra a principal. O de secundario a principal. Incluso los actores y actrices españoles pueden desempeñar de una película a otra un protagonista o un secundario sin rebajar su status profesional.
Decía Pilar Bardem en una entrevista que cada vez que le llegaba un guión, cruzaba los dedos y suplicaba que fuera bueno, porque si era malo también iba a tener que hacerlo.
Verónica Forqué pudo estar el mismo año nominada a la categoría de mejor actriz y de mejor actriz de reparto en los premios de la Academia del Cine Español, y ganar ambos. Imaginen a cualquier actor español reconocido como protagonista o principal y verán como tarde o temprano ha realizado un secundario. Es cierto que el caso de la Forqué se dio en los Premios de la Academia de Hollywood, en 1944, cuando Barry Fitzgerald (¿se acuerda alguien de él?) consiguió doble nominación como actor y actor de reparto por Siguiendo mi camino. ¿Qué ocurrió? Se cambiaron las normas para que nunca más pudiera pasar, y a Fitzgerald le dieron el que les pareció más justo para su categoría ¿adivinan cual?
En EEUU los actores secundarios están mál definidos, la línea que hace que uno pase a ser de actor a estrella está más delimitada que en ningún sitio. Algo han aprendido de los europeos, era inimaginable hace años, en su época dorada, que, por ejemplo Gary Cooper, hiciese un aparición especial en una película, y aunque hay ejemplos de antecedentes como Marlene Dietrich en Sed de mal o La vuelta al mundo en ochenta días, o por poner otros casos que ya analizaremos en su capítulo correspondiente, Buster Keaton- por otros motivos que la Dietrich- en la misma adaptación de Julio Verne o en El crepúsculo de los dioses, los actores europeos han sabido apreciar un buen papel, aunque fuera pequeño, Silvana Mangano sin ir más lejos en Muerte en Venecia y conseguir atraer a actores estadounidenses a hacer papeles a la vieja Europa, caso de Sterling Hayden en Novecento, claro está, siempre analizando el porqué de cada uno.
Actualmente Jack Nicholson puede cobrar doble de sueldo que el protagonista por hacer de secundario en Batman, o también pueda ocurrir que los agentes de Tom Cruise cruzaran los dedos para que no ganase el oscar por su nominación en Magnolia; si hubiese ganado, su caché hubiese descendido, por mucho que se tratase de una película coral. Tampoco se entiende que tras lanzarse a un estrellato instantáneo con Mulholland Drive, la exitosa Naomi Watts, anunciara su insípida colaboración en El asesinato de Richard Nixon, tal vez, en ese caso estuviera comprometida de antemano, la agenda de los actores de Hollywood a veces llevan un periplo de años hasta que tienen vacaciones o puedan escoger un proyecto, pero no siempre ocurre así, en el caso de la actriz australiana aparte de bajar enteros en la bolsa que es el star system, lo que estaría haciendo es robar un papel para una debutante.
Cuando dije que los actores secundarios están mal definidos en EEUU es justamente en el momento en el que quieren reconocerlos por un trabajo. Hay tortas entre las productoras a la hora de decidirse si tal actor tienen más posibilidades de una nominación a algún gran premio como principal o como secundario. Cosa que nosotros en muchos casos ni siquiera pensamos cuando vimos la película, luego vienen los Golden Globes y los Oscars para liarnos:
Emily Blunt secundaria y Meryl Streep protagonista en El diablo se viste de Prada.
Leonardo DiCaprio protagonista y Nicholson en Infiltrados, o vamos más para atrás:
Mary Tyler Moore protagonista y Thimoty Hutton secundario en Gente corriente.
Renée Zellweger protagonista y Catherine Zeta Jones secundaria en Chicago.
Se podrían citar muchos ejemplos de la fijación de las majors por delimitar para hacer sus tácticas con vistas a ganar un premio, a veces se contradicen entre las propias asociaciones o academias, como en el caso de Kristin Scott Thomas protagonista y Juliette Binoche secundaria en El paciente inglés para Oscars y Golden Globes. Ambas secundarias para la National Board of Review de USA , o la Binoche principal para el Festival de Cine de Berlín o la Academia de Cine Europeo.
Nadie se planteó que Thelma saliese más o menos tiempo que Louise, menos mal.
¿Quién acude al cine con cronómetro en mano?
A algunas no las nominaron a los oscars por esos personajes, a veces a nada por toda su carrera, pero se quedaron, para el poco rato que salían en pantalla, un poco más atrás de la retina, formando parte del belén, sin llegar nunca a ser parte del portal, ampliando el tono general y subiendo la categoría de la película.
Esto no suele ocurrir en teatro, es caro llevarse a un actor de gira para decir una sola frase , aunque el teatro siempre jugó mejor sus cartas a la hora de que una intérprete pudiese hacer más de un papel resultando creíble. Pero el teatro es cosa aparte.
Aparecen y desaparecen como el Guadiana, a veces tardan años, lo cual no significa -¿o sí?-, que hayan dejado de trabajar; y de repente nos suenan,recordamos que les vimos en otra película, tal vez haciendo un papel similar. Muy pocos tienen la suerte de poder hacer un protagonista. Y si logran hacerlo, cosa que puede ocurrir por ejemplo en España pero es casi un milagro en EEUU, es porque van a convertirse en antiheroinas de un guión.
En España, hasta ahora, los actores han tenido la suerte de no poseer un star system en firme: se podía pasar de extra a terciario*, de ahí a secundario con frase, a secundario y a protagónico, como dicen allende. O de extra a principal. O de secundario a principal. Incluso los actores y actrices españoles pueden desempeñar de una película a otra un protagonista o un secundario sin rebajar su status profesional.
Decía Pilar Bardem en una entrevista que cada vez que le llegaba un guión, cruzaba los dedos y suplicaba que fuera bueno, porque si era malo también iba a tener que hacerlo.
Verónica Forqué pudo estar el mismo año nominada a la categoría de mejor actriz y de mejor actriz de reparto en los premios de la Academia del Cine Español, y ganar ambos. Imaginen a cualquier actor español reconocido como protagonista o principal y verán como tarde o temprano ha realizado un secundario. Es cierto que el caso de la Forqué se dio en los Premios de la Academia de Hollywood, en 1944, cuando Barry Fitzgerald (¿se acuerda alguien de él?) consiguió doble nominación como actor y actor de reparto por Siguiendo mi camino. ¿Qué ocurrió? Se cambiaron las normas para que nunca más pudiera pasar, y a Fitzgerald le dieron el que les pareció más justo para su categoría ¿adivinan cual?
En EEUU los actores secundarios están mál definidos, la línea que hace que uno pase a ser de actor a estrella está más delimitada que en ningún sitio. Algo han aprendido de los europeos, era inimaginable hace años, en su época dorada, que, por ejemplo Gary Cooper, hiciese un aparición especial en una película, y aunque hay ejemplos de antecedentes como Marlene Dietrich en Sed de mal o La vuelta al mundo en ochenta días, o por poner otros casos que ya analizaremos en su capítulo correspondiente, Buster Keaton- por otros motivos que la Dietrich- en la misma adaptación de Julio Verne o en El crepúsculo de los dioses, los actores europeos han sabido apreciar un buen papel, aunque fuera pequeño, Silvana Mangano sin ir más lejos en Muerte en Venecia y conseguir atraer a actores estadounidenses a hacer papeles a la vieja Europa, caso de Sterling Hayden en Novecento, claro está, siempre analizando el porqué de cada uno.
Actualmente Jack Nicholson puede cobrar doble de sueldo que el protagonista por hacer de secundario en Batman, o también pueda ocurrir que los agentes de Tom Cruise cruzaran los dedos para que no ganase el oscar por su nominación en Magnolia; si hubiese ganado, su caché hubiese descendido, por mucho que se tratase de una película coral. Tampoco se entiende que tras lanzarse a un estrellato instantáneo con Mulholland Drive, la exitosa Naomi Watts, anunciara su insípida colaboración en El asesinato de Richard Nixon, tal vez, en ese caso estuviera comprometida de antemano, la agenda de los actores de Hollywood a veces llevan un periplo de años hasta que tienen vacaciones o puedan escoger un proyecto, pero no siempre ocurre así, en el caso de la actriz australiana aparte de bajar enteros en la bolsa que es el star system, lo que estaría haciendo es robar un papel para una debutante.
Cuando dije que los actores secundarios están mal definidos en EEUU es justamente en el momento en el que quieren reconocerlos por un trabajo. Hay tortas entre las productoras a la hora de decidirse si tal actor tienen más posibilidades de una nominación a algún gran premio como principal o como secundario. Cosa que nosotros en muchos casos ni siquiera pensamos cuando vimos la película, luego vienen los Golden Globes y los Oscars para liarnos:
Emily Blunt secundaria y Meryl Streep protagonista en El diablo se viste de Prada.
Leonardo DiCaprio protagonista y Nicholson en Infiltrados, o vamos más para atrás:
Mary Tyler Moore protagonista y Thimoty Hutton secundario en Gente corriente.
Renée Zellweger protagonista y Catherine Zeta Jones secundaria en Chicago.
Se podrían citar muchos ejemplos de la fijación de las majors por delimitar para hacer sus tácticas con vistas a ganar un premio, a veces se contradicen entre las propias asociaciones o academias, como en el caso de Kristin Scott Thomas protagonista y Juliette Binoche secundaria en El paciente inglés para Oscars y Golden Globes. Ambas secundarias para la National Board of Review de USA , o la Binoche principal para el Festival de Cine de Berlín o la Academia de Cine Europeo.
Nadie se planteó que Thelma saliese más o menos tiempo que Louise, menos mal.
¿Quién acude al cine con cronómetro en mano?
0 comentarios