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ladymarjorie

Actrices Secundarias (2)

LAS TERCIARIAS

¿Se acuerdan de la señora que decía en Cuando Harry encontró a Sally la más famosa frase de toda la película? Pues la decía ella. ¿Y alguien recuerda como se llama? Es cierto que no era un personaje desarrollado y que formaba parte del elenco de los extras, pero la guionista, en una frase, nos definió un personaje. Secundarias en esa película eran Carrie Fisher o Michelle Nicastro, pero no de Older customer in orgasm scene, que es como se llama el personaje de esa señora, es decir, ni siquiera tiene nombre. Ni tampoco nos importa.

A ella y a otras muchas como ella me refiero en el capítulo anterior como terciarias, porque aunque secundan, no salen en los créditos como secundarias, o , ya saben lo que ocurre, empieza la película, sale el nombre de los protagonistas, luego el de los secundarios, que a veces es más rápido o en letra más pequeña, ves la película y cuando termina, tienes que quedarte a ver los microscópicos y veloces títulos de crédito del final para descubrir en orden que lo que llaman el Cast es enorme, y nos parecía que había como mucho seis o siete personajes.

Una terciaria es una actriz que de no aparecer no cambiaría la historia pero que aporta sustancia al contenido de la escena para enriquecerla. Chus Lampreave, robaescenas, no necesita ser un gran actriz para soltar un par de frases, sobre todo en las películas de Almodóvar, y dar el golpe. Todo el mundo recuerda su breve respuesta como testiga de Jehová en Mujeres al borde de un ataque de nervios, casi nadie los monólogos del antagonista interpretado por Fernando Guillén Cuervo.

Almodóvar es prolífico en crear personajes de terciarias, lo fueron, entre otras, Rossy de Palma en La ley del deseo, lo fue Concha Rabal en Átame haciendo de farmacéutica, las otras dos farmaceuticas de ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, e incluso, su propia madre, Francisca Caballero , como un guiño cinéfilo en casi todas sus películas.

Chus Lampreave, que comenzó de terciaria en El pisito o El verdugo ha tenido la suerte , gracias a la complicidad de un director, de llegar a ser premiada en Cannes; en conjunto, eso sí, nunca le hubieran dado allí un premio por sí misma.

Margaret Dumont aguantó el tipo ante Groucho Marx en muchas de sus películas, Jessie Royce Landis a Alfred Hitchock , Florence Bates, inolvidable Sra Van Hopper en Rebeca y en el triunvirato de las malas de esa película, no recibieron ningún premio a lo largo de su carrera, son ejemplos de algunas actrices de carácter ,nacidas en el siglo XIX que tuvieron la suerte de ser aprovechadas para el cine en el XX, y que mencionaremos en el capítulo correspondiente dedicado a las secundarias con el límite de físico y edad- Marilyn Monroe comenzó de terciaria en Amor en conserva a mayor gloria de los Hermanos Marx, pero su edad y su físico no eran los de la Dumont-. Más suerte tuvo Laura Hope Crews, recordada Tía Pittypat Hamilton de Lo que el viento se llevó, no le dieron premios, pero es de las pocas que tiene una estrella de la fama en el suelo de Hollywood, exactamente en el 6251 Hollywood Boulevard, tal vez, cuando alguien la pise se pregunte quien es.

- ¡Ah! Y la señora que dice aquello de I’ll have what she’s having en Cuando Harry conoció a Sally es Estelle Rainer, como en el caso Almodóvar, madre del director de la película.

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