Fue Jill Munroe, la rubísima "Angel de Charlie", de melena deslumbrante y sonrisa embaucadora, en la primera temporada de la mítica serie de televisión de los 70. Rápidamente voló de la serie, dejando el "poster" más vendido de la historia como "souvenir" para el recuerdo. Hubo más ángeles, pero ninguno como ella. Intentó que se la tomara en serio como actriz, cosa que no acabó de conseguir, en cine, teatro y televisión, y no paró de trabajar, pero sin la repercusión de antaño. Volvió en los 90, desempolvando su maduro y reconstruido esplendor, en las paginas centrales de Playboy, pese a los retoques, ya no era la misma, aunque todavía iba sobrada de poderío. Un extraño cáncer nos la llevo prematuramente. Ni en los peores momentos perdió la sonrisa, y cuando la "quimio" fulminó su mítica melena, lució más guapa que nunca. Ninguna otra estrella representa los años setenta como ella. ¡¡Irrepetible!!
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Yo -
Intentó que se la tomara en serio como actriz, cosa que no acabó de conseguir, en cine, teatro y televisión, y no paró de trabajar, pero sin la repercusión de antaño.
Volvió en los 90, desempolvando su maduro y reconstruido esplendor, en las paginas centrales de Playboy, pese a los retoques, ya no era la misma, aunque todavía iba sobrada de poderío.
Un extraño cáncer nos la llevo prematuramente. Ni en los peores momentos perdió la sonrisa, y cuando la "quimio" fulminó su mítica melena, lució más guapa que nunca.
Ninguna otra estrella representa los años setenta como ella.
¡¡Irrepetible!!