Dicen
 
								
				
				
En el mismo punto y hora/ que acabó con Pepe Mora,/ doña Aurora  sobre el pelo/ no se puso ni una flor,/ y su patio de cal pura/ un  convento de clausura/ y una cárcel con cerrojos/ para el luto de su  amor.// Dicen, dicen que lleva un velo sobre el semblante,/  dicen, dicen que si habla sola de madrugá,/ dicen, dicen que en sus  ojazos como diamantes,/ brilla una luz extraña de oscuriá./ Y Sevilla a  todas horas/ canta, canta, mire usted,/ que está blanca doña Aurora lo mismito que el papel./ Dicen, dicen que llora y llora por su querer.//  Se ha casao Pepe Mora,/ y al momento doña Aurora,/ sus vestíos de  esponsales/ desentierra del arcón,/ y de novia y con mantilla,/ por las  calles de Sevilla,/ va una pena pregonando/ que ha perdío la razón.// Dicen,  dicen que eran dos ascuas sus ojos moros,/ dicen, dicen que con un aire  de majestad,/ dicen, dicen que fue repartiendo monedas de oro/ de una  punta a otra de la ciudad./ Y a su paso los chiquillos para burla de su  amor,/ Le tiraban papelillos y a puñados el arroz./ Dicen, dicen que era  una pena ver su dolor.
 
       
		
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