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Adelphopoiesis, la unión entre dos personas del mismo sexo durante la Edad Media

Bodas de semejanza: matrimonios gays en la Edad Media

La postura de la Iglesia católica ante el matrimonio entre personas del mismo sexo es bien conocida: el único enlace bendecido por Dios es el que tiene lugar entre hombre y mujer, el amor entre iguales es contra natura. Pero este dogma no siempre ha sido así: durante la Edad Media se oficiaron en las iglesias cristianas las llamadas “bodas de semejanza”, enlaces “de hermandad” entre dos hombres y, menos frecuentemente, dos mujeres. 

El rito de enlace entre cristianos del mismo sexo se conocían como “Adephopoiesis” (del griego “hacer hermanos”), según descubrió el historiador John Boswell en su famoso y controvertido libro ‘Cristiandad, tolerancia y homosexualidad’ (1980) y desarrolló en ‘Las bodas de semejanza’ (1994). El rito fue habitual en múltiples iglesias cristianas del Mediterráneo oriental durante la Edad Media e inicios de la Edad Moderna, según Boswell. La iglesia ortodoxa reconoce la existencia de estas ceremonias pero niega cualquier connotación sexual en estos enlaces: se trata de “una hermandad”, no de un matrimonio gay.

El rito de hermandad tenía lugar en una iglesia pero no cuenta con un sacerdote como oficiante, sino que son los dos contrayentes los que se juraban sobre un altar y lo anunciaban a la comunidad en la puerta de la iglesia. Pero más allá del juramento, el enterramiento común de los “hermanos” daba legitimidad religiosa al “parentesco artificial”. En cementerios británicos se encuentran decenas de tumbas del Medioevo en las que descansan hombres juntos y en cuyas lápidas pueden leerse inscripciones jurándose amor eterno.

Una de las primeras parejas homosexuales bendecidas por la Adephopoiesis habrían sido los mártires cristianos del siglo IV Sergio y Baco, martirizados y ejecutados por el emperador Maximiliano cuando se descubrió que eran cristianos. Sergio y Baco suelen representarse como cabalgando juntos como soldados con Jesús tras ellos. Siete siglos después encontramos un caso documentado de un enlace entre dos hombres en la Galicia del siglo XI: Pedro Díaz y Muño Vandilazen.

En el imaginario popular, la Edad Media es una etapa de oscuridad e intolerancia en Europa, pero los historiadores ponen en entredicho esta percepción. La Alta Edad Media fue una época bastante tolerante, de coexistencia pacífica entre católicos, judíos o arrianos, y en la que “los gays vivían tranquilamente entre la población general” e incluso “alcanzaban posiciones de preeminencia y poder”, escribe Bosswell. La intolerancia respecto a las minorías no empieza hasta el siglo XIII, y está relacionado con el surgimiento del poder absoluto. Fue probablemente la sociedad y la política las que acabaron arrastrando a la Iglesia a su rechazo hacia la homosexualidad, especula el historiador de la Universidad de Yale.

La homosexualidad es tan antigua como la sexualidad, por más que se empeñen en lo contrario algunos cavernícolas del siglo XXI. Pueblos de todo el mundo, desde Escandinavia a China, pasando por los indios americanos han bendecido las uniones de hermandad entre personas del mismo sexo. Incluso hoy, las iglesias anglicana y luterana celebran matrimonios de gays y lesbianas, desmarcándose de las obcecadas consignas del Vaticano al respecto.

Visto en Yorokobu

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