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Abismo

Abismo


La cara oculta de la sabiduría la constituyen todos los manuscritos de la antigüedad que se han perdido, los cuentos que fueron narrados de viva voz en las plazas orientales y las melodías creadas por millones de pastores con una flauta de caña junto con las canciones que también se disolvieron en el aire, las danzas que ni siquiera quedaron grabadas en las vasijas o en los frisos de los templos. Sólo una pequeña parte de la creación del mundo clásico se ha salvado, pero existe un vaso oscuro de la memoria colectiva donde se guardan las cenizas de la biblioteca de Alejandría, los papiros que se pudrieron bajo las aguas del Nilo, los versos que Safo no pudo terminar, otro teorema grabado por Pitágoras en las letrinas de Éfeso, que el tiempo ha hecho indescifrable y parte de las enseñanzas de Sócrates que Platón no recordó.

Ser sabio consiste en navegar ese mar desconocido, imaginar el tesoro que la historia ha sumergido y rescatar del fondo del abismo, cada uno por su cuenta y riesgo, una parte de ese tesoro que no existe. La cultura desaparecida no está en las cátedras ni en las tribunas ni en los libros, sino en las palabras de las gentes sencillas. Cuando oigas a un marinero o a un campesino decir cosas salidas directamente de su pensamiento sin adherencia alguna, no debe admirarte que hablen con tanto rigor sin haber leído nunca nada, puesto que en su mente fluye con naturalidad la sabiduría que sólo han leído en el aire. Desde el fondo de los tiempos, pasando por el corazón de todos los mortales ya muertos, llegan por el aire cánticos insonoros, versos rotos en mil pedazos, cuentos de lobos o de hadas, alfombras mágicas invisibles, aforismos de filósofos anónimos, que las gentes sencillas respiran y los aposentan en su carne.

De no ser así, no se explica que un marinero analfabeto sentado en la borda de su barca te cuente un naufragio con la misma cadencia de los hexámetros de Virgilio. O que un campesino se mueva con la azada entre los cuatro elementos, la tierra, el fuego, el aire y el agua, que según los presocráticos componen la naturaleza y haga con ellos unos pimientos, tomates, calabazas y melocotones con los que se puede coronar las cimas

más altas del espíritu humano.

Manuel Vicent

El País

El absurdo origen del arte

por VALENTÍN ROMA


BLASFEMIA 2: MANOS

Dicen aquellos que saben que quien verdaderamente torea en la tauromaquia no es el torero sino el miedo; que en la escritura escribe el silencio y no el autor; que en el boxeo pelea la resistencia, no el púgil y, por último, que en la pintura quien pinta, antes que el artista, es el espacio vacío del cuadro.

Sin duda este argumento posee un gran potencial poético, aunque llama la atención que las cuatro disciplinas a las que se refiere sólo tengan en común una cosa: todas ellas se hacen con las manos.

¿Podríamos decir entonces, dándole la vuelta a las teorías de los expertos, que un modo rápido y fiable para medir la eficacia de estos territorios es, simplemente, observar en qué punto se inhiben las manos del torero, las del escritor, las del boxeador, y las del pintor, es decir, cuándo todas esas manos se quedan quietas?

Seguramente sí, al menos desde el ámbito evanescente de la lírica, aunque tengo mis dudas al imaginar qué pasaría al trasladar esta parábola hacia el ámbito de lo real. En cualquier caso a quién le importa la molesta y enredada realidad, sobre todo después de haber comprobado cuan tranquilos viven los conceptos dentro del placebo de lo indemostrable, hasta que llega alguien inoportuno, apelando al sentido común, y se empeña, nunca se sabe porqué, en certificar qué tienen esas mismas ideas de poco etéreo, qué nos dicen realmente.

Sea como fuera, no es éste el lugar donde deshacer semejantes entuertos, que cada cual se agarre a lo que más le convenga, unos a la poesía y otros a la exactitud, pues en ninguno de los dos sitios se está del todo satisfecho e íntegramente apaciguado. Pensar tiene este tipo de contrapartidas y sentir ya no digamos. Por eso, en lugar de explorar qué cosas dejan de hacer las manos, tal vez será mejor recorrer qué es aquello que realizan e, incluso, algo más interesante: cómo la mano se ve a sí misma.

Pondré unos cuántos ejemplos.

Después de visitar la cueva de Chauvet, John Berger escribió que el nacimiento del arte fue, probablemente, una mezcla indeterminada de extravagancia y atribulación. Por supuesto, se trata de otra idea impalpable, aunque en este caso Berger no la pensó en la soledad de su estudio, oteando una biblioteca interminable de libros, al lado de una ventana por donde acaso se colaba esa claridad matutina que tanto gusta a los escritores y que les hace decir cosas solemnes, extraordinarias e irrebatibles. Y es que Berger intuyó el origen absurdo del arte estando de cuclillas, mientras gateaba por la famosa gruta de Chauvet con una lámpara de keroseno, parado ante la impronta granate de una mano pintada sobre la roca viva, hace 32.000 años.

BergerimagesAl menos eso es lo que el escritor inglés nos cuenta en su libro Sobre el dibujo, donde también habla de Vincent Van Gogh, Antoine Watteau y Martin Nöel, entre otros. No obstante, siendo éste un ensayo que recrea la delicadeza de un buen número de manos afanadas en el arduo y difícil arte de dibujar, y siendo éste, también, uno de esos textos característicos de John Berger, donde en el fondo no se explica nada concreto y todo fluye –por decirlo gaseosamente– hacia la búsqueda de una volátil sonoridad ambiental, me parece que el mejor escrito sobre esa idea de la mano que dibuja y, en general, sobre el poder de la mano, lo proporciona, paradójicamente, una fotografía, una imagen un tanto prosaica en la que aparece el artista Juan Muñoz también en cuclillas, pero no ante una pintura de época auriñaciense, sino delante de tres cubiletes de trilero, el del medio con una bolita blanca en su interior.

Viendo esta foto algunos dirán que el momento punzante de ella son los cubiletes y, más aún, la paradoja de que éstos sean transparentes. Por el contrario, otros plantearán que esa absurdidad naïf del engaño desvelándose tiene mucho de extravagancia y un poco de atribulación, igual que el nacimiento del arte. Habrá sólo unos pocos que recordarán la leyenda pícara que siempre acompañó a Juan Muñoz. Yo, sin embargo, prefiero fijarme en las manos abiertas del artista un poco movidas de foco, enmarcando los tres vasos y como diciendo “esto es lo que es”, quizás planteando, igual que el torero, el escritor, el boxeador y el pintor, que en el arte del trile, quien engaña no es el trilero sino la propia transparencia, pues ya se sabe que si hay algo auténticamente falso es la nitidez.

TapiesimagesAntoni Tàpies, uno de los pintores que más utilizó las manos en sus cuadros, decía, citando a Eudald Serra, que el primer autorretrato realizado por los hombres era la huella del pie de un australopithecus sobre el barro seco, vista por éste dos días después de haberla ejecutado.

Puede parecer que ya estamos aquí con otra idea vaporosa, aunque en el fondo creo que Tàpies y Eudald Serra hablaban de algo más complejo que la mano o el pie, que el fango o la tierra firme: pienso que ambos se referían a lo accidental que resulta cualquier autorretrato, a la extrañeza que éste alimenta.

En el arte hay pocas cosas más difíciles de explicar que ese impulso por el cual los artistas desatienden todo aquello que les rodea para mirarse a sí mismos. Porque delante de un autorretrato nunca acabamos de comprender, nunca sabemos si los artistas tomaron su cara como un tema fácil e inmediato o, por el contrario, si pretendían sobrepasar la vanidad y el pudor en busca de algo diferente.

Más allá de ejemplos concretos, existe una desproporción entre la condescendencia con la cual observamos los autorretratos y el brío emocional, incluso la brutalidad, que se le supone a un artista por el simple hecho de estar representándose. Tal vez eso explicaría porqué, cuando nos situamos delante del rostro de un artista, casi nunca hablamos de la calidad de la piel, de la disposición de los dientes o del bigote. En su lugar, en lugar de describir la materia física que allí aparece, uno suele referirse a la hondura metafísica, al paso del tiempo, a la culpa o a la arrogancia, ideas, todas ellas, bien etéreas, conceptos, todos éstos, que podrían narrar cualquier cara y cualquier personalidad, pues son nociones tan genéricas como los augurios del horóscopo.

BurucuauntitledPero volviendo a la mano querría recordar dos ejemplos que amplían todo lo que hemos dicho hasta el momento: uno es el Diadumenos de Policleto, que según José Emilio Burucúa cumple exhaustivamente con los criterios que identifican una obra maestra, a pesar de que en su estado actual dicha estatua carece de manos; el otro es The Invisible Hand of the Market de Hans Haacke, un cartel donde no aparece una mano sino un guante, uno de esos guantes blancos irrisorios, poco aristocráticos, que recuerdan a los personajes de los dibujos animados o los magos de provincias, un guante que bien podría llevar Juan Muñoz en la fotografía que antes he mencionado, la de los cubiletes de trilero transparentes.

Desde hace aproximadamente doscientos años, concretamente desde que Hegel escribió la Fenomenología del espíritu y Adam Smith publicó La riqueza de las naciones, la pregunta sobre qué factores hacen eterna una obra de arte se enmarca dentro de un horizonte que ya no puede eludir la contribución de la economía. Así, la mano invisible del mercado –el conocido término del filósofo escocés– es también el brazo ejecutor de la estética, dedos que al señalar protegen contra las garras del tiempo, dedos que viajan a través del valor y de su densidad poética: dedos, en definitiva, que cuentan dinero.

Llegamos aquí a otro tema insondable que, sin embargo, tiene unas raíces cronológicas muy precisas. Se trata del reverso del progreso, de la aparición de normas, reglas y taxonomías a partir de las cuales se ordenan las narraciones del arte y de la economía, así como los parámetros que rigen la vida concreta de los individuos. Permitidme traer a colación un acontecimiento que puede parecer rocambolesco desde un punto de vista historiográfico, aunque pienso explica perfectamente ese furor legislativo de finales del siglo XVIII. Se trata de la aparición del fútbol, que también surgió en los mismos colegios británicos donde se impartía la doctrina liberal del sentido común promovida por Adam Smith, en las mismas aulas donde la belleza clásica de Hegel era venerada.

HansimagesCAD852WUPorque el balompié nació un poco a la manera del capitalismo, es decir, como un intento de unificar diversos regímenes deportivos que poseían sus propias reglas específicas. Así, los tres conceptos claves en el origen del fútbol fueron el propio dibujo del campo, que acotaba el espacio físico de juego, facilitando la contemplación pasiva; el tiempo de desarrollo, que organizó los ritmos de la contienda y permitió regular los grados de suspense y, por último, la aparición del árbitro, quien segregaba a todo aquel que infringiese cualquier código previamente establecido.

Un territorio definido, un tiempo estricto y un vigilante aleccionado: ¿no es esto la descripción de un museo? ¿no se aparece aquí una radiografía exacta del espacio público? ¿no vemos, en estas tres categorías, cierto autorretrato del Capital, como le gusta decir a Agustín García Calvo?

PasolinifutbolimagesCAZ4VJ9ICuentan que hubo un partido de fútbol legendario que enfrentó a los participantes en la película Saló contra los actores y técnicos de Novecento.  Este enfrentamiento se saldó con el resultado de 5 a 2 a favor de las hordas de Bernardo Bertolucci, quien igual que Robert de Niro y Gérard Depardieu observaron el match desde la grada. Quien sí participó fue Pier Paolo Pasolini, que abandonó el terreno de juego antes de tiempo, blasfemando contra sus compañeros.

El arte apareció como una mezcla de extravagancia y atribulación, pero el fútbol condensa, según Pasolini, la cursilería de los hombres, sus íntimas necesidades épicas y unas dosis importantes de ira. Es ésta una maravillosa definición para una disciplina que se hace con los pies, en la que no pueden intervenir las manos.

Adelphopoiesis, la unión entre dos personas del mismo sexo durante la Edad Media

Bodas de semejanza: matrimonios gays en la Edad Media

La postura de la Iglesia católica ante el matrimonio entre personas del mismo sexo es bien conocida: el único enlace bendecido por Dios es el que tiene lugar entre hombre y mujer, el amor entre iguales es contra natura. Pero este dogma no siempre ha sido así: durante la Edad Media se oficiaron en las iglesias cristianas las llamadas “bodas de semejanza”, enlaces “de hermandad” entre dos hombres y, menos frecuentemente, dos mujeres. 

El rito de enlace entre cristianos del mismo sexo se conocían como “Adephopoiesis” (del griego “hacer hermanos”), según descubrió el historiador John Boswell en su famoso y controvertido libro ‘Cristiandad, tolerancia y homosexualidad’ (1980) y desarrolló en ‘Las bodas de semejanza’ (1994). El rito fue habitual en múltiples iglesias cristianas del Mediterráneo oriental durante la Edad Media e inicios de la Edad Moderna, según Boswell. La iglesia ortodoxa reconoce la existencia de estas ceremonias pero niega cualquier connotación sexual en estos enlaces: se trata de “una hermandad”, no de un matrimonio gay.

El rito de hermandad tenía lugar en una iglesia pero no cuenta con un sacerdote como oficiante, sino que son los dos contrayentes los que se juraban sobre un altar y lo anunciaban a la comunidad en la puerta de la iglesia. Pero más allá del juramento, el enterramiento común de los “hermanos” daba legitimidad religiosa al “parentesco artificial”. En cementerios británicos se encuentran decenas de tumbas del Medioevo en las que descansan hombres juntos y en cuyas lápidas pueden leerse inscripciones jurándose amor eterno.

Una de las primeras parejas homosexuales bendecidas por la Adephopoiesis habrían sido los mártires cristianos del siglo IV Sergio y Baco, martirizados y ejecutados por el emperador Maximiliano cuando se descubrió que eran cristianos. Sergio y Baco suelen representarse como cabalgando juntos como soldados con Jesús tras ellos. Siete siglos después encontramos un caso documentado de un enlace entre dos hombres en la Galicia del siglo XI: Pedro Díaz y Muño Vandilazen.

En el imaginario popular, la Edad Media es una etapa de oscuridad e intolerancia en Europa, pero los historiadores ponen en entredicho esta percepción. La Alta Edad Media fue una época bastante tolerante, de coexistencia pacífica entre católicos, judíos o arrianos, y en la que “los gays vivían tranquilamente entre la población general” e incluso “alcanzaban posiciones de preeminencia y poder”, escribe Bosswell. La intolerancia respecto a las minorías no empieza hasta el siglo XIII, y está relacionado con el surgimiento del poder absoluto. Fue probablemente la sociedad y la política las que acabaron arrastrando a la Iglesia a su rechazo hacia la homosexualidad, especula el historiador de la Universidad de Yale.

La homosexualidad es tan antigua como la sexualidad, por más que se empeñen en lo contrario algunos cavernícolas del siglo XXI. Pueblos de todo el mundo, desde Escandinavia a China, pasando por los indios americanos han bendecido las uniones de hermandad entre personas del mismo sexo. Incluso hoy, las iglesias anglicana y luterana celebran matrimonios de gays y lesbianas, desmarcándose de las obcecadas consignas del Vaticano al respecto.

Visto en Yorokobu

LA MIEL

LA MIEL

Las ABEJAS producen la MIEL, pero solamente lo hacen las OBRERAS, que son las que construyen la colmena, los panales, traen el polen y el néctar de las flores, elaboran la miel, alimentan a las larvas, limpian la colmena, la ventilan agitando las alas y la defienden si la atacan. Viven de 4 a 6 semanas. Para unir los panales en la colmena las Obreras utilizan LAMINILLAS de CERA.
Las Abejas preparan la MIEL liberando el néctar de las flores. En el BUCHE lo transportan a la Colmena y lo eliminan en una Celda. Otras abejas lo absorben, a su vez, y lo vuelven a eliminar. Esta operación la repiten centenares de abejas, hasta que el néctar, transformado en MIEL, alcanza la concentración definitiva. Además de la Cera y de la Miel, las abejas preparan con sustancias resinosas que extraen de las plantas, una especie de cemento llamado PROPOLEO. Con el Propóleo fijan los panales en la colmena y componen las paredes de ésta cuando se destruyen.

Los ZÁNGANOS realizan la función de COMER y a intervenir en el Vuelo Nupcial.

La REINA tiene la función de PROCREAR, es decir poner huevos para originar nuevas Abejas. Es fecundada en el llamado VUELO NUPCIAL, que realiza al salir por primera vez de la colmena. Asciende volando verticalmente seguida por los Zánganos, hasta que uno la alcanza y la fecunda. Luego retorna a la Colmena y cuando no son fecundadas totalmente, suelen repetir el Vuelo Nupcial. Por eso una Reina puede en 2 vuelos distintos, ser fecundada por 2 Zánganos diferentes. La Reina pone HUEVOS y ÓVULOS, es decir ÓVULOS FECUNDADOS, por las gametas masculinas y ÓVULOS sin fecundar. De los Óvulos fecundados, nacen las OBRERAS y de los Óvulos sin fecundar o partenogenéticos, nacen los ZÁNGANOS. Esta doble postura se debe a caracteres especiales de los Órganos genitales de la Reina. La postura de óvulos sin fecundar se denomina Partenogénesis o Reproducción Virginal. La Partenogénesis de las Abejas es FACULTATIVA, ya que tiene la facultad de poner una u otra clase de óvulos. En épocas propicias, una buena Reina puede poner hasta 2.500 huevos diarios. La vida de la Reina dura de 3 a 4 años. De los huevos puestos en las Celdillas nacen las larvas. Las Reinas originadas por las larvas de las celdillas reales, quedan encerradas en las Celdillas y tapadas con laminillas de cera, hasta que las Obreras consideren oportuno liberarlas. Las larvas pasan por el estado NINFAL, antes de convertirse en Abejas.

 

La miel es un fluido dulce y viscoso producido por las abejas a partir del néctar de las flores o de secreciones de partes vivas de plantas o de excreciones de insectos chupadores de plantas. Las abejas lo recogen, transforman y combinan con substancias propias y lo almacenan en los panales donde madura. además la miel es una secreción que fue consumida anteriormente por estas.

La técnica que involucra la extracción de miel de los panales de la colmena es conocida como apicultura.

Las características físicas, químicas y organolépticas de la miel vienen determinados por el tipo de néctar que recogen las abejas.


Tiene usos:


Terapéuticos


Tiene muchas propiedades terapéuticas (Havsteen 2002). Se puede usar externamente debido a sus propiedades antimicrobianas y antisépticas. Así, la miel ayuda a cicatrizar y a prevenir infecciones en heridas o quemaduras superficiales. También es utilizada en cosmética (cremas, máscarillas de limpieza facial, tónicos, etcétera) debido a sus cualidades astringentes y suavizantes.

La miel también se emplea en la medicina tradicional. Es un excelente conservante natural. Sin embargo, no siempre es saludable. Debido a que procede de flores silvestres, hay algunos momentos y lugares en los que la miel producida por las abejas es altamente tóxica. Los rododendros y azaleas producen un néctar altamente venenoso para los humanos, aunque inofensivo para las abejas, que producen así una miel mortífera. En algunas regiones del mundo las colmenas se vacían inmediatamente después de la temporada de flores, eliminando cualquier residuo para evitar envenenamientos accidentales. Existen historias del uso de miel venenosa como arma de guerra en la antigüedad, pero no son corroborables. Dicha miel venenosa es muy difícil de encontrar. La forma de la flor de azalea hace que a las abejas le resulte difícil acceder al néctar, y en la época en la que florecen hay casi siempre otras flores más atractivas para las abejas.

Debido a su contenido de azúcares simples, de asimilación rápida, la miel es altamente calórica (cerca de 3,4 kcal/g), por lo que es útil como fuente de energía.

La miel no se echa a perder, es altamente perdurable, no caduca. Gracias a su alta concentración de azúcar, mata a las bacterias por lisis osmótica. Las levaduras aerotransportadas no pueden prosperar en la miel debido a la baja humedad que contiene. Los traslados de cuerpos humanos en la antigüedad se hacían sumergidos en miel; por ejemplo Alejandro Magno fue trasladado desde Babilonia hasta Alejandría en Egipto en el 323 a. C. y el de Agesilao II, rey de Esparta, desde Egipto hasta su ciudad natal en el 360 a. C., utilizándose miel para evitar la descomposición. El efecto preservante de la miel se debe a su baja concentración de agua y es idéntico al que permite la prolongada conservación de los dulces y de las frutas en almíbar donde el alto contenido en azúcar disminuye el contenido de agua.

Las abejas añaden ademas una enzima llamada GLUCOSA OXIDASA. cuando la miel es aplicada sobre las heridas esta enzima produce la liberaciòn local de PEROXIDO DE HIDROGENO.


Gastronómicos:


La miel se usa principalmente en la cocina y la pastelería, como acompañamiento del pan o las tostadas (especialmente, en desayunos y meriendas) y como aditivo de diversas bebidas tales como el té. Al ser rica en azúcares como la fructosa, la miel es higroscópica (absorbe humedad del aire), por lo que el añadir una pequeña cantidad a panes y pasteles hace que éstos endurezcan más lentamente. La miel virgen también contiene enzimas que ayudan a su digestión, así como diversas vitaminas y antioxidantes. Por esto suele recomendarse el consumo de la miel a temperaturas no superiores a 60°C, pues a mayor temperatura empieza a perder propiedades beneficiosas al volatilizarse algunos de estos elementos.

Casi todos los veganos evitan tomar miel, pues técnicamente es un producto de procedencia animal.

La miel es el ingrediente principal de la hidromiel, que es producida a partir de la miel y el agua, que también es conocida como «vino de miel».

Origen de la palabra manola

Es por Semana Santa, cuando vemos a muchas señoritas vestidas elegantemente de negro con mantilla y peineta en las procesiones (no todas, ¿eh?..... que algunas en vez de ir de luto detrás del Cristo, con sus excesivos adornos , pasadas cien vueltas de maquillaje y atuendo minifaldero más parece que van a la verbena de la Paloma...).
Se las llama "Manolas" y representan a las mujeres de luto que lloran la muerte y celebran la resurrección de Cristo;dependiendo de la fecha, lo hacen con mantilla negra --Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo-- o con mantilla blanca o cruda --Domingo de Resurrección--.

En el siglo XX , la mantilla usada como prenda cotidiana para pasear por las tardes, se fue desarraigando de las costumbres femeninas. Únicamente en el primer tercio del siglo las mujeres utilizaban para ir a misa pequeñas mantillas, conocidas por toquitas y de media luna. De esta manera, el uso de la mantilla fue quedando relegado a ciertas conmemoraciones y actos, y muy especialmente para la Semana Santa.
El Término "Manolo":
Manolo es el hipocorístico de Manuel, y desde finales del siglo XVIII, por un famoso sainete de Ramón de la Cruz (1769) se utiliza como sinónimo de guapo, valiente o chulo, los rasgos con los que se identificaba a las clases populares madrileñas, de un modo equivalente al concepto de majo (para las mujeres, manola y maja) y en relación con los de chulapo y chispero.
Manolos y majos goyescos
Son los personajes que inmortalizaron los cuadros de escenas populares de Goya, sobre todo sus series de cartones para tapices (La maja y los embozados, La cometa), o las famosas La maja desnuda y La maja vestida (aunque la personalidad de la retratada es objeto de debate). El casticismo de la aristocracia española la hacía imitar el vestuario y la pose de los "manolos", de forma que es habitual que Goya también pintase a nobles con ropa similar. De una forma más trágica, también pueden reconocerse "manolos" o "majos" en los personajes que aparecen en Dos de mayo de 1808 y en Los fusilamientos del tres de mayo.
Simultáneamente (y con evidentes resultados de integración social, véase Pan y Toros) se desarrolló el toreo a pie, que convertía en héroes y sacaba de la pobreza a estos personajes populares (antes se prefería el toreo a caballo, reservado a la nobleza), con lo que el traje llamado "goyesco" (redecilla para el pelo en ambos sexos, corpiño ajustado y escotado, pañuelo, mangas con farol y falda de vuelo con mandil para las mujeres; y pañuelo al cuello, chaquetilla, calzón hasta las rodillas y medias para los hombres) inmortalizado en la serie de grabados Tauromaquia, pasó a ser el de los toreros, evolucionando durante el siglo XIX al actual traje de luces.
Hay que recordar que el protagonismo de las masas en la historia española, y muy concretamente en Madrid, empieza a ser percibido desde el motín de Esquilache (1766), y más adelante se hace evidente la Guerra de Independencia Española (1808). Lo ambivalente de ese protagonismo es también el de la figura del "manolo", al que puede entenderse tanto como un epíteto admirativo como despectivo, según la intención del que lo use. Desde un punto de vista ilustrado, podría considerarse como el resumen de todos los vicios de un pueblo sumido en el atraso. Desde un punto de vista casticista, de las virtudes de la raza española. La postura de Goya es mucho más compleja, y toma parte de ambas.
Manolos y chulapos
Existió por algún tiempo la rivalidad entre manolos y manolas, nombres asignados a los habitantes del barrio de Lavapiés (lo que tendría su origen en la profusión del nombre Manuel, con el que se dice que se bautizaron muchos judeoconversos, aunque en otras fuentes se asocia esta costumbre con los moriscos), y los chulapos y chulapas, nombres asignados a los del barrio de Malasaña o de Maravillas. Hoy en día se suelen emplear cualquiera de los términos indistintamente (no así el de majo o maja, que se reserva al traje goyesco) para referirse a la gente vestida con el atuendo "tradicional" madrileño, fijado por las zarzuelas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX (por ejemplo en La verbena de la Paloma) chaquetilla o chaleco con clavel en la solapa, pantalones oscuros y ajustados, gorra negra a cuadros, botines y pañuelo blanco al cuello y ellas con pañuelo a la cabeza con clavel rojo o blanco, blusa blanca y ajustada con falda de lunares o vestido típico de lunares hasta los pies y Mantón de Manila
http://es.wikipedia.org/wiki/Chulapo
Conclusión:, los manolos/as vivían en el barrio de Lavapiés, que en un tiempo fue el barrio judío de Madrid , y parece ser que entre los judíos que se convertían al cristianismo un buen número adoptaba como nombre cristiano el de Manuel, así que por derivación .....los castizos madrileños les llamaban “manolos”. Con lo que si unimos este nombre, no tan despectivo por tanto como pueda parecer hoy en día, a la costumbre de vestir mantilla en actos religiosos, pues nos encontramos con nuestras actuales “manolas”. Algo asi......

Historia y uso de la mantilla. Origen. Evolución.


Aunque el origen no es del todo bien conocido, se cree que los primeros velos y mantos que utilizaban las mujeres como adorno y como prenda de abrigo, son el origen de las primeras mantillas conocidas; fueron utilizadas, principalmente, como piezas ornamentales en el vestuario de la mujer.La evolución de esta prenda estuvo marcada por factores sociales, religiosos e incluso climáticos. Estos últimos eran visibles, en el tipo de tejido utilizado para su confección. En la zona norte se utilizaban tejidos tupidos con una finalidad clara: servir de abrigo. En la zona sur, se utilizaban tejidos con fines meramente ornamentales, como la seda. En ambos casos, podían ir finamente ornamentadas, las de "fiesta" que se lucían en ocasiones señaladas, o sencillamente adornadas, las de "diario". Los primeros usos de la mantilla, se dieron entre el pueblo. No eran utilizadas por las altas clases sociales o aristocracia. Eran utilizadas, mas a modo de manto de abrigo que como prenda ornamental, sin hacer uso de la peineta.A principios del siglo XVII, comienza un evolución de la mantilla dejando paso a una pieza más ornamental en el vestuario femenino, al sustituir, poco a poco, el paño por los encajes. Poco a poco, empieza a extenderse el uso de esta prenda como ornamento, aunque habría que esperar hasta bien entrado el siglo XVIII para que la mantilla empiece a ser utilizadas por las clases más altas. La reina Isabel II (1.833-1.868), muy aficionada al uso de tocados y diademas, empieza a popularizar el uso de la mantilla, costumbre que pronto adoptan las mujeres más cercanas a ella. Las damas cortesanas y de altos estratos sociales, comienzan a utilizar esta prenda en diversos actos sociales, lo que contribuye, en gran medida, a darle un aire distinguido, tal y como ha llegado a nuestros días (aunque su uso es muy limitado y poco generalizado).Su uso, tiene un claro retroceso, a la muerte de la soberana, aunque mantiene un cierto arraigo en el centro y sur de la península. Como podemos ver, se mantiene su uso, en lugares donde la utilización no tiene nada ver como prenda de abrigo sino meramente ornamental. Aun hoy en día perdura esta costumbre y es más fácil ver mantillas en el centro o sur de nuestro país que en la zona norte.El reducido uso de la mantilla en épocas siguientes al reinado de Isabel II, tiene ,entre otros motivos, su origen en el uso de otras costumbres que imponían los nuevos monarcas. Un hecho reseñable, es el conocido como "la conspiración de las mantillas". Un forma de protesta de las mujeres españolas frente a las nuevas costumbres extranjeras que parecían querer imponer Amadeo I rey de España (Amadeo de Saboya 1845-1890) y su esposa Maria Victoria. (Se manifestaron por las calles de Madrid llevando en lugar de sombreros, mantillas y peinetas).
Amadeo I renunció al trono de España al cabo de poco tiempo (tres años aproximadamente), debido a la "ingobernabilidad" de los españoles.A finales del siglo XIX y principios del XX, la mantilla deja de ser una prenda de uso "cotidiano" en eventos, y empieza su declive. Tan solo se conserva, una pequeña "mantilla" que suelen utilizar la señoras en la iglesia, a la que se la conocía como "toquilla" (pañuelo, generalmente triangular, que se ponen las mujeres en a cabeza). Podemos indicar que se trata de una versión "reducida" de la mantilla, que se viste sin peineta.Actualmente, la mantilla se puede ver, casi de forma exclusiva, en los toros, la Semana Santa y en las bodas. No es fácil verla en otros eventos o ceremonias. Y hablando de ceremonias, vamos a ver como "vestir" la mantilla.



Mi madre, de mantilla en el "besamanos" de Lici..... Y mis niñas y yo que tambien tenemos.......
Que nos la regaló ella.
Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua la mantilla es: Prenda de seda, blonda, lana u otro tejido, adornado a veces con tul o encaje, que usan las mujeres para cubrirse la cabeza y los hombros en fiestas o actos solemnes.
La mantilla es una prenda que se luce en muchos tipos de actos. La podemos ver en bodas, celebraciones taurinas, procesiones de Semana Santa, entierros y funerales, etc. Por lo tanto podemos decir que es una prenda todo terreno.
Ahora bien, la mantilla tienes sus reglas y sus componentes:
1. El largo de la mantilla. Cada mantilla debe contar con el largo adecuado a la persona que la viste. Por la parte delantera tiene que llegar a la altura de las manos y por la parte trasera tiene que llegar hasta unos dedos por debajo de la cadera. Nunca debe ser más larga que la falda que vista. Para evitar el "vuelo" de la mantilla, es conveniente sujetarla al vestido de forma discreta (generalmente por los hombros).
2. El color de la mantilla. De forma general, aunque luego no se cumplan estas pautas, las mantillas de color se utilizan para fiestas, celebraciones y ceremonias no luctuosas. La de color negro para ceremonias luctuosas, funerales y celebraciones que impliquen un cierto recogimiento (como la Semana Santa). Ahora bien, existen algunas publicaciones en las que se indica que la mantilla blanca es la que lucen las mujeres solteras y la negra las mujeres casadas (al menos en las bodas y celebraciones festivas).
3. El tejido: Aunque las opciones son múltiples, los tejidos más utilizados son:
a) Blonda: es un tipo de encaje de seda, caracterizado por la utilización de grandes motivos, sobre todo florales, que se realizan en seda más brillante que el resto de la mantilla (que se suele realizar en seda mate, para hacer resaltar más los bordados). Tiene una característica muy peculiar, que son las ondulaciones de sus bordes, al que algunos autores han denominado "puntas de castañuelas" por su similitud con estas.
b) Chantilly: como su nombre indica, utilizan un tejido proveniente de esta ciudad francesa, ligero y elegante. Al igual que el resto de las mantillas, suele estar profusamente bordado de diversos motivos.
c) Tul: es un tejido delgado y transparente, de seda, hilo o algodón, y podemos decir que el tachado de más "corriente" para las mantillas. Suelen utilizarse a modo de imitación de las mantillas de blonda y chantilly. Son las conocidas mantillas de encaje.
4. La peineta. Según el diccionario de la Real Academia Española de la lengua la peineta es: Peine convexo que usan las mujeres por adorno o para asegurar el peinado. La peineta es el complemento indispensable para lucir de forma elegante la mantilla. Hay que elegir una peineta acorde a nuestra altura y la de nuestro acompañante. Aunque las hay de muchos tipos de material, una de las mejores son las de carey. Las peinetas altas son más difíciles de llevar que las cortas o bajas.



Vestir la mantilla.
La mantilla, como hemos dicho anteriormente, debe contar con el largo adecuado a nuestra altura y debe colocarse bien centrada y "equilibrada". Decimos esto porque es poco elegante (incluso feo) ver esas mantillas t orcidas que dan la impresión de un poco de dejadez. Dicen los estilistas, que un truco para hacer una buena sujeción y con suficiente "holgura", es ladear la cabeza al lado izquierdo, y sujetar la mantilla del hombro derecho y viceversa (ladear la cabeza hacia la derecha y sujetar la mantilla en el hombro izquierdo).
En cuanto a la peineta debe elegirse una de tamaño adecuado a nuestro tamaño y el de la mantilla, y ajustarla bien al moño, cubriéndola de forma correcta con la mantilla y bien centrada. La mantilla debe cubrir bien la peineta y estar "equilibrada", es decir, tener la misma caída por ambos lados.
Para las bodas: Si la boda es durante el día (hasta media tarde) se debe lucir con traje corto o tipo cóctel (un poco por debajo de la media rodilla). Si la boda es de tarde-noche, se deberá vestir con traje de noche (vestido largo). Un detalle a tener en cuenta es que, principalmente, se viste en ceremonias religiosas (por lo tanto en bodas civiles es mejor no decantarnos por este vestuario) y ceremonias de cierta etiqueta, cuando se viste de chaqué o de gala. Según marca la tradición, la mantilla blanca o marfíl, solo la visten las solteras, y la mantilla negra, queda reservada para las casadas (aunque como muchas otras costumbres o tradiciones, no es muy tomada en cuenta). El conjunto se puede acompañar de alguna flor.
Para lo funerales: Debe ser negra, lucirse con vestido corto y siempre sin peineta (aunque apenas se cumpla esta norma). En actos de este tipo se debe prescindir de la peineta y lucir la mantilla a modo de velo. Nada de flores para complementar el conjunto, ni joyas o bisutería de colores. Las clásicas perlas son el mejor complemento. O complementos de plata antigua.
Para la Semana Santa: Hay que vestir mantilla negra, con peineta y vestido negro, corto. Es una muestra de recogimiento, mas que de luto. Complementos, pocos y sobrios. Nada de flores o notas de color en el vestuario. Joyas de azabache y plata, son el mejor complemento. Hasta el Viernes Santo, la mantilla puede ir retirada hacia atrás dejando lucir el pelo (un poco más que el flequillo). El Viernes Santo y hasta el Domingo de Resurrección la mantilla debe tapar todo nuestro pelo colgando hasta la frente.
Para los toros: Que sería de una tarde de toros sin el tendido plagado de mantillas. La mantilla blanca y de madroños es típica para ir a los toros, decían algunos libros de la época. Los toros son uno de los lugares donde actualmente se pueden ver más mantillas. Una mantilla blanca, un traje corto y un abanico en la mano, es la estampa tradicional para una tarde de toros.
Otros actos, eventos y ceremonias: La mantilla se debe lucir con el vestido apropiado a la ocasión (corto de día, largo por la noche), con los complementos adecuados (sobrios para ocasiones luctuosas y más coloristas para celebraciones festivas).
Como curiosidad diremos que por una dispensa Papal solamente las Reinas de España y Portugal pueden lucir mantilla blanca ante el Papa; y como en Portugal no hay monarquía regente, teóricamente, solo la reina de España estaría en disposición de vestir mantilla blanca ante el Papa. Por alguna razón, que desconocemos, el resto de las reinas de Europa han "asimilado" este derecho y visten de mantilla blanca ante el Papa. En ningún momento a lo largo de la historia, se conoce dispensa alguna o ley donde se conceda este derecho al resto de reinas europeas.

La banda sagrada de Tebas

La banda sagrada de Tebas
Eran 150 parejas de amantes hombres convocadas por el comandante tebano Gorgidas para formar la sagrada banda de tebas. También se les conocía como la banda de amantes, eran hombres-soldados que en teoría lucharían más y mejor ante la mirada de sus amantes y que no los abandonarían en la batalla, hecho que probaron. Pelópidas los tomó como su guardia personal al ver su arrojo y valentía. existieron durante 33 años, hasta ser derrotada por los macedonios en 380 AdC en la batalla de charona. Supuestamente cuando Filipo vió los hombres muertos junto a sus amantes habría llorado.

Alrededor del 300 aC, la ciudad de Tebas erigió un gigantesco león de piedra sobre un pedestal en el cementerio de la Banda Sagrada. Fue destruido y restaurado en el siglo 20. Aunque Plutarco afirmó que los tres centenares de guerreros de la banda murió ese día, la excavación del cementerio en el monumento del León en 1890 solo fueron descubiertos 254 esqueletos, dispuestos en siete filas.

 
Hay antecedentes de bandas similares en Cartago, Astarte y Baal.

Rafael Santandreu

Rafael Santandreu

El psicólogo clínico Rafael Santandreu es el autor de ‘El arte de no amargarse la vida’, un libro que aborda la tendencia natural del hombre actual a convertirse en un desgraciado. Después de años de experiencia como terapeuta ha llegado a la conclusión de que todos los trastornos mentales se engloban en uno solo, lo que él ha bautizado como ‘terribilitis’ o la tendencia a calificar como “terribles” adversidades que no lo son. A su juicio, tampoco ayudan las creencias irracionales que la sociedad toma como dogmas y que en gran medida son las causantes de la debilidad emocional que impide a una persona ser feliz.

Santandreu no es partidario de los libros de autoayuda. Incluso califica de “perversos” ‘bestsellers’ como ‘El Secreto’. De la escuela de la psicología cognitiva, ha sido profesor de la Universidad Ramón Llull y formador en el Colegio de Médicos de Barcelona. También trabajó en Italia en el Centro di Terapia Strategica de Arezzo.

¿Por qué hay tantas personas amargadas sin motivo?

Hay varias razones, pero la fundamental es que ahora hay más oportunidades que nunca, más opciones. Cuando al ser humano se le dan muchas oportunidades activa una trampa mental que consiste en convertir simples deseos en necesidades imperiosas. Por ejemplo, convertimos el deseo legítimo “me gustaría tener pareja e hijos” en “¡necesito tener pareja e hijos porque de lo contrario seré una maldita desgraciada!”.

¿Entonces es mejor no tener oportunidades?

Tener muchas opciones es bueno, pero conviene controlar esa tendencia natural a la ‘necesititis’. En la actualidad, todos tenemos muchas opciones, podemos ir muy rápido, como un Ferrari... pero conviene ponerle frenos y volante. Ese control mental o emocional nos lo proporciona la educación filosófica, psicológica o simplemente educación en valores.

¿Existen personas más propensas que otras a amargarse la vida?

Sí. En algunos casos, pocos, existe cierta propensión genética a la neurosis, pero es una influencia que se puede variar mediante educación psicológica.

¿No cree que hay una saturación de obras de autoayuda en el mercado? ¿Qué tiene su libro [El arte de no amargarse la vida] que no tengan los demás?

A mí no me gustan los libros de autoayuda. El 95% no son más que colecciones de palabras bonitas sin efectividad. ‘El arte de no amargarse la vida’ se basa en la psicología más científica. Existen más de 2.000 estudios publicados en revistas especializadas que avalan su eficacia. Mi psicología se llama ‘terapia cognitiva’ o ‘terapia racional’. Es la racionalidad aplicada al mundo emocional.

¿Por qué dice que el ‘bestseller’ ‘El Secreto’ es un libro perverso?

Porque difunde la idea supersticiosa de que ‘si deseo mucho algo, lo conseguiré’. Eso no es verdad, así de simple. Además, esa creencia produce neurosis. Las anoréxicas o bulímicas son dos ejemplos de desear algo en demasía y conseguir resultados perversos. En esta vida hay que desear con moderación. Si a eso le añades adquirir las habilidades necesarias y trabajo, a veces consigues lo que deseas y a veces no. Esa es la única verdad, y es muy bueno ser consciente de ello para no frustrarse.

Usted es de la escuela de la psicología cognitiva, ¿en qué consiste exactamente?

Consiste en profundizar en eso que ya decía el filósofo Epictecto: “No nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos decimos acerca de lo que nos sucede”. Si aprendes a controlar tu diálogo interno, las cosas te afectan mucho menos. Te liberas de la tiranía de tus propias emociones exageradas. Si necesitas poco, siempre estás satisfecho.

Usted simplifica todos los diagnósticos en uno: la ‘terribilitis’. ¿No es un poco reduccionista?

Sé por mi experiencia de terapeuta que todos los trastornos son ‘terribilitis’: la tendencia a calificar como ‘terribles’ adversidades que no lo son. El ansioso se dice todo el tiempo cosas como: “Si me despiden del trabajo será terrible”. El deprimido: “Me han despedido, ¡qué desgracia!”. La anoréxica: “Si no consigo la delgadez, no valgo nada”. El hiperceloso: “Si me pone los cuernos, ¡no lo podré soportar!”... Es siempre lo mismo, pero con diferentes fijaciones.

¿Qué diferencia a una persona fuerte de una débil emocionalmente? ¿La genética, la infancia, el carácter?

Un poco de todo, pero especialmente su propia fantasía. A medida que crecemos somos nosotros los que hacemos determinada lectura de lo que nos sucede. Esa lectura va componiendo la filosofía interna. Por ejemplo, veo a un indigente y puedo decirme a mí mismo: “Uy, eso es terrible. Yo no podría vivir así”. Esa creencia te la has creado tú solito. Te influye el entorno pero eres tú el dueño de tu mente.

Pone como ejemplo al físico Stephen Hawking y al actor Christopher Reeve, ¿qué es lo que podemos aprender de ellos?

Los dos son unos campeones de la salud mental. Yo analizo su filosofía, lo que se dicen a ellos mismos frente a cada adversidad. Hawking, que lleva 40 años sin poderse mover ni hablar, se dice: “Quejarse es inútil y una pérdida de tiempo. No lo pienso hacer”. Las personas aprendemos mucho por modelaje, es decir, fijándonos en modelos. Por eso, a partir de sus biografías y declaraciones, describo en mi libro su manera de pensar.

En el libro, enumera las 10 creencias irracionales que tomamos como ciertas y que, a su juicio, causan la mayor parte de los problemas emocionales de la sociedad. ¿Quién las ’pone’ en nuestro cerebro y cómo podemos librarnos de ellas?

Hay millones de creencias irracionales que nos hacen débiles a nivel emocional, como “necesito a alguien que me ame para ser feliz”. Nos influye la sociedad. Por ejemplo, las canciones de amor son lo más neurótico del mundo. Pero el dueño de tu mente eres tú. ¡Cambia esas ideas! ¡Convéncete con argumentos! El objetivo es llegar a creer: “Me gustaría tener pareja, pero si no lo hago, aún podré ser muy feliz”. Crearte necesidades imperiosas sólo te hace débil, porque si no las satisfaces, te haces desgraciado a ti mismo.

Usted dice que necesitamos muy poco para estar bien, ¿es la sociedad de consumo y del bienestar la que nos hace estar peor?

La sociedad de mercado contribuye un poco a la neurosis colectiva, pero el grueso del problema es la tendencia natural del ser humano a crear necesidades a partir de deseos. Es un fallo de nuestra mente para el que necesitamos educación racional.

Asegura que todo el mundo puede cambiar y que muchos de sus pacientes lo consiguen en pocos meses. ¿En qué consiste exactamente su terapia?

La gran mayoría lo consigue. Mi terapia consiste en hacerles cambiar el chip. En que vean el mundo de otra forma: ¡sin preocuparse! Es algo parecido al proceso que experimenta una persona que sufre un grave accidente pero sobrevive. Muchas veces dicen: “Después de eso, cambié el chip. Me tomo la vida de otra forma”. Se trata de hacer eso con una lluvia de argumentos y con mucho esfuerzo por cambiar creencias personales.

Explica que el dolor emocional se debe a que vivimos en una "fantasía" creada por nuestra cabeza. ¿Quiere decir que nos montamos ‘películas’ para hacernos sufrir?

Exacto. Hay un término italiano que lo explica bien: cuando estamos neuróticos somos ‘ilusos delusos’, ilusos desilusionados. Creamos un mundo perfecto en la cabeza y nos deprimimos si no se hace realidad. Nos tenemos que dar cuenta de que las cosas están bastante bien como están. Podrían mejorar, sí, pero no es necesario: relax.

¿Los españoles se toman la vida más a la tremenda, es decir, somos más dados al drama emocional?

No. Seguimos la pauta de los demás países industrializados. En España hay actualmente la friolera de entre un 25% y un 30% de malestar emocional. Casi una de cada tres personas está mal. Es más o menos igual en todo el primer mundo.

Para disminuir la ansiedad recomienda pensar a menudo en la muerte, ¿eso es terapia de choque, no?

Para nada. El problema es que actualmente vivimos en lo que yo llamo ‘ficción de la inmortalidad’. No nos gusta la muerte y la hemos apartado de la ecuación de la vida. Ya no matamos a nuestros animales, no enterramos a nuestros muertos con nuestras manos, hemos apartado los cementerios de las ciudades. Eso no es normal. Tenemos que aceptar la muerte y convivir con ella. Eso hará que volvamos un poco más a la cordura porque la realidad de la muerte es el mejor desestresante del mundo. Si comprendes que vas a morir muy pronto, ¡a qué viene tanta preocupación por nimiedades!

 

Rocío Galván

Cabañas para pensar.

La exposición itinerante Cabañas para pensar (en el Centro José Guerrero, Granada) y el libro del mismo título en Maia Ediciones, analiza una serie de ejemplos de “arquitecturas íntimas”. A través de ensayos y fotografías se revisitan las cabañas donde pensaron Ludwig Wittgenstein, Martin Heidegger, Gustav Mahler, T. E. Lawrence o Dylan Thomas. Y se recuerda, obviamente, el paroxismo representado por la historia del Walden, obra cumbre de la literatura universal, en la que Henry David Thoreau (1817-1862) se aleja del mundanal ruido para "vivir deliberadamente" en los bosques de Concord (Massachussets). Son lugares donde lo superfluo no tiene cabida.

Réplica de la cabaña de Thoreau.

“Uno admira la decisión —reversible, como se encarga de avisar continuamente el escritor—, de Thoreau de pasar al acto. Creo que es esto, justamente, lo que nos interesaba del tema de las cabañas”, explica el doctor en filosofía Alberto Ruíz de Samaniego (A Coruña, 1966), uno de los tres artífices de este proyecto, junto al diseñador Alfredo Olmedo y el artista Eduardo Outeiro. “No somos hippies, ni siquiera ecologistas, más bien nos intrigaba y nos resultaba tremendamente aleccionador ese corte radical con la comunidad y el medio, con la inmediación típica y el gremialismo, el corporativismo y todos los seguidismos de nuestra época”.

La reconstrucción a escala 1:1 de la cabaña por antonomasia, sirve para crear un hilo finísimo y hermoso que une el Walden como texto y libro, con el Walden como morada virtual de una vida ¿auténtica?. Con ella, se recuperan las ideas de Henry David Thoreau precisamente ahora, cuando las circunstancias han hecho cobrar fuerza sus sugerencias de hace 150 años: “Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentarme solo a los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que la vida tenía que enseñar, y para no descubrir, cuando tuviera que morir, que no había vivido”. Muchos asocian esta frase a la película generacional dirigida por Peter Weir en 1989, El club de los poetas muertos. En este intenso melodrama, unos estudiantes de un elitista colegio de Nueva Inglaterra (la patria de Thoreau) descubren el significado de la vida a través de un club de poesía. Las sesiones de sus —secretas y crepusculares— reuniones tienen lugar tras la lectura de ese párrafo.

“Más que valiente por tomar la decisión de alejarme de todo, fui algo loco", Ramiro Pinilla.

Hoy, de repente, la vuelta a la sencillez, al consumir menos y pensar más, propuestas del economista y pensador E. F. Schumacher, cobran un nuevo sentido: se reviste de realidad y pierde el aura utópico. El Informe sobre problemas relacionados con la adicción al consumo, hábitos personales de compra y sobreendeudamiento, coordinado por la Comisión Europea, revela que uno de cada tres europeos compra más de lo que necesita. El consumo, base de nuestro sistema económico, no encuentra ahora un campo favorable en el que seguir creciendo. Y es ahí donde radica el origen de nuevas filosofías sociales o de la actualización de algunas otras. Porque la renuncia forzosa a muchas cosas materiales está propiciando que la gente reflexione sobre lo prescindible y el derroche.“Es un hecho, desde luego. Aparece una reivindicación de ‘la austeridad bien entendida’, es decir, prescindir de lo superfluo en el comportamiento económico personal e incluso empresarial y público”, dice Emilio Ontiveros (Ciudad Real, 1958), Presidente de Analistas Financieros Internacionales.

Visionario y moderno

En pleno siglo XXI y lejos de la ficción del cine, parece que son muchos los que están siendo iluminados por Thoreau, quien durante dos años se trasladó a vivir en la cabaña que él mismo había construido, en busca de una independencia intelectual, para ganarse la vida con la honradez de su trabajo. “El objetivo principal de nuestro sistema industrial no es que la humanidad esté bien y honestamente vestida, sino indudablemente, que las corporaciones se enriquezcan (…). Hay mayor preocupación por vestir ropa de temporada, al menos limpia y sin remendar, que por tener la conciencia tranquila”.

La modernidad de un ensayo del siglo XIX no ha dejado de inspirar a muchos a lo largo de las décadas. En Getxo vive el escritor Ramiro Pinilla (Bilbao, 1923), en una casona aislada desde 1958, lejos del mapa literario que dibujan los premios y las presentaciones, y tras abandonar el piso alquilado que tenía en Bilbao: “Más que valiente por tomar la decisión de alejarme de todo, fui algo loco. Tiene sentido tratar ahora de convertir a Thoreau en nuestro Norte, de tenerlo siempre a la vista, y en vez de entregar a la sociedad de consumo un cien o un cincuenta por cien de nosotros, entregarle un diez”, confiesa el Premio Nacional de narrativa 2006. “La primera vez que leí Walden, supe que había otro desplazado como yo y que lo contaba muy bien. Fortaleció mis ideas”. Por supuesto, a esa casa “entre manzanos e higueras” había que bautizarla Walden.

Fotograma de ’Girl from Monday’ de Hal Hartley.

En el otro lado del mundo, el director de cine Hal Hartley (Nueva York, 1959) se expresa en términos parecidos. “De Walden me sorprendió su vigencia, las dudas sobre una civilización sólo impulsada por los mercados, expresaba muy bien mis preocupaciones acerca de la vida contemporánea”, declara. “Supe reconocer a un amigo con el que hablar”. No en vano, en una especie de esquizofrenia artística, todos los filmes de Hartley respiran un saludable escepticismo sobre el capitalismo y los medios de comunicación, especialmente en la película —no estrenada en España— Girl from Monday (2005), un trabajo de ciencia-no ficción donde Walden, en semejanza con las lecturas perseguidas de Ray Bradbury, aparece de forma explícita como símbolo de libertad y rebeldía. “El sistema inventa necesidades y, a continuación, nos convence de que tenemos esas necesidades y luego nos venden las diversas cosas inútiles que necesitamos para satisfacer estas necesidades. Creo que con Girl From Monday quería que la audiencia percibiera como yo esta contradicción”, resume este icono del Cine Independiente Americano de los 90, quien asegura trabajar siempre sobre “la tristeza por la pérdida de algo hermoso y emocionante en la humanidad". "La asocio con avaricia, la vanidad y el utilitarismo, lo que en los últimos años tiendo a llamar consumismo”.

’Hacia lo salvaje’ no habla de lo salvaje exclusivamente como naturaleza, sino de alejarse de la civilización para volverse más humano",  Eva Amaral. 

La fascinación por la experiencia Walden no ha dejado de crecer. Cuando el dúo de pop español Amaral titularon en septiembre su último disco Hacia lo salvaje, no hicieron sino incorporarse a un movimiento, aún pequeño y disgregado, pero sólido y cabal que busca recuperar una vida auténtica porque “gastar la mejor parte de la vida en ganar dinero para disfrutar de una dudosa libertad durante la parte menos valiosa” (otra vez Thoreau y su insultante lucidez centenaria) parece un sinsentido.

"No habla de lo salvaje exclusivamente como naturaleza", explicaba Eva Amaral (Zaragoza, 1972), “sino de alejarse de la civilización para volverse más humano. Bajarse del tren, porque si este es el camino por el que vamos, yo me bajo en marcha". Thoreau denominaba “lo salvaje” a ese ideal ascético que trasciende la naturaleza y se acerca a lo espiritual, a la filosofía, a la creación artística. “Me interesa muchísimo Walden y la tradición de las cabañas para el retiro y el ascetismo”, dice el director de cine José Luis Guerin (Barcelona, 1960), quien para uno de sus más recientes proyectos, Correspondencias fílmicas, un cruce de caminos visual y colectivo en el que él intercambiaba cartas con Jonas Mekas, eligió la laguna Walden como escenario de rodaje de una de sus correspondencias fílmicas. ¿El motivo por el ideario de vida sencilla en la naturaleza de Thoreau, ese desaparecer que dice el reciente Premio Nobel de literatura, Thomas Traströmer en uno de sus versos: “Creído por nadie va el que vio un géiser,/huido de aljibe cegado, como Thoreau, y sabe/ desaparecer en lo profundo de su verde interior,/astuto y esperanzado”.

Henry David Thoreau.

Unabomber contra Thoreau

Si seguimos el discurso lógico de análisis de Walden, Guerin da en otra de las claves: la cabaña como un espacio vital, refugio integrado en la compañía “dulce y beneficiosa” de la naturaleza. Un lugar estable, inmóvil, intangible, punto de partida, principio como los que anhelaba Georges Perec. En estos tiempos de crisis económica y cultural, ¿tienen más sentido que nunca las enseñanzas de Thoreau, quien nos empuja a “integrarnos en la única compañía, dulce y beneficiosa, de la naturaleza para poder vivir una vida auténtica?". "Thoreau fue un teórico. Decidió ir a una cabaña a los bosques para demostrar que sus teorías podrían ser verdaderas, pero no estaba escribiendo una especie de manifiesto del Partido Comunista. Sus ideas son lo suficientemente generales como para ser aplicados a situaciones diferentes”, dice Hartley. “Es una bella frase, aunque imposible de llevarla hoy al extremo. Ni siquiera en tiempos de Thoreau, recordemos que su experiencia en la ‘única compañía’ sólo duró dos años”, enfatiza Pinilla. Algunas experiencias suceden por no poder entrar en la cabaña, como el revelador sueño que tiene Hans Castorp en La montaña mágica, quien perdido y agotado en medio de una nevada duerme junto al refugio donde no consigue entrar. “Actualmente, gastamos la mayor parte de nuestras vidas consumiendo, y para poder cambiar esta perspectiva hay que tomar soluciones radicales”, cuenta Miles Seaton, compositor del grupo de folk neoyorquino Akron/Family, quienes escribieron su último disco aislados en una cabaña cerca de un volcán –activo— japonés: “Fue muy inspirador vivir un tiempo aislado, me ayudó a escuchar mejor lo que estaba pasando dentro de mí. El arte espera en lo profundo para ser expresado verdaderamente. Thoreau tuvo una visión romántica de las cosas pero también muy veraz”, reflexiona este músico treintañero cuyos discos invitan a entrar en comunión directa con el ecosistema.

Cuántos lugares quedarán verdaderamente salvajes ahora en América?", Miles Seaton, de Akron/Family.

Las posibilidades de llevar a cabo una experiencia Walden en el 2012 se esfuman por el cambio de escalas en la dialéctica civilización-naturaleza (“¿Cuántos lugares quedarán verdaderamente salvajes ahora en América?", se pregunta el guitarrista de Akron/Family), y porque, como asegura Emilio Ontiveros, “una cosa es verificar el grado de descontento, de desafección de la población respecto de los mercados y otras instituciones en las economías avanzadas, en particular tras la gestión de esta crisis, y otra es creer en que la reacción de esos segmentos de población descontenta será replicar la aventura de Thoreau. Creo que es más probable que la contestación no deje de ser urbana, aun cuando reivindique algunos valores reflejados en Thoreau”. ¿Exceso de idealismo? “¿Por qué ha de ser esto idealismo? Más bien al contrario, no hay una opción más objetiva, más concreta, más ruda y mostrenca que enfrentarte tu solo y sin —casi— mediaciones a la existencia en su grado cero. Uno debe, para empezar, empezar a sobrevivir en el medio, en la soledad, en la compañía, fatigosa e irrenunciable, de una concreción para la que no hay alternativa, comenzando por uno mismo, claro”, asegura de nuevo Samaniego. “Es el estado natural, el de la soledad, de los que buscan cosas dentro de sí mismos. Pero no basta. Todos somos animales sociales. La soledad es un privilegio, no un estado continuo. La sociedad nunca se ha quedado sin mí”, advierte Pinilla. Algunos, como el catedrático Fernando R. de la Flor en su ensayo para el libro Cabañas para pensar sostienen que el ansia por aislarse para crear “ha acabado por disolverse en la atmósfera de una ultramodernidad marcada por la fluencia de cargas informativas (…) y por la necesidad de conectividad absoluta de los agente”, de manera que no es que no se pueda repetir de la experiencia Walden sino que ya las minorías intelectuales ya no creen en ese alejamiento con respecto a las cosas y las casas. “Cada día me siento el deseo de aislarme”, confiesa Hal Hartley: “Pero lucho contra él. Porque esas ganas de estar aislado es una forma de desesperación. El Unabomber (anarquista que enviaba cartas-bomba desde un remota cabaña en Montana a finales de los años setenta) era un desesperado, Thoreau no”.

Portada del libro ’Cabañas para pensar’.

El mero hecho de procurar vivir preservando una autonomía frente a lo colectivo, será una de las máximas para muchos pensadores en los próximos años, y eso que en las revueltas juveniles de 2011 apenas hayan incorporado referencias a la naturaleza, al individuo como unidad de medida. “Vivimos tiempos duros para la lírica. Lo más difícil, hoy, es hacer emerger la personalidad individual. Es como si Thoreau, la ecología y valores tan deseables no entraran en propuestas políticas, comunitarias. La lírica la toca uno”, resuelve Pinilla.

El folk es una cabaña

Cabaña y soledad son dos conceptos que llevan años unidos a la escena de la música folk estadounidense: la cabaña está hecha de los mismos materiales de la naturaleza; Antología de Música Folk Americana, definida por Bob Dylan como “la única música válida”, data de 1952, es obra de Harry Smith, quien dividió los discos, no por capricho, según tres colores, reflejando el agua, el fuego y el aire. El caso reciente más popular de esta conexión es el de Justin Vernon, un joven músico americano quien decidió aislarse en una cabaña para componer el primer disco del proyecto Bon Iver, que le reportó, a posteriori, fama mundial. Tres meses en los bosques de Wisconsin para imitar el retiro a una cueva de Johnny Cash. Cuando estás allí, en medio de la nada, no tienes ninguna distracción, no hay gente merodeando, juzgándote, influyéndote de alguna forma. La naturaleza no es restrictiva, es un buen sitio donde estar cuando quieres ser creativo”, declaró entonces el músico a la revista Rockdelux. La compositora Eilen Jewell o el grupo Akron/Family han declarado haber compuesto discos aislados en cabañas. Otro caso significativo es el del compositor Ray LaMontagne quien compró un terreno en el medio del bosque donde construyó con sus propias manos una cabaña sin electricidad ni agua corriente.

Beatriz G. Aranda para el País

Decálogo para ser feliz

Decálogo para ser feliz

1. La felicidad no es un estado, es una actitud ante la vida.

2. Hay que proponerse ser felices.

3. Creer en nosotros mismos.

4. Aceptar las cosas tal y como nos vienen. Somos humanos y, por lo tanto, cometemos errores.

5. Ver los problemas desde la distancia. Anteponer los pensamientos a los sentimientos.

6. Desear lo que tenemos y disfrutar de ello.

7. Hacer lo que nos gusta. Buscar actividades que nos diviertan y nos permitan disfrutar del tiempo libre.

8. Adoptar una actitud optimista ante la vida.

9. Cultivar el sentido del humor. Es fundamental saber reírse de uno mismo.

10.Apoyarse en la familia. Hacer cosas por los que están a nuestro lado.

Blancanieves no era tan buena

Blancanieves no era tan buena

Había una vez un reino entre dos mares en el que siempre lucía el sol. Tenía un primer ministro al que sus amigos -incluidos los más belicosos- retrataban con cara de cervatillo y al que los ciudadanos querían mucho porque sacó al país de la guerra de Mesopotamia y sentó a su mesa a tantas princesas como príncipes, pero sobre todo porque, a pesar de haber nacido en una que llamaban Ciudad del León, él era tan sencillo como un zapatero. Cuestión de talante, decía él quitándose importancia. Cuando los sabios oyeron esa palabra recordaron que talante, como talento, viene del nombre que en griego tenía una moneda de oro.

Saber que todo podía ser cuestión de dinero no enturbió el ánimo de la ciudadanía, hasta el punto de que esa palabra, como muchas otras, pasó a pronunciarse como si fuera esdrújula. A pesar de que el cielo se había ido nublando en los imperios vecinos, en el reino del talante lucía un sol perpetuo. En parte porque era un sol pintado por Miró para atraer turistas y en parte porque el reino vivía dentro de una burbuja que no dejaba pasar las nubes a cambio, eso sí, de hacer que cada vez el aire estuviera más viciado. Fue entonces cuando se prohibió fumar dentro de los palacios.

Todo era de cuento: los atletas ganaban campeonatos incluso en los antípodas, y las gentes cruzaban el mar para ver el milagro de aquel país en el que los prestamistas daban dinero al que se lo pedía y el primer ministro eliminaba impuestos e incluso repartía monedas cuando le sobraban. Tan seguras parecían las cosas materiales y presentes, que los guías del reino decidieron arreglar las pasadas y espirituales. Fue así como los consejeros del reino decidieron crear un ministerio al que le buscaron el nombre más bonito: igualdad. Duró lo que duraron los talentos de oro y terminó alojado en la casa de la sanidad, pero tuvo tiempo de hacer cosas sensatas y, también, cosas extravagantes.

Entre las últimas estaba buscar una solución, política y correcta, para un viejo problema: la crueldad y el sexismo de los cuentos infantiles. Todo quedó en la búsqueda porque los duendes pincharon la burbuja y las palabras dejaron de ser esdrújulas y agudas -paridad, igualdad y volvieron a ser llanas -prima, riesgo, deuda, soberana. El cuento sigue porque los súbditos del reino pusieron a buscar oro a un registrador de la propiedad cuyo mayor mérito era la paciencia. Continuará, pues.

Fábulas aparte, en la primavera del año pasado, pocos meses antes de convertirse en Secretaría de Estado, el Ministerio de Igualdad promovió una campaña para incentivar la lectura entre los niños de relatos que no estuvieran lastrados por los estereotipos, sexuales y violentos, de los cuentos clásicos de la tradición infantil: Barba Azul, La Cenicienta, La Bella Durmiente...

No es una novedad. El maquillaje y la censura forman parte de la evolución editorial de la literatura para niños tanto como la brutalidad de muchas de las peripecias que la nutren. En 1697, un académico francés llamado Charles Perrault recogió en un volumen ocho cuentos -La Bella Durmiente, Caperucita Roja, El gato con botas, La Cenicienta y Pulgarcito, entre ellos- en los que es difícil desligar lo que se le debe a él de lo que él debe a la tradición. Un siglo más tarde, dos hermanos alemanes, los Grimm, publicaron una recopilación que incluía varios de los cuentos del francés en versiones levemente distintas o muy distintas. Si la Caperucita de Perrault termina con la niña dentro del estómago del lobo, la de los Grimm se prolonga hasta la heroica intervención del cazador.

Eso sí, en tiempos de guerra entre Alemania y Francia, esos relatos desaparecieron de las sucesivas ediciones. Lo mismo que hoy es difícil encontrar una recopilación de la pareja de escritores que incluya El judío entre los espinos, un texto que hasta el menos amante de la pedagogía moderna consideraría racista.

Pero los maquilladores no se conforman con ver cómo Perrault salva a la última mujer de Barba Azul, se empeñan en resucitar a todas las esposas degolladas por él. No obstante, los malos no son los únicos en pasar por el quirófano de la cirugía estética. Los buenos también reciben su ración de edulcorante para hacer de las bellas candidatas a Miss Universo y de los jorobados seres que no producen miedo alguno. Ni que decir tiene que el gran cirujano de la narrativa tradicional no surgió de la literatura, sino del cine: Walt Disney, al que Rafael Sánchez Ferlosio -autor de una novela con niño como Industrias y andanzas de Alfanhuí no duda en calificar de "el gran corruptor de menores y la mayor catástrofe estética, moral y cultural del siglo XX".

La comparación entre el Pinocho que Carlo Collodi publicó en 1882 y el que Disney estrenó en 1940 es más que gráfica: el cascarrabias Geppetto se convierte en un anciano tierno con pez y gato; el tiburón, en ballena y el grillo no desaparece para reaparecer más tarde, sino que se transforma en acompañante de la marioneta que nunca termina de llegar a la escuela. Por supuesto, en el cine nunca se vio lo que puede imaginarse en el libro: a Pinocho contemplando su propia muerte como muñeco.

A veces, la cautela va más allá de lo obvio. Así, no faltan los editores que alertan a sus autores del peligro de que los protagonistas de sus libros corran sus aventuras solos, lejos de la mirada de sus padres. Se trata de poner una red pedagógica donde el relato necesita un salto narrativo. Triple y mortal a veces, pero imprescindible: al lado de un adulto no hay historia posible. Adiós a Pulgarcito, Hansel, Gretel, Caperucita y, de nuevo, Pinocho.

"A menudo los que se asustan son más bien los padres. Y estos a su vez asustan al niño", apunta la experta en cuentos de hadas Clarissa Pinkola, autora de una amplísima antología de relatos de los hermanos Grimm y de un trabajo ya clásico del clásico: Mujeres que corren con los lobos. Allí se pregunta por qué los cuentos de todo el mundo recogen originalmente episodios que no ocultan su cara más brutal. Porque, responde, "no es probable que prestemos atención a la alarma si esta se expresa en términos más blandos". El mismo mecanismo, sugiere, que hoy se usa en las campañas contra el consumo de drogas o contra los accidentes de tráfico.

Por supuesto, todo lo anterior no es cosa de niños. Todavía. No cabe relegar en exceso la chispa primera de relatos que terminan cargados de arquetipos y de interpretaciones morales: el hecho de contar, simplemente. Y su efecto primero: el entretenimiento. En un ensayo antológico titulado con una pregunta, ¿Qué quiere un niño?, el filósofo José Luis Pardo comparaba a los personajes de Pinocho y Buzz Lightyear (el astronauta de la película Toy Story) como ejemplos, respectivamente, de muñeco que quiere ser humano y humano que no sabe que es un muñeco. Pardo, además, reflexiona sobre el carácter amoral de los niños. "La célebre y celebrada inocencia de los niños", dice, "no mienta una incapacidad para hacer el mal, no es que los niños sean buenos; su inocencia está cargada de perversidad; no son ni buenos ni malos porque simplemente carecen de conciencia moral, son capaces de cometer las peores maldades sin sentir remordimiento alguno, les falta la conciencia de culpa".

No es lo único, por cierto, que les falta a los niños, esa peculiar especie de animal racional. También les falta, para su felicidad, conciencia de algo que a medida que crecen se convierte en toda una cadena: el hilo argumental. De ahí que puedan entrar y salir de una historia disfrutando de cada instante como si fuera único. De ahí que nunca terminen de escuchar un cuento de una vez por todas. O de ver una película, la forma moderna de los cuentos antiguos. De ahí que sean capaces de leer (o ver) lo mismo una y otra vez. La ventaja de ser inmortal es que el tiempo no existe. El problema es que creen que todos disfrutan de su misma condición. Walter Benjamin, que tanto escribió sobre la figura del narrador tradicional -narrar no es solo un arte, también es un mérito, decía que la primera experiencia que el niño tiene del mundo no es que los adultos sean más fuertes, sino su incapacidad para la magia. Tenía razón. Jesucristo no era una excepción: todos los niños creen que sus padres son Dios.

JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS para El País

Jacinto Antón para El páis sobre Roma

Jacinto Antón para El páis sobre Roma

Les debemos mucho, casi todo, a los romanos, vale. Recuerden las palabras de Reg, el líder del Frente Popular de Judea, sector oficial, en La vida de Brian -el discurso más celebrado del cine de sandalias después de la arenga del general Maximus (Gladiator) a los frates jinetes de sus turmae y el "¡arre!" de Ben Hur-: "Aparte del acueducto, el alcantarillado, las carreteras, la irrigación, la sanidad, la enseñanza, el vino (eso sí lo vamos a echar de menos), la ley y el orden, ¿qué han hecho los romanos por nosotros?". Roma caput mundi, aeterna urbis, aurea Roma, civis Romanum sum, Romanus sedendo vincit... De acuerdo, de acuerdo. Pero tras la nueva invasión romana que vivimos, la enésima, manifestada en libros de toda clase, películas y series de televisión -hasta La Fura dels Baus se pone romana-, una sospecha empieza a aflorar en nuestros latinos corazones: ¿de verdad nos parecemos tanto?, ¿somos tan romanos realmente?, ¿ese mundo que aparece ante nuestros ojos en páginas, pantallas y escenarios es el nuestro?

Es difícil identificarse, aceptémoslo, con la hosca facilidad de Quintus Dias, el protagonista de la sangrienta película Centurión, para matar a punta de gladio pictos y brigantes; con el sexo morboso y cruel de las matronas de Spartacus -quien haya visto con su hija adolescente la escena de la serie en que las damas obligan a copular ante ellas a un gladiador y a una esclava tardará en olvidarlo ("pues vaya con la antigüedad, papi"), por no hablar de conseguir que la niña lea luego a Ovidio-. Cuesta, decía, sentir afinidad con la despiadada astucia del resucitado pretor Galba en la segunda temporada de Hispania o con platos como las vulvas de cerdo à la Lucio Vero (envenenadas). ¿Un espejo, Roma? Vae!, ¡ay!.

¿Qué es lo que más nos impactaría de la Roma clásica si pidieramos viajar hasta ella?, le pregunto a la gran y amena historiadora Mary Beard, autora de Pompeya o El triunfo romano (ambas en Crítica). "Oh, la suciedad y el olor pestilente, y la pobreza... detrás de la rutilante fachada de mármol".

Lindsey Davis es otra de las personas que más nos han acercado al mundo romano, ella desde las novelas del detective Falco, la XX de las cuales, Némesis, es novedad, como lo es la indispensable Marco Didio Falco, la guía oficial, una delicia enciclopédica para sus muchos seguidores (ambas en Edhasa). Al interrogar a la autora sobre esa extrañeza que nos provocan los romanos, contesta: "Yo he basado mis libros precisamente en la creencia de que los romanos eran como nosotros. Pero siempre digo que hay dos áreas en que su mundo difiere radicalmente del nuestro: la arena (los combates de gladiadores y con animales) y la esclavitud. Desde luego, hay también otra: la posición legal de la mujer, que tenía que ser representada en muchas ocasiones por el cabeza de familia. Muchas ocupaciones le estaban vetadas: ¡de haber vivido entonces yo no me podría ganar la vida como lo hago!",

Davis, noblesse oblige, aprovecha para criticar que en el filme La legión del águila -basada en la conmovedora novela de Rosemary Sutcliff-, el protagonista porta la espada en el lado izquierdo cuando lo preceptivo en el ejército romano era llevarla siempre en el derecho. Ahí queda el dato.

Aparte de que no existían en el mundo romano el café, el té, el chocolate, las patatas o los tomates, (¡un mundo sin todo eso no puede ser el nuestro!), nos choca mucho lo poco que valía la vida, sobre todo si eras un esclavo, "un animal con habla", como dice que los consideraban la arqueóloga Isabel Rodà, directora del Insituto catalán de Arqueología Clásica (ICAC): cuando uno de los suyos rompió sin querer una copa de cristal, Vedio Polión ordenó que lo echaran al estanque de las morenas, a las que había acostumbrado a comer carne humana (ya ven que la historia no se la inventó Robert Harris en Pompeya).

El gran historiador Paul Veyne dice en Sexe et pouvoir a Rome (Tallandier, 2005) que lo que más nos sorprendería de vernos súbitamente trasladados a la antigüedad romana es la violencia, "una brutalidad que corta el aliento". Violencia no solo en el anfiteatro sino en todas las facetas de la vida. No en balde, señala, en las fasces el símbolo de Roma era un hacha de decapitar rodeada de varas para azotar. La mayoría de los grandes líderes políticos romanos tenían experiencia militar de combate cuerpo a cuerpo y habían matado con su propia mano.

No había nada en aquel mundo similar a nuestro humanitarismo. El infanticidio era habitual. Y el abandono de los niños tan corriente que suponía el principal suministro de los mercaderes de esclavos, por encima de los prisioneros de guerra.

No entenderían los romanos que nos parecieran mal los combates de gladiadores, la atroz hemorragia de la arena (Beard calcula que el número habitual de gladiadores en el imperio ascendía a 16.000, ¡el equivalente a tres legiones!). Así que de prohibir los toros, ya ni hablemos. No exisitía algo que nos parece tan esencial como los derechos humanos, una conquista muy reciente, conque los derechos de los animales... Augusto envió al circo para su escabechina a 420 leopardos y 36 cocodrilos, según Plinio. César 20 elefantes y 600 leones. Cómodo mató él mismo en un espectáculo cinco hipopótamos, dos elefantes, un rinoceronte y una jirafa. "Nos sorprende de los romanos su prepotente sentido de dominio de la naturaleza", apunta Rodà.

El espectáculo de la violencia y la crueldad resultaba casi anodino en Roma, trivial. Cuando de niño Caracalla prorrumpió en sollozos en el Coliseo asustado por los alaridos de un condenado a las fieras -damnatio ad bestias- que estaba siendo despedazado por un tigre, la muchedumbre se conmovió... del llanto del futuro emperador, no del pobre tipo supliciado. Nunca hubo cosa tal como una campaña para la abolición de los shows de la arena. Ni siquiera protestas. A Marco Aurelio no le gustaban las luchas de gladiadores, pero porque las encontraba aburridas. "Las fronteras éticas de los romanos estaban situadas en lugares diferentes de las nuestras", recalca Beard.

Entre la gran cosecha reciente de libros de romanos -que incluye títulos como La prisionera de Roma (Planeta), en la que José Luis Corral novela la vida de Zenobia, la reina de Palmira; el imprescindible Manual del soldado romano (por fin en castellano, en Akal), de Matyszak o La cosecha por la libertad (Edhasa), con la que Simon Scarrow, el autor de la feroz saga sobre las legiones centrada en los centuriones Macro y Cato, abre una nueva serie ¡juvenil! protagonizada por un gladiador adolescente-, destaca Gabinete de curiosidades romanas (Crítica, 2011). Su autor, J. C. McKeown, profesor universitario de Clásicas en EE UU, ha recogido en un volumen fascinante "relatos extraños y hechos sorprendentes" del mundo romano. Su lectura resulta muy ilustrativa para ver hasta qué punto los romanos eran diferentes de nosotros.

¡Qué cosas creían! Que a las serpientes les gusta el vino, que las cabras respiran por las orejas... El propio Plinio, que se vanagloriaba de su espíritu científico, daba crédito a los prodigios más disparatados, como que cuando fue derrocado Nerón, un olivar del emperador cruzó la vía pública -también refiere la creencia de que si uno se pone una lengua de hiena entre la planta del pie y la suela del zapato no le ladran los perros-.

Hacían mucho caso los romanos, pueblo supersticioso donde los haya, a los presagios y sueños. "Era por falta de una religión intimista", señala Rodà, "la religión oficial era ceremonial y no podía satisfacer las necesidades más profundas, así que estaban pendientes de presagios y se cargaban de amuletos". Artemidoro de Daldis, autor de una Intepretación de los sueños, apunta que soñar que uno es crucificado anuncia al soltero que va a casarse (!). Dión Casio da cuenta del infausto augurio que pareció a César el que cuando perseguía al ejército de Pompeyo sus estandartes aparecieran infestados de arañas. Marco Aurelio, un tipo que parece tan cabal hizo arrojar al Danubio dos leones vivos para propiciar su guerra contra los marcomanos. Para Mary Beard la historia más estrafalaria del mundo romano es la del banquete ofrecido por Heliogábalo en el que la lluvia de pétalos de rosa lanzada sobre los comensales fue tan copiosa que los asfixió. "Es una historia fuerte, pero ofrece una gran advertencia acerca del emperador: ¡su generosidad puede matarte!".

Los romanos a los que tenemos por tan limpios, no usaban jabón para lavarse sino aceite de oliva. Los retretes domésticos eran una excentricidad (y estaban junto a las cocinas, y no tenían puertas). Lo habitual era usar las letrinas públicas, sin ninguna privacidad. Curioso. Incluso los insultos romanos nos suenan extraños: Domicio Corbulón llamó a Cornelio Fido en el Senado "struthocamelus depilatus", "avestruz pelado", vamos, ni el capitán Haddock. ¿El sexo? "Somos más mojigatos que ellos en relación con el placer y el cuerpo", opina Rodà. "Había menos tabúes. No tenían el concepto de pecado y culpa que es nuestra herencia judeocristiana". A ver quién colgaría hoy en su casa un tintinnabulum, una campanita, con forma de pene...

Hay muchas cosas que damos por sentado de los romanos, pero que no son ciertas. Por ejemplo, apunta Mary Beard, que usaran habitualmente togas. "La toga era una vestimenta formal, no algo para cada día". La historiadora detesta que le pregunten (como le ocurre siempre) qué llevaban debajo de la ropa los romanos. Ahí va la respuesta: subligaculum. Con lo fácil que es decir calzoncillos y bragas...

Eran, parece, los romanos, poco dados a la introspección o al análisis psicológico. La corrupción y la prevaricación reinaban a gran escala, eso nos sorprende menos, pero había un fenómeno que nos resulta estrambótico, el evergetismo: el mecenazgo sobre el dominio público. Los ricos ofrecían servicios a la comunidad -a cambio de clientelismo político-. Los anfiteatros, las termas, la mayoría de los monumentos públicos eran pagados y donados a la ciudad por los poderosos. Como si el metro o la red eléctrica los regalara un particular. No existía una verdadera policía (aunque siempre podías llamar a Falco) y la única manera de conseguir justicia era a menudo tener un buen patrón o una banda de amigos que te echaran una mano: sí, mafiosillo. La serie Roma, que ahora se repone, da una imagen ajustada de eso.

¿Qué decir de la forma en que hacían la guerra los romanos? Salvaje. La guerra total. Las legiones eran una verdadera picadora de carne. Se calcula que la conquista de la Galia por César costó un millón de vidas. El propio Julio anota que en una batalla "casi la totalidad de la tribu de los nervios fue exterminada y con ella su nombre". Como dice Tácito que dijo el cabecilla britano Calgatus, "crean un desierto y lo llaman paz".

"Odio et amo: nuestra visión de Roma puede ser muy ambivalente", resume Isabel Rodà. "Los romanos llevaron al mundo una modernidad y un confort, una calidad de vida, que no hemos recuperado luego hasta el siglo XX, por no hablar del derecho, pero no podemos idealizarlos. Estamos separados: nosotros somos producto de muchas fases intermedias, y del cristianismo". Acabamos con un testimonio de excepción: ¡el del mismísimo Galba! "Me siento bien con la coraza, da empaque", dice Lluís Homar que se ha metido con ganas una segunda temporada en la piel del pretor. Aunque eso no le hace perder la perspectiva: "Los romanos eran diferentes, no te quepa la menor duda; mientras nosotros debatimos sobre el boxeo o los toros, ellos no tenían ningún reparo en emplear la fuerza bruta, ni en convertir la violencia en espectáculo. Los devolvemos a la vida en la ficción, pero su tiempo ha pasado".

Sexus

- Se rumoreaba que la emperatriz Faustina había concebido a Cómodo de un gladiador. Y que Marco Aurelio, siguiendo el sabio consejo de los adivinos, lo había hecho matar, obligado a su mujer a bañarse en la sangre y luego la había tomado sexualmente. Eso no salía en Gladiator...

- Catón de Útica, modelo de virtud romana, prestó su mujer a un amigo (íntimo, este sí) y la volvió a desposar después.

- La homosexualidad pasiva era un delito en un ciudadano, pero en el esclavo era un deber si el amo lo exigía. Ostras y caracoles, ya se sabe.

- No se clasificaba a la gente por el género del partenaire sino en función de si al practicar el sexo se era la parte activa o pasiva. O se tomaba el placer virilmente o se daba servilmente.

- Hacer una felación era un acto vergonzoso. El cunnilingus aún más, infame. La homosexualidad femenina estaba categóricamente prohibida. Tampoco gustaba (socialmente) que la mujer cabalgara al hombre: le molestaba mucho a Séneca.

- El principal sistema anticonceptivo romano era el agua fría. hasta el punto de que una mujer que hacía el amor se denominaba una mujer lavada (puella lauta) y la que lo hacía mucho, una mujer húmeda (puella uda)

- Dión Casio explica el caso de una prostituta que hacía de leopardo para un senador.


¿Roma tembló? No. Fue Lorca (Murcia)

¿Roma tembló? No. Fue Lorca (Murcia)

Martes, 10 de mayo de 2011

Temor por una profecía

Irene Hdez. Velasco (Corresponsal de El Mundo)

Psicosis en la capital italiana por una profecía según la cual
Roma quedará destruida mañana por un terremoto.

Un terremoto destruirá mañana Roma: esa es la profecía que desde
hace meses circula por Internet y que ha terminado generando una
especie de psicosis colectiva entre los habitantes de la capital
italiana. De hecho, y aunque los expertos en sismología
advierten que no hay nada que temer, muchos romanos han decidido
que por si acaso mañana no se quedarán en la Ciudad Eterna para
ver si se cumple o no el temible vaticinio.Aunque aún no hay
cifras oficiales se calcula que mañana podrían no ir a trabajar
entre un 15% y un 20% más de funcionarios de los que faltaron a
su puesto de trabajo el año pasado por estas fechas. También se
espera que muchos niños no acudan al colegio y que numerosas
tiendas y oficinas echen el cierre. Y mientras tanto, los
teléfonos de Protección Civil no paran de recibir llamadas de
personas aterradas ante la idea de que la predicción se pueda
hacer realidad. Síndrome del 11 de mayo

El síndrome del 11 de Mayo, como ha sido bautizado, se basa en
las predicciones que supuestamente habría realizado Raffaele
Bendandi, un científico autodidacta, astrónomo aficionado
(descubrió hace 99 años cuatro nuevos planetas) y entusiasta de
la sismología que llegó a ser bastante famoso en la época de
Mussolini, hasta el punto de que este le concedió el título de
Cavaliere.La leyenda urbana cuenta que Bendandi, que murió en
1979, depositó en 1931 en la Academia Pontifica de las Ciencias
un sobre con varias predicciones que abarcaban hasta el año
2025. Entre otras, que un terrible terremoto destruirá Roma el
11 de Mayo de 2011, es decir, mañana.Bendandi venía de una
familia pobre y no pasó nunca de la escuela elemental. Pero su
pasión por los astros y el subsuelo hizo de él una figura
bastante respetada, hasta el punto de que llegó a ser admitido
en la Sociedad Sismológica Italiana. Sin embargo, acabo siendo
expulsado de esta por insistir machaconamente en que había dado
con el modo de prever los terremotos.Según Bendandi, los
planetas ejercen sobre la corteza de la Tierra una acción
similar a la que la Luna provoca en las mareas. El científico
aficionado estaba firmemente convencido de que cuando se produce
una determinada alineación planetaria la corteza terrestre se
eleva y bajo esta se produce una quiebra, desencadenándose los
movimientos telúricos. Y supuestamente eso es lo que ocurrirá
mañana en Roma.Da igual que los expertos en sismología, con el
Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología a la cabeza,
lleven semanas advirtiendo que no se cumplirá la profecía. No
importa que desde hace tiempo la fundación dedicada a Raffaele
Bendandi y que custodia todos sus documentos insista en asegurar
que entre los numerosos papeles dejados por el pseudo-científico
no hay ni uno solo en el que se cite la fecha de mañana ni se
mencione la ciudad de Roma. Por no hablar de que el propio
Bendadi rara vez se atrevía a hacer predicciones con más de un
año vistaPero todo eso da igual: la psicosis se ha
adueñado de muchos romanos.

Mujeres desesperadas

Mujeres desesperadas

Leila Ben Ali, la esposa del derrocado líder tunecino, convirtió en persona non grata a Suha Arafat, la viuda y madre de la única hija de Yasir Arafat, en octubre del 2007. Suha fue expulsada de Túnez y privada del pasaporte al torpedear los planes de Leila para convertir a su sobrina de 18 años en tercera esposa del emir de Dubai, de 61 años. La segunda esposa del emir es cuñada de Rania de Jordania. Suha cometió la torpeza de comentar con Rania las intenciones de Leila, seguramente consciente de que Dubai es la cuarta fortuna del mundo árabe. De conseguir el matrimonio, Leila habría sellado un negocio más limpio que sus habituales tropelías políticas. Suha tuvo que salir disparada a La Valeta, precisamente a una propiedad de Gadafi. "¡No puedo creer lo que ella me ha hecho!", lamenta la viuda ante el embajador estadounidense, según Wikileaks.

Suha recuerda mucho a la rubia sexy de Mujeres desesperadas, Edie Britt Williams (también expulsada de la serie cuando la actriz Nicollette Sheridan exigió mayor remuneración), una mujer de difícil acomodo. Es más que probable que Suha ría ahora la caída en desgracia de su expoderosa enemiga. Pero de complicarse todavía más la situación en Libia, ¿qué será de su refugio en La Valeta?

Mujeres desesperadas siempre han existido. Sherezade creó un sistema de embelesamiento sometida a altas presiones. Cleopatra enamoró a Julio César dos años más joven que Ruby robacorazones cuando encandiló a Berlusconi. En Tierra de faraones (Howard Hawks, 1955), Joan Collins recrea a Nellifer, una princesa chipriota tan pobre que solo se tiene a sí misma como tributo al faraón. Devenida en segunda esposa, Nellifer conspira para asesinar a la primera y quedarse con el valioso collar del faraón. Al igual que a Leila, las cosas no salen como quería y termina enterrada en vida en la majestuosa tumba, sin el collar. Con o sin heroínas y malvadas, la caída en desgracia en 2011 de estos regímenes demuestra cuánto de lo peor de Occidente habían asimilado. Gadafi organizaba castings en Europa para reclutar sus milicias vírgenes. Enfrentaba a sus hijos bien por controlar una cadena de televisión como por liderar la concesión de un refresco gasificado. Descubre el bótox superados los 60 años, quizá sin reparar en que tiene la misma cantidad de letras que islam. Wikileaks nos informa de esta conversión el mismo día que Nicole Kidman anuncia al mundo que ha conseguido desengancharse. Oriente Próximo sirve de reflejo de la decadencia ensimismada de Occidente.

Sorprende la discreción con que Rania de Jordania vive estos jaleos. Rania es palestina, educada en Egipto, agraciada con un rostro que integra a la princesa de Asturias y Paloma Cuevas, es la más vocal y preparada de las damas de Oriente Próximo. También la más delgada, garantía de que todo le sentará bien. Le molesta que se la presente como elegante, considerando que es una manera de minimizarla. No viste velo y dice en la televisión norteamericana que le ocasiona problemas. Su fluido inglés la distingue de cualquier primer ministro árabe o español. Incluso de su propio marido. Igual que Sheikha Mozah, la segunda esposa del emir de Qatar, reconocida por su afición a los turbantes, que mantiene bien tiesos frente a los vientos de cambio en el Golfo. Ambas contrastan la voracidad representada en Leila y madame Mubarak. Su existencia tranquiliza a la industria de la alta costura en París. "Hay nervios porque son nuestras mejores clientas. La emiresa de Qatar gusta tanto de Gaultier que el propio diseñador le insta a comprar otras marcas", informa una fuente del ramo. "Lo interesante es que así como Internet ha sido el verdugo para el liderazgo de sus maridos, para ellas es la manera de seguir comprando sin que nadie lo sepa", agrega la misma fuente. Manteniéndose firmes en sus roles de buenas, y bien vestidas, Rania y Sheikha recuerdan mucho a Farah Diba y la Begum Salima, antiguas protagonistas de la prensa rosa. La exemperatriz sufrió humillaciones de todo tipo tras su expulsión del trono de Irán. Dicen que el general Torrijos se apropiaba de su ropa íntima mientras les acogía en Panamá. Dos de sus hijos se han suicidado. Su poder se ha reducido a ser presencia en bodas, bautizos y funerales regios. Valentino besó su mano en su desfile final. La Begum Salima impuso el turbante en los años sesenta. Exmiss Francia 1930, conoció al que sería agá Jan III en Egipto, casándose en 1944. Durante los años de la posguerra, los dos representaban todo lo que el lujo podía ofrecer. Viuda, gustaba de posar cada año en su villa cerca de Cannes delante de un primoroso lecho de hortensias, cual aparición beatífica en la Costa Azul.

Los tiempos han cambiado mucho y el furor de las revueltas reclama piedad ninguna para las cónyuges dictatoriales. Deseamos ver a Leila humillada, a madame Mubarak escupida. A Suha luchando para llevar a su hijita a Harvard. En Twitter muchos apuntan a que las vírgenes soldado de Gadafi acudan a ¡Sálvame! Mientras, inquieta pensar que Rania y Sheikha se refugian en sus amplias habitaciones y pujan desde sus ordenadores magníficos atuendos para salvar la alta costura y un poquito de Occidente.

 

Boris Izaguirre para El país

José Tomás Esquinas Alcázar

José Tomás Esquinas Alcázar

17/05/2009 ANA J. TORRES ,

–El espacio en prensa es limitado, pero ¿cómo resumiría su trabajo en la FAO durante tres décadas?

--La tarea en la que me empeñé y por la que al principio me llamaron utópico y soñador, con un sentido negativo, fue la negociación de un acuerdo vinculante con el objetivo de que 170 países se sentaran en una mesa para hacer un tratado del mismo nivel jurídico que el de cambio climático: el Tratado Internacional de Recursos Fitogenéticos para la Agricultura y la Alimentación. Este apuesta por una conservación de los recursos, así como una distribución justa de los beneficios derivados del uso de los productos fitogenéticos. Se trata de esos recursos que los países occidentales necesitan y que están en su mayoría en los países en vías de desarrollo. Porque los países ricos son pobres en materia prima. Además, en este acuerdo se reconocen por primera vez los derechos de los agricultores tradicionales, que son los principales guardianes de la diversidad. Así estos agricultores son los beneficiarios de proyectos, investigaciones y programas financiados.

–¿Y cuál era esa gran utopía que le llevó a la FAO en 1978?

Mi sueño era dedicarme al servicio de la humanidad, aunque luego la realidad es muy distinta. Llegas a la FAO pensando en que el mundo es maravilloso, pero desgraciadamente las cosas no son así. Sin embargo, me enamoré de esa utopía que, como decía Unamuno, pasa a ser una posibilidad cuando cuatro o cinco personas creen en ella.

–El panorama ha cambiado mucho en los últimos 30 años…

Sí, pero el fin sigue siendo el mismo: erradicar el hambre. Estamos lejos de conseguir los objetivos del milenio de reducir a la mitad el número de hambrientos para el 2015. La situación no es nada alentadora, porque en el 2008 hemos pasado a casi mil millones de hambrientos. 15 millones de personas mueren de hambre cada año, 30.000 cada día, una cada dos segundos. Esto es mucho más que las muertes por enfermedades, accidentes de tráfico o pestes.

Sin embargo, cuando escuchamos esas cifras, pensamos más en hambre allí…

Pero el problema no es allí. Somos un planetita pequeño y lo que ocurra en cualquier rincón afecta a todos. Si se hunde la nave, al final nos hundimos todos. De ahí surge el debate entre generosidad o egoísmo inteligente. ¿Cuáles son los grandes problemas a nivel internacional que se está planteando el mundo? ¿Una emigración salvaje? Pero, ¿quién cree que se va a contener este fenómeno mientras se mueran de hambre al otro lado del charco? Nadie se arriesga a cruzar el Mediterráneo si está a gusto y feliz en su país.

–¿Cuál debe ser la prioridad?

El hambre y la pobreza es el caldo de cultivo principal en el que crecen las otras lacras como la violencia y el terrorismo. Si todo lo que se dedica a armas o se está invirtiendo en salvar los bancos en los últimos meses se destinase a erradicar el hambre y la pobreza, habríamos resuelto el problema. El presupuesto regular de la FAO para dos años equivale a lo que dos países industrializados utilizan en comida de perros y gatos en una semana, mientras que el presupuesto para 10 años es igual a lo que el mundo gasta en armamentos en un solo día.

–Entonces, ¿es cierto eso de que hay pan para todos?

--No, si no es rentable. El problema del hambre en el mundo no es la falta de alimentos, sino el acceso a ellos. Hoy existen alimentos para dar de comer al doble de la población mundial. Paradójicamente, aunque el 70% de los que pasan hambre están en las zonas rurales, la ayuda al desarrollo de los países industrializados no se dirige a estos lugares, a los que solo destinan un 4% para la agricultura. Según la FAO, la Humanidad ha producido unas 8.000 especies distintas de plantas. Hoy cultivamos unas 150, de las que solo 12 proporcionan el 80% de las calorías de la alimentación mundial, siendo el trigo, el arroz, el maíz y la patata el gran sustento. Estamos aprovechando muy mal esa agro-biodiversidad. ¿Por qué el pan pasa a ser el elemento básico por excelencia cuando producir trigo en países como Perú o Bolivia es carísimo? Porque tras la colonización se hace famoso el refranero nuestro de con pan y vino se anda el camino o es tan pobre que no tiene para pan. El traspaso de las fronteras es el motivo. En algunos países, la exportación de algodón compite con la producción de alimentos, porque los más listos han comprado las tierras para vestir a Occidente, dejando a la madre Tierra sin la posibilidad de producir más.

–¿Qué fábula se le ocurre para que se encauce esa ayuda al desarrollo y la investigación?

Me acuerdo de la historia de un río que se desborda en la selva. Entonces, un mono se agarra a un árbol para salvarse. Cuando ve que todos los animales se están ahogando, le remuerde la conciencia y coge a un pez que, asfixiado, ni siquiera puede hablar. Y el mono dice: lo salvo y ni siquiera me da las gracias. Esto es un ejemplo de cómo nos creemos el ombligo del mundo. Hay que respetar la diversidad cultural en un mundo de crisis.

– Si los fallos del sistema han provocado anomalías, ¿cómo repercutirá la situación actual en la seguridad alimentaria?

--Lamentablemente, muy mal. En España gastamos de media un 17% de nuestro salario en alimentos. Por eso, aunque los precios se dupliquen, podemos seguir comprando. Pero para los que utilizan hasta el 70% de su salario en alimentos, duplicar el precio de los productos es dramático. En más de 50 países en el 2008 ha habido revueltas a consecuencia del encarecimiento de los productos. En un mundo sin fronteras todo afecta y se convierte en una cadena. Por ejemplo, Haití produce para los grandes mercados y, además, los agricultores han sustituido las semillas tradicionales por las comerciales, que son más productivas, pero también más vulnerables, porque son uniformes, no se adaptan al ecosistema ni son capaces de sobrevivir a las enfermedades ni a los cambios. En 1830, en Irlanda, un hongo mató todas las patatas, que eran iguales. Murieron de hambre más de dos millones de personas por esa falta de diversidad, mientras que las variedades inmunes crecían en América, lugar de origen de la patata. A lo largo del siglo XX hemos perdido el 93% de la diversidad.

– ¿La erradicación del hambre y la pobreza es ahora más que nunca una utopía?

– No. No puede ser una utopía porque de ella depende nuestra existencia. Lo que está en crisis es nuestra filosofía de vida, basada en un consumismo sin freno. El 15% de los alimentos que se compran en España terminan sin abrir en el cubo de la basura. Cuando un país como el nuestro hace planes de desarrollo, utiliza indicadores económicos, aunque deberían utilizarse indicadores de felicidad. Los países en vías de desarrollo, que consumen menos, tienen un índice de felicidad más alto. Bután ya propuso en la ONU, en 1999, la utilización del curioso concepto de felicidad nacional bruta.

–¿La ética es fundamental?

“El 15% de la comida que compramos termina sin abrir en la basura”

–Es la base de la solidaridad con las generaciones futuras. En 1855, el gran jefe indio Seattle le escribió al presidente de los EEUU, Franklin Pierce, diciéndole que lo que le ocurra a la tierra le ocurrirá a nuestros hijos. También acertó un proverbio africano: el mundo no nos pertenece, lo tenemos en préstamo.

–Después de toda una vida, ¿uno se acostumbra a los problemas o cada vez estos lo estimulan más a seguir luchando?

–Acostumbrarse a algo es el verdadero problema. En el momento en el que uno se echa atrás, ya está aceptando la realidad que le imponen desde afuera.
Fuente: Diario Córdoba.

El secreto de Meryl

El secreto de Meryl

Streep, un camaleón cuyo rostro se transforma en cada película, ha trabajado con el mismo maquillador y estilista, J. Roy Helland, en cada una de sus cintas desde principios de los 80, cuando obtuvo el Oscar por “La decisión de Sophie”. Su relación profesional es una que la mayoría de los actores sólo pueden codiciar.

“Él colabora en todo lo que ella hace, el cabello y maquillaje son sólo una parte. Creo que es como un par de ojos extra para ella”, dijo la directora de “Julie & Julia”, Nora Ephron.

Las destrezas de Streep como actriz, aunadas al talento de Helland, han dado como resultado papeles memorables que incluyen desde una severa monja, hasta una madre vigorosa y una feroz editora de revistas.

El maquillador Bill Corso dijo que Helland, quien declinó ser entrevistado para este artículo, merece gran parte del crédito por las transformaciones de Streep.

“Existen muy pocos artistas del maquillaje cuya relación con un actor les permite crear tan increíbles personajes”, dijo Corso, ganador del Oscar en 2004 por “Una serie de eventos desafortunados”, en la que Streep desempeña un papel de reparto.

Para Corso la colaboración entre Helland y Streep es estimulante. “Su relación es una entidad rara y singular. Es un matrimonio increíble”, expresó.

El veterano maquillador Leonard Engelman dijo que las peculiares características de Streep hacen de ella un muy buen lienzo.

“Meryl tiene un rostro muy angular, casi cincelado, pómulos muy fuertes. La nariz es bastante dominante, y tiene labios carnosos, bonitos. Pero creo que gran parte del estilo de Meryl proviene de su interior, y de lo que representa”, opinó Engelman, director del rubro de maquillaje y peinado de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas.

“Creo que lo que funciona tan bien es que el maquillaje no es obvio. Uno no quiere ver un par de labios entrando a un salón y una actriz detrás de ellos”, dijo Engelman, principal maquillador de Cher desde 1986.

En “El diablo viste a la moda”, la editora de revista de Streep tiene el cabello blanco y corto y una mirada gélida y fuerte que complementan su guardarropa de alta costura. “Luce muy refinada (en esa cinta)”, dijo Engelman. “El maquillaje de los ojos no es exagerado pero hace que su mirada sea muy fuerte, como si te estuvieran buscando esos ojos penetrantes”.

Estilos más tenues, como el de la severa hermana de anteojos Aloyisius Beauvier en “La duda” o la mamá naturalmente bonita de cabellos dorados en “Mamma Mía!” pueden llevar más trabajo que un exuberante maquillaje. El truco es lograr que la piel luzca perfecta, dijo Engelman. Más allá de una buena genética, Helland ha cuidado muy bien a Streep y su piel, agrega Corso.

Apunta que Helland le cambia la forma de las cejas a Streep en casi cada película, un truco de maquillaje para cambiar la forma y estilo de un rostro.

Normalmente, las reglas del sindicato de maquilladores de la industria exigen que las actrices tengan maquilladores y estilistas separados para un filme. Según Engelman, Streep y Helland lograron una exención hace décadas.

Helland incluso diseña pelucas para Streep.

“Es un gran diseñador de pelucas”, dijo Corso. “Creó esta peluca para Meryl para `Lemony Snicket` que era casi como un personaje en sí. Era un copete gigante con una bola pegada arriba. Cuando ella se movía, sacudía mucho la cabeza, y le sacó a esa peluca todo el jugo posible”.

La estilista londinense Antoinette Beenders, vicepresidenta y directora creativa de Aveda quien ha peinado a Catherine Zeta-Jones y Kate Winslet, dijo que el cabello de Streep es bastante fino, propicio para el uso de pelucas y extensiones.

Como parte de un dúo de cantantes hermanas en “A Prairie Home Companion”, la actriz lució una cabellera rubia ondulada. Hizo de experta del rafting en “The River Wild”, con un look casual que incluyó una gorra de béisbol, y de un ama de casa de la región norcentral estadounidense en los años 60, con una suave melena café, en “Los puentes de Madison County”. En “Silkwood”, lució un corte oscuro y delineador como empleada de una planta nuclear.

Fuente: AP.

¿Ellas son Mariliendres o ellos son Sebastians?

¿Ellas son Mariliendres o ellos son Sebastians?

Según la Wikipedia:

Mariliendre o Mariliendra, expresión castiza castellana (de María, nombre genérico de mujer, y liendre) es un tipo de terminología usado para una mujer heterosexual que se asocia exclusivamente con hombres homosexuales y bisexuales, o mujeres cuyos amigos gays son muy cercanos. Entre los sinónimos se pueden incluir amante del rocío de vientre negro, diosa gay, merluza, o hada madrina.

Su equivalente en inglés (Fag Hag) se origina en la cultura masculina gay de Norteamérica e históricamente era un insulto, pero también puede ser usado como broma o de manera positiva. El objetivo de algunas mujeres que se asocian con hombres homosexuales es ganarse la mayor cantidad de amistades a como dé lugar.

Las mariliendres son a veces estereotipadas como mujeres poco agraciadas o solitarias que están buscando un sustituto para relaciones heterosexuales, o chicas populares y sociables de armas tomar que en secreto sienten atracción hacia hombres homosexuales. De hecho, muchas mujeres que se identifican como mariliendras ya se involucran en una relación romántica.

Esta relación, tal como las más positivas relaciones, se desarrolla generalmente fuera de intereses y opiniones compartidas. Esto ofrece a las mujeres heterosexuales una oportunidad para participar en una comunidad gay donde las artes, la moda, y la literatura son fortalecidas. La comunidad gay también ofrece a las mujeres heterosexuales un ambiente seguro para reuniones o fiestas en libertad relativa de los no deseados avances sexuales.

En entrevistas con hombres homosexuales y mujeres descritas a sí mismas como mariliendras el mayor tema en común es la seguridad. Se puede desenvolver una rica relación entre una mujer heterosexual y un hombre gay sin esa tensión sexual. La relación con las mariliendras permite a los participantes separar la intimidad de la sexualidad.

El término Mariliendre puede incluso referirse a una celebridad femenina que es idolatrada y venerada por hombres homosexuales, o por la comunidad gay en general, pero además también se puede referir a figuras públicas no necesariamente del medio artístico que se han manifestado a favor de los derechos de los homosexuales. Judy Garland ha sido caracterizada como mariliendra (he de ahí el origen de la frase "Amigo de Dorothy" haciendo referencia hacia hombres homosexuales, como Dorothy fue el personaje que Judy Garland hizo en El Mago De Oz). Elizabeth Taylor, Madonna, Cher y Ana Matronic de Scissor Sisters o Kylie Minogue. 

En España Sara Montiel, Alaska, Marujita Díaz, María Jimenez, Karina y otras son ejemplos de este supuesto mariliendrismo.

Cabe mencionar que por lo general la mayor parte de las celebridades femeninas cantantes, bailarinas y actrices representan para muchos transformistas un ejemplo a seguir. Por lo mismo, se comercializan desde prendas de vestir, joyas usadas por la diosa del encanto, hasta muñecas de plástico de todos los tamaños marca Mattel imitando su esbelta figura. Así pues, la comunidad admiradora de mariliendras (la mayoría gays) adquiere ahora todo un capital cultural de posesión, del cual se hacen dueños desde el solo hecho de haberlo adquirido y con un mayor mérito si fueron circunstancias de exclusividad. Lejos de pensar en ser un cupido para los hombres, el gay siente poder con todos esos objetos bajo su posesión, teniendo en cuenta que dichoso sería cualquier hombre deseoso de reinas al tener contacto con esos objetos. Se solía creer que los gays piensan como las mujeres, pero la realidad es que muchos gays no ignoran los deseos del hombre, y de esta manera los hombres tomarían como objetivo al gay para llegar a la cercanía con una esbelta diosa, sirviéndole al gay efectivamente aquel capital cultural de carnada ideal para atrapar a todo aquel hombre que se deje hechizar fácilmente.

El término "mariliendre" no cargaría generalmente las mismas connotaciones negativas que "maricona". El término es usado, sin afán de insultos, por ambos tanto hombres gay como sus admiradoras mujeres. Las terminologías hermabiano, marimacho, chícharo de machorras, chico holandés, perro de machorras, o doctor de alfombra han sido usadas ocasionalmente para referirse a un hombre con extensas amistades platónicas con lesbianas, pero este uso es menos común. En el caso de gay/lesbianas, el término diva machorra es a veces usado para describir una clase similar de relación.

Un hombre heterosexual que tiene similares afinidades con hombres gay es considerado un mayate, pero a veces, el término es más usado para situaciones diferentes. El ejemplo más típico de una versión masculina de mariliendre ha sido aquel hombre heterosexual que utiliza a los gays como cupidos o casamenteros, deseando saber cómo conquistar a esa platónica chica. Ejemplo de eso pueden apreciarse en cintas como Mi Novia Polly, El Padre De La Novia 1 y 2, por sólo mencionar algunas.

En las canciones

  • En Starmania, la canción Un garçon pas comme les autres (Ziggy), habla sobre una joven enamorada de un hombre que siente atracción por otros hombres.
  • Clarika causa curiosidad cuando canta Les garçons dans les vestiaires en 2001.
  • El grupo L-Kan tiene una canción relacionada con la versión casada de las mariliendres, y por tanto, no mariliendres: "Gayhetera".

En el cine 

  • En De repente, el último verano de Joseph Mankiewicz, Catherine, interpretada por Elizabeth Taylor, fascinada por Sebastian, su primo homosexual, acepta acompañarlo de vacaciones y lo ayuda a atraer los hombres que él desea para sí mismo.
  • En Vuelve Amor Mío (1961), Rock Hudson interpreta a un hombre que se hace pasar por homosexual supuestamente con el fin de acercarse a la mujer que ama.
  • En la cinta francesa Folle d’elle (1998), Marc (Jean-Marc Barr) se hace pasar por un hombre homosexual para acercarse a Lisa (Ophélie Winter).
  • En Eating Out (2004), Scott Lunsford interpreta a un joven hombre: Caleb, que al seguir al consejo de su amigo gay decide hacerse pasar por homosexual con el fin de seducir una muchacha que lo atrae y que se considera como una "mariliendra" cuyo mejor amigo es homosexual. El término anglo de "Fag Hag" es por otra parte visible en un momento en la película.
  • Madonna y Rupert Everett en Una Pareja Casi Perfecta (2000) interpretan a una mujer heterosexual y su mejor amigo gay. A diferencia de La boda de mi mejor amigo, en que Everett es el confidente gay del personaje interprado por Julia Roberts, Una Pareja Casi Perfecta gira en torno a su relación, y a la utilidad del personaje interpretado por Madonna.
  • El personaje de Julia Roberts en La Mexicana reveló un tipo de relación "mariliendrisca" con un hombre gay, Winston Baldry, interpretado por James Gandolfini.
  • En la cinta de comedia El diario de Bridget Jones, además de las mejores amigas de Bridget (Renée Zellweger) no puede faltar el amigo gay, Tom (James Callis), artista consumado, lo que convierte a Bridget en mariliendre.
  • En la cinta Fama, el personaje de Doris (Maureen Teefy) es referenciada como mariliendre por salir con un personaje gay.

 

LA CREATIVIDAD

LA CREATIVIDAD

 

 

La creatividad puede definirse técnicamente en psicología como la generación de procesos de información, productos o conductas relevantes para una situación de destreza o conocimiento insuficiente. Es estudiado por la Heurística.

 

Aunque algunos teóricos la definen como la generación de algo que es a la vez nuevo y útil, es difícil alcanzar una definición que acepten la mayor parte de los autores, pues existen tres grandes aproximaciones teóricas a la creatividad:

 

* Como proceso,

* Como característica de la personalidad.

* Como producto.

 

Probablemente una definición que acepta a los enfoques anteriores es: ’Identificación, planteamiento o solución de un problema de manera relevante y divergente.’

 

Cuatro variables son las más frecuentemente utilizadas para medir a la creatividad:

 

* Fluidez: alta frecuencia de ideas.

* Flexibilidad: transformación de las ideas.

* Elaboración: grado de acabado.

* Originalidad: alejamiento de la norma.

 

Cuatro fases (no necesariamente seriadas) parecen estar presentes en el proceso creativo:

 

1. Preparación

2. Incubación

3. Iluminación

4. Verificación

 

En la creatividad influye el llamado pensamiento lateral o divergente. En el ámbito hispánico, el filósofo José Antonio Marina ha estudiado algunos de los aspectos más importantes de la creatividad. El término pensamiento lateral fue propuesto por Edward De Bono para representar todos esos caminos alternativos que no estamos acostumbrados a usar. Según él, la mayoría de la gente solo tiende a ver una forma de resolver el problema cuando sin embargo puede haber varias formas de resolverlo que no son visibles a simple vista.

 

Algunas barreras a la Creatividad

 

De acuerdo con el libro A Whack on the Side of the Head, del psicólogo holandés Roger Van Oech, las principales barreras que una persona se auto impone en el desarrollo de su propia creatividad son las siguientes:

 

- Buscar únicamente una respuesta correcta a los problemas: Cuando se investigan múltiples respuestas podemos generar ideas inusuales y creativas.

- Tener demasiada fe en la lógica: Aplicar la lógica muy pronto en el proceso de generación de ideas hace que las personas cierren los caminos a los pensamientos que pueden producir ideas creativas.

- Seguir siempre las reglas: Si bien las reglas son importantes, a veces hay que hacerlas a un lado para generar ideas nuevas y fuera de lo común.

- Ser demasiado prácticos: Ser prácticos significa tener mucho juicio. El juicio anticipado o prejuicio es la muerte de las ideas.

- Evitar la ambigüedad: Cuando las ideas, hechos o circunstancias son ambiguos o poco claros, la mente trabaja probando nuevas conexiones y patrones. Este proceso conduce a nuevas ideas y descubrimientos por lo que es mejor no evitar la ambigüedad.

- Creer que errar es incorrecto: Si un individuo tiene miedo a cometer errores no asumirá ningún riesgo. La creatividad requiere de ingresar a territorios desconocidos, que a menudo lleva a fracasos. Los errores en lugar de ser temidos deben ser considerados medios o pasos intermedios para llegar a las mejores ideas.

- Pensar que jugar con un problema es un asunto inútil: Jugar con ideas y pensamientos son parte básica del proceso creativo.

- Pensar que un asunto está por fuera del propio campo de conocimiento: Grandes descubrimientos han tenido lugar cuando alguien jugaba con ideas en áreas que no eran de su competencia.

 

Según los estudios de grandes autores en el tema de la creatividad, las personas creativas tienen cualidades esenciales de personalidad:

 

+ Logran desarrollar fluidez de un gran número de ideas antes de llegar a la solución de un problema.

+ Son flexibles en la aproximación a los problemas, pueden ver el problema y atacarlo desde varios puntos de vista.

+ Logran redefinir sus problemas para llegar a múltiples versiones del mismo antes de darle una solución concreta.

+ Buscan la originalidad, distinguirse de los demás.

+ Su motivación es intrínseca, no dependen de ambientes o estímulos externos.

+ Son tolerantes a a la ambigüedad, lo que significa que son capaces de sentirse cómodos trabajando en varios campos o disciplinas a la vez y cuando las circunstancias no son claras.

 

Fuentes:

http://es.wikipedia.org/wiki/Creatividad

CREATIVAMENTE – Diego Parra Duque, Editorial Norma S.A. - 2003 - ISBN 958-04-7648-9

 

Colon irritable

Colon irritable

 

Tratamiento

Tiene que ir enfocado hacia las causas que lo provoca, sumar todo lo positivo que un abordaje mixto físico y mental puede aportarnos y adaptarse a los problemas específicos de cada persona.

En lo referente a la ALIMENTACIÓN:

El aparato digestivo tiene como funciones más destacadas las de digerir y asimilar los nutrientes presentes en los alimentos ingeridos. Por muy buena que fuera nuestra alimentación es imposible que nuestra salud sea óptima si estos procesos no se producen de forma eficaz. Para ayudar en el proceso digestivo se han seguir las siguientes indicaciones:

1. Reducir o a ser posible evitar el consumo de los siguientes alimentos ya que son difícilmente digeribles por el organismo:

o     Azúcar blanca.

o     Cafeína.

o     Exceso de grasas en una sola comida (ej. Fritos)

o     Productos lácteos y trigo de ser alérgico o presentar intolerancia.

o     Bebidas Gaseosas

o     Colorantes, conservantes y aromas artificiales (lo que reconozco que es prácticamente misión imposible).

2. Toma de suplementos dietéticos: Promueven las diferentes funciones del sistema digestivo y nos ayudan a suplir posibles carencias de nutrientes producto de los alimentos procesados, alteraciones en nuestras dietas, cambios en el estilo de vida, carencias constitucionales, ...:

o     Complejo Polivitamínico: Ayude a reparar las deficiencias en nutrientes fruto de las malas digestiones. Siendo alguno de los efectos más importantes:

§      La vitamina C: Contrarresta la acidosis, favorece el sistema inmunológico.

§      El grupo de vitamina B: Desempeña un papel fundamental para el Sistema Nervioso Central, de tal manera que niveles bajos en el organismo llevan consigo una reacción física al estrés disfuncional. Esta vitamina es conocida como la vitamina anti-estrés.

§      La vitamina A: Interviene en la formación de la mucosa que recubre los intestinos.

§      El Zinc: Mejora la reacción al estrés y en el tratamiento de los procesos inflamatorios y participa en la formación de fibras colágeno.

§      El magnesio: Un inadecuado nivel en el organismo perjudica el peristaltismo intestinal.

o     Probióticos: Ayuda a repoblar las paredes intestinales de su flora natural.

o     Fibra: Ayuda a la formación de las heces y por ende a que se pueda producir un adecuado movimiento intestinal.

o     Combinación de enzimas digestivas: Participan en la digestión de los alimentos. Si bien en este caso se habrá de tener la precaución de:

§     NO tomar con el estómago vacío.

§     No tomar en caso de úlceras en el aparato digestivo.

En lo referente al Estrés:

1. Aprendizaje de técnicas de relajación:

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            • Respiración Diafragmática.
            • Relajación Muscular Progresiva
            • Entrenamiento con Biofeedback
            • Controlgrafía

2. Realización de ejercicio físico: El ejercicio físico es una potente arma contra el estrés si bien para que esto sea así hay que hacerse desde la siguiente óptica:

o     Se trata de hacer ejercicio físico agradable tal como andar, montar en bicicleta,... no de ganar una olimpiada. Esto último llevaría a tener más estrés y a empeorar el trastorno.

o     Lo adecuado sería dedicarle 30-40 minutos 3-4 veces por semana. NO VALE hacer en un día 5 horas y no volver hacer nada en un mes, siendo esto también perjudicial.

o     Que la actividad elegida sea de su agrado, porque difícilmente se persevera en algo que no agrada.

o     Consultar con su médico para que le aconseje antes de comenzar cualquier rutina de ejercicio.

3. Apoyo psicológico: Mejorar la autoestima, la confianza en uno mismo, tener alguien con quien compartir los síntomas y preocupaciones, ...

4. Diversión: Bailar, reír, ver una buena película, un buen masaje, una buena ducha,... es un gran antídoto contra el estrés y un homenaje a uno mismo.

AGORAFOBIA TIPO "COLON IRRITABLE"

Los anteriores apartados pueden considerarse como un tratamiento tipo para la mayoría de los casos de Colon Irritable, pero en cuadros más limitantes con habituales ataques diarreicos a menudo erráticos e impredecibles, se pueden desarrollar comportamientos agorafóbicos. Si la agorafobia se define como intenso miedo a situaciones o lugares donde escapar puede resultar difícil o embarazoso o donde en caso de aparecer una crisis de angustia inesperada puede no disponerse de ayuda; la agorafobia tipo "Colon Irritable" se podría definir como un intenso miedo a situaciones en las que sientan que no van disponer de un cuarto de baño en caso de que se presenten los síntomas ya comentados. Esto puede hacer que la persona llegue a tener tanto miedo que no se alejen del baño y convierta su sistema digestivo en el centro de su vida; que sólo acudan a sitios que conozcan que van a tener servicios públicos disponibles, que hagan rutas hasta su lugar de estudio, trabajo o diversión en función de la disponibilidad o no de baños; etc ... En definitiva su vida y su libertad quedan muy restringidas.

En el siguiente cuadro, realizo un análisis para que se comprenda con más exactitud este circuito del miedo que entra en juego en los peores casos de Colon Irritable:

La solución en este punto pasa en primer lugar por tratar las Variables del Organismo reseñadas como son la Intolerancia Alimenticia y la hiperactividad del Sistema Nervioso Autónomo y una vez que se ha avanzado en estos campos, acudir a un tratamiento psicológico como en cualquier agorafobia, que tiene como principal arma, aunque no única, las técnicas de Exposición. Para que esta tenga éxito se han de seguir los siguientes pasos:

o      Hacer una lista en la que de forma precisa se recojan las situaciones que se temen o eviten.

o      Afrontarlas una a una y en grado de dificultad de menor a mayor, pasando de una a otra únicamente después de superar el anterior.

o      Las exposiciones deben ser regulares y prolongadas, es decir, como ejemplo si tienes miedo a ir en Metro, no vale ir en el un par de estaciones, hay que permanecer mínimo una 1 hora, aunque solo hayas tenido problemas los 5 primeros minutos del trayecto. Además mejor si vas en metro todos los días durante una semana aunque no tengas síntomas que estar un día 4 horas y no volver a subir en dos meses.

o      Recordar que las más leve tentativa siempre facilita la siguiente, y aunque no se consiga un éxito "total", esto no es un fracaso, sino una experiencia que nos ayudara en nuestro siguiente reto.

o      Tener presente que nos vamos a sentir seguramente incómodos durante las exposiciones e incluso desearemos abandonar, pero este es el precio que tenemos que pagar si queremos disfrutar de una vida en libertad.

En el cuadro siguiente aparece sintetizado el tratamiento que propongo para poder afrontar con garantías de éxito el Colon Irritable. En color negro aparecen los problemas que disparan la problemática, en color violeta lo que hacer ante ella y en color rojo las consecuencias de la intervención:

http://www.colon-irritable.com/index.html

Procrastinación

Procrastinación

La procrastinación (del latín: pro, adelante, y crastinus, referente al futuro) o posposición es la acción o hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes y agradables.

Se trata de un trastorno del comportamiento que tiene su raíz en la asociación de la acción a realizar con el cambio, el dolor o la incomodidad (estrés). Éste puede ser psicológico (en la forma de ansiedad o frustración), físico (como el que se experimenta durante actos que requieren trabajo fuerte o ejercicio vigoroso) o intelectual. El término se aplica comúnmente al sentido de ansiedad generado ante una tarea pendiente de concluir. El acto que se pospone puede ser percibido como abrumador, desafiante, inquietante, peligroso, difícil, tedioso o aburrido, es decir, estresante, por lo cual se autojustifica posponerlo a un futuro sine-die idealizado, en que lo importante es supeditado a lo urgente.

También puede ser un síntoma de algún trastorno psicológico, como depresión o TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad).

Características 

La procrastinación como síndrome que evade responsabilizarse posponiendo tareas a realizar puede llevar al individuo a refugiarse en actividades ajenas a su cometido. La costumbre de posponer, si bien no se ha demostrado cabalmente, puede generar dependencia de diversos elementos externos, tales como navegar en Internet (que puede llevar a una adicción a la computadora, por ejemplo), leer libros, salir de compras, comer compulsivamente o dejarse absorber en exceso por la rutina laboral, entre otras, como pretexto para evadir alguna responsabilidad o decisión.

Este problema de salud no necesariamente está ligado a la depresión o a la baja autoestima. El perfeccionismo extremo o el miedo al fracaso también son factores para posponer, como por ejemplo al no atender una llamada o una cita donde se espera aterrizar ya una decisión.

Existen dos tipos de individuos que ejecutan esta acción: procrastinadores eventuales y procrastinadores crónicos. Los segundos son los que comúnmente denotan trastornos en los comportamientos antes mencionados.

Algunos autores afirman que existen en la actualidad conductas adictivas que contribuyen a este trastorno de evasión: se refieren, por ejemplo, a las adicciones que, según algunos expertos, existen a la televisión, a la computadora o al sexo, sobre todo a través de Internet. Otros autores afirman que tales adicciones no existen. No obstante, a pesar de que ya hay propuestas de tratamiento para este tipo de problemas conductuales (terapia cognitivo-conductual, sobre todo, que incluye, por ejemplo, la aplicación de opciones en la propia computadora para bloquear voluntariamente el acceso a las páginas de pornografía), se trata de un tema muy nuevo, en el que aún hace falta realizar mucho trabajo de investigación.

Por otra parte, el llamado "síndrome del estudiante" (el hecho de que muchos estudiantes pospongan la entrega de sus trabajos hasta el último minuto del día de la fecha límite) está presente, al parecer, también en otros grupos sociales: en las temporadas en las que se acerca la fecha límite para pagar los impuestos (para presentar las declaraciones mensuales o anuales), las oficinas donde se llevan a cabo esos trámites (los bancos, por ejemplo) se saturan de personas que asisten a realizar ese trámite sólo hasta el último momento. Asimismo, se padece procrastinación al coleccionar muchas opciones, como excusa para no decidirse por alguna acción en concreto.

La procrastinación, en particular, es un problema de autorregulación y de organización del tiempo. Su solución consistiría, entre otras cosas, en lograr una adecuada organización del tiempo, concentrándose en realizar las tareas importantes que tienen un plazo de finalización más cercano. Quien pospone o procrastina una decisión, por no sentirse preparado -esperando que todo se resuelva por sí solo- suele aducir que lo hará después "... en cuanto tenga tiempo", con lo que está presentando, en el fondo, una conducta evasiva e inmadura.

Tipos de procrastinación

Existen tres tipos de procrastinación:

  • Por evasión, cuando se evita empezar una tarea por miedo al fracaso. Es un problema de autoestima.
  • Por activación, cuando se posterga una tarea hasta que ya no hay más remedio que realizarla. Es un problema contrario al anterior.
  • Por indecisión, típico de las personas indecisas que intentan realizar la tarea pero se pierden en pensar la mejor manera de hacerlo sin llegar a tomar una decisión.

De la Wikipedia

ACTORS NOMINATED FOR GAY ROLES

ACTORS NOMINATED FOR GAY ROLES

 


(X = Winner)
Estelle Parsons ("Rachel, Rachel") (1968)
Peter Finch, "Sunday Bloody Sunday" (1971)
Al Pacino, "Dog Day Afternoon" (1975)
Chris Sarandon, "Dog Day Afternoon" (1975)

John Lithgow, "World According to Garp" (1982)
Marcello Mastroianni, "A Special Day" (1977)
James Coco, "Only When I Laugh" (1981)
Robert Preston, "Victor, Victoria" (1982)
Cher, "Silkwood" (1983)
X - William Hurt, "Kiss of the Spider Woman" (1985)
Bruce Davison, "Longtime Companion" (1990)
Tommy Lee Jones, "JFK" (1991)
Jaye Davidson, "The Crying Game" (1992)
X - Tom Hanks, "Philadelphia" (1993)
Greg Kinnear, "As Good as It Gets" (1997)
Ian McKellen, "Gods and Monsters" (1998)
Kathy Bates, "Primary Colors" (1998)
X - Hilary Swank, "Boys Don’t Cry" (1999)
Javier Bardem, "Before Night Falls" (2000)
Ed Harris, "The Hours" (2002)
X - Nicole Kidman, "The Hours" (2002)
Julianne Moore, "The Hours" (2002)
X - Charlize Theron, "Monster" (2003)
X - Philip Seymour Hoffman, "Capote" (2005)
Felicity Huffman, "Transamerica" (2005)
Heath Ledger, "Brokeback Mountain" (2005)
Jake Gyllenhaal, "Brokeback Mountain" (2005)
Judi Dench, "Notes on a Scandal" (2006)

X-Sean Penn , "Milk"(2008)