EL ALCOHOLISMO
Alcoholismo es una palabra difícil de entender.
Sin embargo nadie es demasiado joven (o viejo) para tener problemas con la bebida.
Es así porque el alcoholismo es una enfermedad. Puede darle a cualquiera. Joven, viejo. Rico, pobre. Negro, blanco.
Hay diversas y muy distintas interpretaciones del alcoholismo.
El alcoholismo es una enfermedad, una enfermedad progresiva que no puede curarse pero que, al igual que muchas otras enfermedades, puede contenerse. Esa enfermedad es la combinación de una alergia física al alcohol y una obsesión por la bebida, sin tener en cuenta sus consecuencias, y que es imposible contenerla con sólo la fuerza de voluntad.
Una vez que el alcoholismo se ha apoderado de un individuo, no puede decirse que la víctima esté cometiendo una falta moral. En ese estado, el alcohólico no puede valerse de su fuerza de voluntad, porque ya ha perdido la facultad de decidir si usa el alcohol o si se abstiene de él. Lo importante, entonces, es hacerle frente a la enfermedad y valerse de la ayuda que se le brinda para combatirla. Debe además existir el deseo sincero de recuperarse.
Y no importa cuánto tiempo lleves bebiendo o lo que hayas bebido. Lo que cuenta es cómo te afecta la bebida.
Para ayudarte a decidir si tienes problema con tu manera de beber, hemos preparado estas 12 preguntas. Las respuestas son asunto tuyo y de nadie más.
Si contestas sí a cualquiera de estas preguntas, tal vez sea el momento de echar una mirada seria a lo que te podría estar pasando con la bebida.
Y, si necesitas ayuda o si sólo quieres hablar con alguien acerca de tu manera de beber, llama por télefono, busca en el directorio telefónico a los Alcohólicos Anónimos.
Un simple cuestionario de
12 preguntas diseñado para
ayudarte a decidir
1 ¿Bebes porque tienes problemas? ¿Para relajarte?
2 ¿Bebes cuando te enojas con otros, con tus amigos o tus padres?
3 ¿Prefieres beber a solas, en lugar de hacerlo con otros?
4 ¿Están empezando a bajar tus calificaciones? ¿Estás chapuceando en tu trabajo?
5 ¿Has tratado alguna vez de dejar de beber o beber menos - y fracasaste?
6 ¿Has empezado a beber por la mañana, antes de la escuela o trabajo?
7 ¿Te tragas las bebidas de un golpe?
8 ¿Has experimentado alguna vez una pérdida de memoria debido a tu forma de beber?
9 ¿Mientes acerca de tu forma de beber?
10 ¿Te has metido alguna vez en problemas cuando bebes?
11 ¿Te emborrachas cuando bebes, aunque no sea esa tu intención?
12 ¿Te parece una gran hazaña poder aguantar mucho bebiendo?
¿Soy alcohólico?
Si en repetidas ocasiones bebe más de lo que planea o quiere beber, si se mete en líos o si pierde parcialmente la memoria cuando bebe, puede que sea alcohólico. Sólo usted puede decidirlo. Ningún le dirá si lo es o no.
Sin embargo nadie es demasiado joven (o viejo) para tener problemas con la bebida.
Es así porque el alcoholismo es una enfermedad. Puede darle a cualquiera. Joven, viejo. Rico, pobre. Negro, blanco.
Hay diversas y muy distintas interpretaciones del alcoholismo.
El alcoholismo es una enfermedad, una enfermedad progresiva que no puede curarse pero que, al igual que muchas otras enfermedades, puede contenerse. Esa enfermedad es la combinación de una alergia física al alcohol y una obsesión por la bebida, sin tener en cuenta sus consecuencias, y que es imposible contenerla con sólo la fuerza de voluntad.
Una vez que el alcoholismo se ha apoderado de un individuo, no puede decirse que la víctima esté cometiendo una falta moral. En ese estado, el alcohólico no puede valerse de su fuerza de voluntad, porque ya ha perdido la facultad de decidir si usa el alcohol o si se abstiene de él. Lo importante, entonces, es hacerle frente a la enfermedad y valerse de la ayuda que se le brinda para combatirla. Debe además existir el deseo sincero de recuperarse.
Y no importa cuánto tiempo lleves bebiendo o lo que hayas bebido. Lo que cuenta es cómo te afecta la bebida.
Para ayudarte a decidir si tienes problema con tu manera de beber, hemos preparado estas 12 preguntas. Las respuestas son asunto tuyo y de nadie más.
Si contestas sí a cualquiera de estas preguntas, tal vez sea el momento de echar una mirada seria a lo que te podría estar pasando con la bebida.
Y, si necesitas ayuda o si sólo quieres hablar con alguien acerca de tu manera de beber, llama por télefono, busca en el directorio telefónico a los Alcohólicos Anónimos.
Un simple cuestionario de
12 preguntas diseñado para
ayudarte a decidir
1 ¿Bebes porque tienes problemas? ¿Para relajarte?
2 ¿Bebes cuando te enojas con otros, con tus amigos o tus padres?
3 ¿Prefieres beber a solas, en lugar de hacerlo con otros?
4 ¿Están empezando a bajar tus calificaciones? ¿Estás chapuceando en tu trabajo?
5 ¿Has tratado alguna vez de dejar de beber o beber menos - y fracasaste?
6 ¿Has empezado a beber por la mañana, antes de la escuela o trabajo?
7 ¿Te tragas las bebidas de un golpe?
8 ¿Has experimentado alguna vez una pérdida de memoria debido a tu forma de beber?
9 ¿Mientes acerca de tu forma de beber?
10 ¿Te has metido alguna vez en problemas cuando bebes?
11 ¿Te emborrachas cuando bebes, aunque no sea esa tu intención?
12 ¿Te parece una gran hazaña poder aguantar mucho bebiendo?
¿Soy alcohólico?
Si en repetidas ocasiones bebe más de lo que planea o quiere beber, si se mete en líos o si pierde parcialmente la memoria cuando bebe, puede que sea alcohólico. Sólo usted puede decidirlo. Ningún le dirá si lo es o no.
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