Las lesbianas ocultas de William Shakespeare
Durante cuatrocientos años se pensó que eran invisibles en la obra de William Shakespeare. Ahora, una prestigiosa académica identifica una serie de heroínas lesbianas en sus obras.
Por lo que parece, Hermione, Portia y Beatrice lo eran. El palacio de Cleopatra habría sido un lugar propicio para el amor homosexual y la reina de las hadas, Titania, tenía tendencias sáficas. Esa es la perspectiva de la norteamericana Teodora Jankowski, ex profesora de literatura inglesa de la Universidad de Washington.
En Cuento de invierno, Hermione desaparece durante 16 años cuando su esposo la acusa de tener una aventura. Jankowski plantea que, secretamente correspondida, la cortesana Paulina atendía "todas las necesidades de Hermione, quien se ocultaba en una casa segura en la que una mujer podría abandonarse al erotismo con otra".
En El mercader de Venecia, explica Jankowski, Portia y Bassanio se casan "dando muy pocas evidencias de amarse". Es mucho más probable que Portia estuviera enamorada de Nerissa, su criada.
En Mucho ruido y pocas nueces, Beatrice, el personaje que interpretó Emma Thompson en el cine, podría haber sido amante de Hero, con la que comparte la cama durante un año. Jankowski declara: "Si Hero pudo pecar con un extraño antes de su boda, también es posible que pudiera haberlo hecho con su prima".
Jankowski cita cuatro escenas de Antonio y Cleopatra que tendrían "un nivel muy alto de retórica erótica". Cuando Cleopatra y sus criadas, Iras y Charmian, se reúnen, Charmian dice que prefiere "la longevidad a los higos". Eso haría referencia a la vagina de sus amantes.
Lindsay Posner, que dirige la Royal Shakespeare Company, declaró: "Toda la obra de Shakespeare es tan rica en ambigüedades, que es posible volcar cualquiera de sus obras a las imágenes de nuestra propia cultura.".
La nueva producción de Posner de Noche de Reyes en Stratford-upon-Avon, hace hincapié en la ambigüedad sexual de Viola. "No es algo que yo impuse", dijo. "Es algo que está en el texto y que también Shakespeare debe haber percibido".
"Shakespeare era muy progresista en lo que respecta a la sexualidad. No eludía esos temas. Pero escribía para una sociedad muy conservadora. Es necesario interpretar lo que dice", explica Posner.
Para Jankowski su trabajo llena el "vacío lésbico" que existe en el análisis de la obra de Shakespeare. "Si los hombres invariablemente ignoran a las mujeres del siglo XXI -ya sean lesbianas o heterosexuales-, no es de extrañarse que también se ignore a las mujeres de otras épocas y a los personajes literarios femeninos. Tal vez las lesbianas sean invisibles porque no somos observadores competentes".
Traducción de Cecilia Beltramo
Por lo que parece, Hermione, Portia y Beatrice lo eran. El palacio de Cleopatra habría sido un lugar propicio para el amor homosexual y la reina de las hadas, Titania, tenía tendencias sáficas. Esa es la perspectiva de la norteamericana Teodora Jankowski, ex profesora de literatura inglesa de la Universidad de Washington.
En Cuento de invierno, Hermione desaparece durante 16 años cuando su esposo la acusa de tener una aventura. Jankowski plantea que, secretamente correspondida, la cortesana Paulina atendía "todas las necesidades de Hermione, quien se ocultaba en una casa segura en la que una mujer podría abandonarse al erotismo con otra".
En El mercader de Venecia, explica Jankowski, Portia y Bassanio se casan "dando muy pocas evidencias de amarse". Es mucho más probable que Portia estuviera enamorada de Nerissa, su criada.
En Mucho ruido y pocas nueces, Beatrice, el personaje que interpretó Emma Thompson en el cine, podría haber sido amante de Hero, con la que comparte la cama durante un año. Jankowski declara: "Si Hero pudo pecar con un extraño antes de su boda, también es posible que pudiera haberlo hecho con su prima".
Jankowski cita cuatro escenas de Antonio y Cleopatra que tendrían "un nivel muy alto de retórica erótica". Cuando Cleopatra y sus criadas, Iras y Charmian, se reúnen, Charmian dice que prefiere "la longevidad a los higos". Eso haría referencia a la vagina de sus amantes.
Lindsay Posner, que dirige la Royal Shakespeare Company, declaró: "Toda la obra de Shakespeare es tan rica en ambigüedades, que es posible volcar cualquiera de sus obras a las imágenes de nuestra propia cultura.".
La nueva producción de Posner de Noche de Reyes en Stratford-upon-Avon, hace hincapié en la ambigüedad sexual de Viola. "No es algo que yo impuse", dijo. "Es algo que está en el texto y que también Shakespeare debe haber percibido".
"Shakespeare era muy progresista en lo que respecta a la sexualidad. No eludía esos temas. Pero escribía para una sociedad muy conservadora. Es necesario interpretar lo que dice", explica Posner.
Para Jankowski su trabajo llena el "vacío lésbico" que existe en el análisis de la obra de Shakespeare. "Si los hombres invariablemente ignoran a las mujeres del siglo XXI -ya sean lesbianas o heterosexuales-, no es de extrañarse que también se ignore a las mujeres de otras épocas y a los personajes literarios femeninos. Tal vez las lesbianas sean invisibles porque no somos observadores competentes".
Traducción de Cecilia Beltramo
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