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J. D. SALINGER O EL ESCRITOR INVISIBLE

Jerome David Salinger decidió convertirse en un misterio en 1965, cuando se retiró del mundanal ruido. No soportaba la celebridad ni el éxito ni las entrevistas. Vivía aturullado y decidió retirarse a un rancho sencillo de Cornish (New Hampshire) a escribir con lentitud y a cultivar hortalizas. Consciente de su inmensa fama, guardaba sus manuscritos inéditos en una caja de caudales. La publicación de «El guardián entre el centeno» en 1951 fue como un relámpago: mucha gente se sintió tocada en algún lugar del corazón por el relato de ese adolescente más clarividente que confuso que se rebela contra los valores de la aristocracia, contra la educación y las leyes de los adultos, y decide dar rienda suelta a su imaginación y a su estupor. En su fuga de tres días, Holden Caulfield revolucionó la vida de muchos jóvenes: era un Huckleberry Finn moderno que se declaraba partidario de la pureza adolescente y que mostraba la repugnancia que le provocaban el vacío y el conformismo de sus mayores. Para muchos críticos, ese texto anticipó la rebeldía y las revoluciones de los jóvenes en los años 60.

J. D. Salinger no quiso nunca que escribiesen de él. Le indignaba que hurgasen en su infancia y adolescencia, en los secretos de su familia (durante años se dijo que era hijo de un rabino y que su madre se había cambiado el nombre), que descubriesen sus novias, sus bodas y algunos pecadillos de egoísmo. Ian Hamilton, autor de «En busca de J. D. Salinger» (Mondadori, 1988), escribió su bografía y la crónica de las dificultades con que se encontró: Salinger le denunció en varias ocasiones y fue objeto de algunos procesos. Sin embargo, el libro se lee muy bien, como una novela, y tiene datos jugosos: el más importante, más allá de desvelar «el misterio Salinger», es que «El guardián entre el centeno» puede leerse a la luz de la biografía del escritor. Holden Caulfield, el héroe, tiene mucho que ver con el adolescente que fue Salinger y que vivió en carne propia las contradicciones del siglo.

EL CHICO RICO DE LA CIUDAD
Jerome David Salinger nació en Nueva York el uno de enero de 1919 en el seno de una familia acomodada. Jugó entre los grandes edificios, paseó en bicicleta por Central Park y gozó de estupendos juguetes. Con doce o trece años se mudó a una casa mejor: era un chico rico de la gran ciudad. Cuando rondaba los quince años, su padre creyó que debía matricularse en la Academia Militar de Valley Forge. Allí se manifestó como un tipo especial. Era silencioso y pensativo, pero a la vez resultaba ingenioso y sutil, poseía un sentido peculiar del sarcasmo y se mostraba un tanto presumido y pomposo. Hacía muy bien las imitaciones de compañeros y famosos, y tenía una vocación clara hacia la interpretación. Usaba un lenguaje irreverente y amaba el periodismo y la literatura. A los quince años ya decidió ser escritor, y empezó a redactar los cuentos que le conducirán a la rara e inspirada perfección de su obra maestra.

Entre 1936 y 1937 hizo un viaje por Europa (París, Londres y Viena) y lo aprovechó para escribir relatos. Más tarde, cuando se desató la II Guerra Mundial, participó en ella, sobre todo en Europa, como sargento de infantería e incluso escribió una elegía por sus compañeros muertos. La experiencia bélica nunca le excitó ningún tipo de creatividad. Pero, su constancia y su firme vocación le llevaron a publicar sus primeros textos en la revista «Collier’s» y posteriormente en la mítica «Esquire». En 1941, le ocurrió algo singular: «The New Yorker» le había aceptado un relato sobre un muchacho desertor llamado Holden Caulfield, pero luego lo pensó mejor y se lo rechazó. No se debía alentar a los desertores en un tiempo tan complicado. En aquellos días alimentaba dos pasiones un tanto desapacibles: la de Oona O’Neill, hija del dramaturgo y más tarde esposa de Charles Chaplin, y la de Elizabeth Murray.

EL ÉXITO INSOPORTABLE
Le costó una década publicar el libro «El guardián entre el centeno», que alcanzaría fabulosas cifras de venta y se transformaría en uno de esos libros de culto, en una narración auroral, porque propone una angustiosa, lúcida y humorística búsqueda de la identidad a través de la ironía, el dominio del lenguaje, el desparpajo y la dudosa ejemplaridad de un joven que no se resigna a aceptar lo que la sociedad le ofrece. Se opone a la falsedad con una crítica mordaz que nos abarca a todos, a la humanidad al completo, sin hacer nada exactamente insólito, y expresa los miedos y los fantasmas del anhelo adolescente. La primera traducción al castellano, «El cazador oculto» (por cierto, con ese título lo leyó por vez primera Soledad Puértolas), apareció en Argentina en 1961 y la firmaba Manuel Méndez de Andes; la que podemos leer ahora en Alianza y Edhasa es de Carmen Criado. Ni el propio J. D. Salinger había soñado tal éxito, que se vio ratificado con sus siguientes títulos: «Nueve cuentos» (1953; en la actualidad, Salinger está considerado quizá el mejor cuentista norteamericano junto a Raymond Carver), «Fanny Zooey» (1961) y «Levantad, carpinteros, la vida maestra y Seymour: una introducción» (1963).

Convertido en un fantasma viviente desde 1965, sigue escribiendo. No quiere que le tomen fotos, no ve a nadie, y desprecia a los intrusos. Lo que no puede evitar es ser un mito literario del siglo XX y haber escrito uno de los libros más vendidos y leídos en Estados Unidos y en el mundo entero: millones de jóvenes se ven reflejados en su radical protagonista. Podemos decir que es un relato, un clásico ya, traducido a 30 idiomas, que sigue las huellas del «Wilhem Meister» de Goethe y que encabeza imprescindibles textos de formación o de educación sentimental. Pensamos en «Vida de este chico» de Tobias Wolf, «La senda del perdedor» de Charles Bukowski, «Agostino» de Alberto Moravia, las novelas de Bandini de John Fante o «Los hermosos años del castigo» de Fleur Jaeggy, entre otros.

Jordi Bernet

Jordi Bernet

VÍCTOR JUAN BORROY FRAGMENTO DE UN CUENTO DE MARINOS Y MUJERES

*

Llueve. Fuera la lluvia susurra algo que no entiendo.

Me da igual.

A la tierra también le da lo mismo.

No preguntaremos de dónde viene la lluvia.

Ya no quiero entender nada.

La lluvia suspira al acariciar las hojas de los árboles.

Llueve cuando parecía imposible que lloviera.

Llueve como hablaba mi abuela,

Llueve como cuando sueño que llueve.



*Este es el poema que escribe

en su página web VÍCTOR JUAN BORROY, el escritor inédito favorito de Pepe Melero.

EL SOBERBIO ARTE DE LO BREVE DE EDGAR ALLAN POE

Por Anton Castro

Charles Baudelaire dijo en una ocasión, pensando en Edgar Allan Poe: “Existen destinos fatales”. Baudelaire y a Stephane Mallarmé tuvieron el acierto y la intuición de traducir y promocionar al autor en Europa, de tal modo que casi era más famoso aquí que en su propio país a pesar de que su existencia estaba rodeada de una leyenda trágica. Poe nació en Boston en enero de 1809 y murió en octubre de 1849, en medio de una jornada electoral, completamente ebrio, con esta frase entre los labios: “Que Dios ayude a mi pobre alma”. Casi puede decirse que Poe no tuvo un momento de respiro. De temperamento romántico, exacerbado, inclinado a la locura, a la neurosis y a un montón de pesadillas que no le dejaban dormir, vivió rodeado de espectros, de apariciones, de sentimientos oscuros que poblaron su excitable cerebro. Fue un hombre de increíble encanto: ya desde niño, con sus ricitos de oro y una inteligencia casi apabullante, seducía a todo el mundo.

Hijo de pobres actores ambulantes, que alternaban “Macbeth” y “Hamlet” con piezas sentimentales y comedias musicales, se quedó huérfano a los dos años. Entonces aparecieron en sus días, John y Frances Allan, que durante algún tiempo le dieron una infancia casi dichosa. John Allan era un comerciante escocés que se hizo cargo del desvalido muchacho y lo llevó a su casa, una morada sureña y a menudo espeluznante. El niño, dotado desde muy joven para la literatura, creció entre nodrizas negras y criados esclavos que le contaban a cualquier hora viejas leyendas de aparecidos, relatos sobrenaturales o incluso narraciones de viajes o visitas a los cementerios. La presencia de cadáveres era tan constante en la adolescencia de Poe como los seres humanos. Es decir, se crió en medio de fábulas de terror, pero no sólo eso, el ámbito cultivado de los Allan le permitió acceder a las novelas “góticas” y a un conocimiento enciclopédico. Con sus nuevos padres, pasó cinco años en Escocia y Londres, atmósferas que son perfiladas en uno de sus cuentos más perturbadores, “William Wilson”, y en 1820, regresaron a Estados Unidos. Ingresó en la Universidad de Virginia, pero su vida disoluta –de juego, de alcohol, de constante libertinaje- acabaría enfrentándolo con su padre. Ingresó en West Point y casi a la vez vivió su primera historia de amor con Helen, una mujer mayor que él que se volvió loca y falleció demasiado pronto. Se sospecha que Poe iba a visitarla a su tumba a altas horas de la madrugada. Tampoco hizo carrera como militar y pronto se inclinó hacia la literatura. En 1827 publicó su primer poemario, “Tamerlán y otros poemas”. Jamás abandonaría la poesía, y de hecho su vena lírica caracterizará toda su producción: los extraordinarios cuentos, su única novela “Narración de Arthur Gordon Pym”, a la que incorpora el canibalismo, e incluso su narración o poema cosmogónico “Eureka”, con el cual pensaba que iba a lograr la inmortalidad.

Edgar Allan Poe conquistó la inmortalidad de otro modo: con sus narraciones cortas, que fue publicando en revistas y periódicos, y a las que luego les daba forma de libro. Hace algunos años, Alianza Editorial publicaba en dos volúmenes los “Cuentos completos” de Edgar Allan Poe en la traducción canónica, magnífica, de Julio Cortázar. Hace no demasiados meses Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores reeditaba ese trabajo bajo el título de “Todos los cuentos” (481 y 448 páginas), con ilustraciones de Joan-Pere Viladecans (Barcelona, 1948). Podría decirse que en el primer tomo están las obras maestras, las grandes piezas de Poe, las más sombrías e inquietantes, aquellas que le han hecho famoso por su complejidad temática y su riqueza fenomenológica (locura, neurosis, necrofilia, pasiones terribles, muerte más poderosa que la vida, crueldad, sadismo, romanticismo fúnebre...), y en el segundo están los cuentos más grotescos y humorísticos, pero también aquellos donde propone una modesta glosa a “Las mil y una noches”, como “El cuento mil y dos de Scheherezade”, o los cuentos abiertamente líricos, de una poesía más blanda, como pueden ser “El alce” o “La isla del hada”. También figuran en este segundo libro piezas como “Conversación con una momia”, “El hombre de negocios” o “La esfinge”, fábulas que las propias notas finales de los cuentos consideran su producción secundaria. O menos perfecta que las piezas del primer volumen.

Centrémonos pues en el tomo que abre el estuche. En él figuran la mayoría de las piezas verdaderamente magistrales de Poe, un escritor que poseía una deslumbrante erudición porque había asimilado lecturas de todo tipo: ficción, filosofía, esoterismo o ciencia. Parecía saber de todo y contarlo con un procedimiento indirecto que luego también utilizará Borges, aunque al autor argentino Poe le parecía un escritor enfático y efectista del que rescata su cuento más límpido: “La verdad sobre el caso del señor Valdemar”, el único de los suyos que incorporó a su “Antología de la literatura fantástica”. En efecto, esta es una historia portentosa: el relato de un hombre que ha sido objeto de hipnosis y que vive y habla más allá de la muerte. Este primer volumen se abre con el cuento ya citado, “William Wilson”, uno de los más autobiográficos, la historia del doble y del crápula, y debemos recordar aquí que el tema del doble le interesará mucho a escritores como el citado Borges o Stevenson. “El pozo y el péndulo” transcurre en Toledo y es un descenso a los infiernos de la Inquisición. “Manuscrito hallado en una botella” emplea un artificio que ya había usado Cervantes y que empleará años después el propio Cortázar en “Manuscrito encontrado en un bolsillo”. “El gato negro” señala otro instante de la crueldad y de la obsesión que enturbiaban el sentido de Poe, donde el sadismo alcanza un brillo terrible. “El retrato oval” es una narración en poco más de dos hojas de una precisión conmovedora: puro horror y paradoja. La pasión del pintor es tanta y también su sentido de irrealidad que no se percata de que la pintura –igual que sugerirá Oscar Wilde en “El retrato de Dorian Gray”- al cuajarse de vida y belleza aniquila la beldad de la musa, el candor y la entrega de la enamorada. Quizá sea una de los más redondos cuentos de género de Poe, de admirable concisión.

También figuran aquí relatos como “El corazón delator”, “El tonel de amontillado” (una de las piezas preferidas por Stevenson y auténtico paradigma del denominado “tono Poe”), “El demonio de la perversidad” o “El entierro prematuro”, cuentos de constante violencia y desquiciamiento donde se habla de seres heridos por la neurosis en algún lugar del cerebro. “Un descenso al Maelström” es una pieza inspirada en algunos momentos de su adolescencia y emparentado con “Gordon Pym”; el rodar del remolino que todo lo arrastra y los minuciosos datos científicos de la pieza están tomados de la “Enciclopedia Británica”. Hay otras piezas de una recrofilia casi insoportable, puras pesadillas, transmigración de almas, estados de locura, e incluso atmósferas incestuosas como la de “La caída de la casa Usher”, para muchos –entre ellos para Roger Corman- el mejor cuento de Poe, aunque él prefería “Ligeia”, que era un paso más allá, hacia lo siniestro y la resurrección, de “Morella”. Con “Berenice” intentó sugerir la vida idílica y a la par miserable que llevó con su “tercera madre” Mrs Clemm y con la hija de ésta y esposa de Edgar, Virginia Clemm, con la cual se casó cuando ella tenía trece años y él 25. Los cuentos de “las mujeres” (“Ligeia”, “Eleonora”, “Morella” y “Berenice”) figuran entre los más amados por él, pero “La caída de la Casa Usher” es una pieza redonda, magnífica, rebosante de atmósferas enfermizas, de dolencia moral, de decrepitud y de muerte, de una muerte que parece más viva y rugiente que la propia vida. Y de personajes enigmáticos, escurridizos, que se mueven en un estadio de locura, patetismo y ocultación.

Siempre se ha dicho que Edgar Allan Poe fue uno de los inventores del género de detectives con la creación del personaje lógico y deductivo August Dupin, que protagoniza “Los crímenes de la rue Morgue”, “El misterio de Marie Roget” (que es la continuación del anterior) y “La carta robada”, y de esa atmósfera es, sobre todo en su segunda parte, “El escarabajo de oro”. Esta primorosa edición bien merece la relectura de Edgar Allan Poe, uno de los más grandes cuentistas de todos los tiempos.

http://antoncastro.blogia.com/2005/diciembre.php

Amir Nikravan

Amir Nikravan

Ray Caesar

Ray Caesar

Edwin A. Abbey

Edwin A. Abbey

Al Parker

Al Parker

Jordi Labanda

Jordi Labanda Jordi Labanda és un joven ilustador que nació en Uruguay el año 1968, y que vive en Barcelona desde los 3 años. Después de estudiar diseño industrial en Barcelona decidió hacerse ilustrador comercial, hasta que llegó ha ser uno de los ilustradores mas cotizados del mundo gracias a la sencillesa de sus trazos al dibujar. Le llamó mucho la atención los dibujos de las revistas americanas y la idea de dibujar dibujos tan estupendos.


BACKGROUND?
Jordi Labanda

Jordi Labanda estudió diseño industrial en Barcelona, donde después decidió hacerse ilustrador comercial. Desde el año 1994 Jordi Labanda trabajó en diferentes periódicos y revistas procedentes de España, incluindo La Vanguardia, El País, Woman, Elle y Vogue, donde la misma editorial incluía también las revistas americanas como Interview, Cosmopolitan, Marie Claire, The New York Times, Wallpaper, entre muchísimas otras. Hasta que el año 1995 empezó a trabajar extensivamente en el mercado internacional. Lo que Jordi decidió hacer fue un "Book" para que se conocieran mas sus dibujos, y ser mas cotizado. Pues gracias a una agencia de ilustradores que le dieron un trabajo para dibujar, pudo ir a New York y a otros sitios mas. Los dibujos de Jordi Labanda además de salir en revistas, paginas web, periódicos e incluso en anuncios de televisión, también salieron en portadas de discos de música.

Antonio de Felipe

Antonio de Felipe Pintor español nacido en Valencia en 1965. Dentro del arte Pop, desarrolla una extensa obra con extensas series donde rinde homenaje al mundo de la publicidad, el cine o la pintura barroca española. También destacan sus series de retratos y la de "vacas". Ha expuesto en Madrid, Cádiz, Barcelona, Granada, Bilbao... y en ciudades europeas como Hamburgo o Bruselas. Ha colaborado con Pedro Almodóvar y su obra ha ilustrado múltiples publicaciones. Sus cuadros forman parte de prestigiosas colecciones, destacando el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Sus exposiciones han dado la vuelta a España. Destacan varios clásicos: Meninas: Burjasot (Valencia), Marbella (Málaga), Zaragoza. Madonnas: Mislata (Valencia), Zaragoza. Divinas: Valencia, Ferrara (Italia). Retratos: Valencia, Murcia. Logotipos: Valencia, Barcelona, Castellón, Granada, Murcia. Muy refrescante: Bilbao, Madrid, Barcelona, Murcia. Lo + pop: Cádiz, Ryder Cup en Algeciras (Cádiz), Córdoba, Huelva, Granada, Albacete, Cuenca, Cáceres, Pamplona, Logroño, Valladolid.

Manuel Vicent

Escritor nacido en Vilavella (1936), Castellón, España. Es licenciado en Derecho, y estudió Filosofía y Letras, y Periodismo. En un principio compaginó su trabajo literario de escritor y periodista con el de galerista de arte. Entre sus obras destacan: Pascua y naranjas (1966), Balada de Caín (Premio Nadal), Contra paraíso, No pongas tus sucias manos sobre Mozart, A favor del placer, Crónicas urbanas, Del café Gijón a Ítaca, Tranvía a la Malvarrosa (1994), Jardín de Villa Valeria (1996), el libro de viajes Por la ruta de la memoria, la pieza teatral Borja Borgia, Los mejores relatos (1997), la recopilación de artículos Las horas paganas (1998); Son de mar, Premio Alfaguara de Novela (1999), Otros días, otros juegos (2002) y la colección de artículos periodísticos Espectros (2000). Como periodista, ha colaborado en el diario Madrid y en las revistas Triunfo y Hermano Lobo. Actualmente escribe en El País.

Rafael de León

Rafael de León


Rafael de León y Arias de Saavedra, nació un jueves 6 de febrero
del bisiesto 1908 en Sevilla, la actual capital de la región de
Andalucía (España), en la misma calle en donde casi 34 años antes
nació el conocido poeta Manuel Machado. Era el primogénito de
la pareja formada por José de León y Manjón y de María Justa
Arias de Saavedra y Pérez de Vargas, condes de Gómara. A los
pocos días de su nacimiento fue bautizado en la iglesia de la
Magdalena, y le fueron impuestos los nombres de Rafael María,
José, Jerónimo, Doroteo, Alberto, Melchor. Entre los vástagos
de familias de la nobleza y la alta burguesía, era muy corriente
atiborrarles de una larga retahíla de nombres que llegaba hasta
lo ridículo.
El año 1916 ingresa Rafael de León en el internado del colegio
jesuita "San Luis Gonzaga" del Puerto de Santa María (Cádiz),
pueblo natal del conocido poeta Rafael Alberti, con el que,
por ser casi coetáneos coinciden en dicho colegio: Años antes,
había pasado por allí el alumno Juan Ramón Jiménez, otro
insigne poeta andaluz.
Años más tarde, estudiaría en otros colegios privados de
órdenes religiosas en las localidades andaluzas del Palo
de Málaga y de Utrera (Sevilla). En el año 1926 inicia
en la universidad de Granada, los estudios de la carrera
de Derecho. Allí llegó a conocer a otro insigne poeta:
Federico García Lorca, con quien entabla una buena amistad.
Tiene Rafael, -a decir de algunos de sus estudiosos-, una
impregnación del estilo poético de García Lorca que se
rezuma a través de toda su obra.
En el año 1931 con la caída de la monarquía, se instala en
España la II República, y el joven Rafael no parece que la
recibe con hostilidad, a pesar de su procedencia de linajes
propicios a la monarquia. Lo que sí quedó claro y se trasluce
a través de su obra poética, la distancia crítica con la que
observa al mundillo de la nobleza. Se cuenta de él -aunque
no está bien confirmado- que llegó a escribir un himno a la
República.
No se conoció que Rafael ejerciera trabajo alguno relacionado
con sus estudios universitarios, pues se dedicó a vivir de las
holgadas rentas paternas, gastando sus dineros en asistir a
los cafés cantantes y teatros de variedades de Sevilla. En
estos ambientes se sentía Rafael "como pez en el agua" y allí
fue haciendo amistades, participando del ambiente liberal y
permisivo que concedía el nuevo régimen republicano. En esos
ambientes fue donde conoció y colaboró con el letrista Antonio
García Padilla, alias "Kola", -padre de la conocidísima actriz
y cantante Carmen Sevilla-, y de aquella relación surgieron
algunas canciones conocidas. Como letrista, "Kola" no llegaba
ni con mucho a la depurada calidad de Rafael; pero éste, aceptó
de buen grado el ser colaboradores en la firma de canciones, ya
que de esa manera se le facilitaba la entrada, por la puerta
grande, en ese mundillo hostil para un aristócrata, de la creación
artística en los cabarets y salas de moda. Situación muy paralela
a la que años más tarde repetiría con el autor teatral Antonio
Quintero; y con los letristas Xandro Valerio y Ochaíta; los
cuales co-firmaron muchas letras de canciones y algunas poesías
con Rafael de León. No es el mismo caso de otro que firmó canciones
con él; ya que se trata de Salvador Valverde, un poeta de calidad
nacido en Buenos Aires en el 1895 y muerto en esa misma capital
en el 1975.
Por aquella época, estando cumpliendo el servicio militar en un
regimiento de Sevilla, conoció a Conchita Piquer cuando actuaba en
el Teatro Lope de Vega. Esta conocida canzonetista de la canción
andaluza/española, puso voz a muchas de sus mejores creaciones de
letras para la canción.
Al año siguiente, 1932, Rafael se traslada a Madrid bajo la
influencia del gran músico sevillano Manuel Quiroga, que junto
con el autor teatral Antonio Quintero, llegaría a formar el
prolífico trío "Quintero, León y Quiroga" con el que tienen
registradas más de cinco mil canciones. Al producirse la guerra
civil española, Rafael de León se encontraba en Barcelona; allí
es encarcelado, como tantos otros del mundo de la farándula,
toreros, cantantes, etc. acusado de monárquico o derechista.
Y allí en la cárcel, quizás para hacer valer su condición de
neutral o tal vez de simpatizante de la causa republicana;
quizás por estricto sentido de la verdad, declara tener una
buena amistad con destacados poetas republicanos como León
Felipe; Federico García Lorca y Antonio Machado. Llegan luego
los años de posguerra en los que Rafael continúa contactando
con el universo de las varietés, que alimentados por los
típicos aires de aquella dictadura, de nacionalismo a ultranza
y bloqueo internacional, se prestan a la creación de un género
muy influenciado del tipismo andaluz y que dio en llamarse
"folklore español". El régimen dictatorial acogió de mil
amores este género que ensalzaba con arte y exageración todo
lo español. Es de aquella época triste y gris para la mayoría
de los españoles, cuando nuestro poeta-letrista empieza a
colaborar con los guiones de una cinematografía ramplona e
impregnada también de un excesivo realzamiento del españolismo
que tanto gustaba a la España oficial. Es de aquella época
también, que bajo la influencia del concepto "hispanidad" se
abrieron las fronteras españolas a las músicas que venían de
los países hermanos de América. Y así llegaron los boleros y
los tangos, muy bien acompañados de los valses peruanos, los
sones cubanos y las rancheras y corridos mexicanos, que
engancharon con facilidad en los gustos musicales españoles
por tratarse de una cultura común. Así se vivió hasta que,
por culpa del aperturismo empezaron a verse invadidas las
emisoras de radio de unos ritmos extranjeros que nos llegaban
desde Estados Unidos, país que acababa de descubrir la dictadura
y la abrazaba sin muchos ascos gracias al incalculable regalo
que le hacía el régimen franquista para que se adueñaran de un
puñado de territorios estratégicos donde asentar sus bases
militares. A partir de la década de los sesenta, cae la barrera
del aislamiento cultural y muchos jóvenes antifranquistas junto
a la progresía izquierdista, en actitud militante comienzan a
despreciar ostensiblemente casi toda la música española e
hispanoamericana y con ella el conocido estilo de la copla
y de la canción andaluza que tan bien había representado el
sello "Quintero, León & Quiroga". A partir de esa época,
vienen unos años bajos para la obra de canciones y poesías
de nuestro gran poeta Rafael de León, el cual un jueves
madrileño frío y gris (9-12-82), muere nuestro insigne poeta
en el más cruel olvido sin ni siquiera haberse llevado en
vida la satisfacción de un merecido homenaje de cariño y
agradecimiento a toda su importante y prolífica obra poética.
* * *
Rafael de León pertenece por derecho propio a la denominada
"Generación del 27" de los poetas españoles, aunque un
incomprensible olvido ha hecho que nunca figure en esa nómina.
De ningún poeta español de este siglo que acaba, han sido tan
recitadas sus poesías y tan cantadas las letras de sus canciones,
pero incomprensiblemente sigue siendo el gran ausente al hacer
recuentos dentro del ámbito de la cultura popular española de
posguerra. La obra poética de Rafael de León, queda dividida
en esos dos grandes apartados: poesías propiamente dichas, y
letras para canciones. En muchos casos unas y otras tienen
un inconfundible parentesco por derivar, alimentarse o
inspirarse las unas de las otras, o viceversa. En casi toda
su obra, inspirada en ambientes muy típicos de Andalucía,
queda reflejado el gracejo popular andaluz, indicado por las
palabras en cursiva, para mejor entender que no pertenecen
al correcto lenguaje español. Su primer libro de poesías
«Pena y alegría del amor» aparece publicado en 1941. Un
segundo libro titulado «Jardín de papel» aparece el año 1943.
Del mismo año se relata que aparece editado en Chile un tercer
libro titulado «Amor de cuando en cuando», pero al no tener
certeza en España de su autenticidad, hay quien sospecha que
se trata de una de tantas ediciones piratas que ha sufrido
la obra de Rafael de León. De las colaboraciones del poeta
a la hora de firmar su obras hemos de reseñar lo siguiente:
En colaboración con Antonio Quintero, las poesías «Profecía»;
"Romance de la serrana loca" y miles de letras de canciones que
haría inacabable esta biografía. En colaboración con Antonio
García Padilla "Kola", las letras de las canciones: "Coplas";
"Arturo"; "Cinelandia"; "Cine sonoro"; "La Rajadesa";
"La deseada"; "Manolo Reyes"; "Siempre Sevilla"; ...
En colaboración con el argentino Salvador Valverde, el
conocidísimo cuplé "Bajo los puentes del Sena" escrito para
ser estrenado por la cupletista Raquel Meyer; y las también
conocidísimas "¡Ay, Maricruz!"; "María de la O"; "Triniá";
y la inolvidable "Ojos Verdes"; entre otras. En colaboración
con Ochaíta, la letra de la conocida canción: "Eugenia de
Montijo"; y algunas pocas más. En colaboración con el poeta
Xandro Valerio, las letras de las más conocidas canciones:
"Tatuaje" y "La Parrala".

Hacia el final de su dilatada carrera de letrista, escribió
para los cantantes Nino Bravo, Raphael y Rocío Dúrcal; y una
de sus letras ganó el primer premio del Festival de la Canción
de Benidorm, el año 1965 bajo el título de "La luna de Benidorm".
Casi todas sus letras fueron musicadas por el prolífico compositor
Manuel Quiroga, pero otras letras fueron musicadas por Juan Solano;
Augusto Algueró y Manuel Alejandro.
El estilo de estrofa poética más abundantemente empleado es el
del romance octosílabo; pero en algunas otras se pueden encontrar
estrofas de seguidilla, soleá, copla, romancillo, redondilla, y
más raramente el soneto y la lira. Aunque tiene algunas poesías
con versos alejandrinos y rima blanca (sin rima), su obra es en
general una rima de alta sonoridad ya que incluso en muchos de
sus romances introduce la rima consonante. Del conjunto de la
obra de Rafael de León, en esta página va la parte menos conocida
pero de igual o mayor valía que las letras de canciones, en cuanto
a la calidad, no así, claro está, en cuanto a la cantidad, que
le ganan por varios miles las canciones a las poesías. Junto a
algunas de sus poesías más recitadas y conocidas por todos,
hemos rescatado de algún cajón olvidado y tal vez cubiertas
de polvo, otras poesías de parecida belleza que
incomplensiblemente no han tenido tanto eco.

 

 



http://www.antonioburgos.com/enlaces/varios/leon.html

Tom de Finlandia

Tom de Finlandia TOM OF FINLAND was born Touko Laaksonen in 1920 in the village of Kaarina, Finland. At the age of nineteen, he moved to Helsinki to attend art college and, for his own personal enjoyment, created his first homoerotic drawings.

Following his release from the army after World War II, Touko began to work in advertising. He continued to draw his fantasies and, urged by close friends, submitted them to the American bodybuilding magazine Physique Pictorial. Because of the conservative social climate in 1957, he chose to be published under the pseudonym "Tom of Finland."

His images were an immediate success, followed by the publication of numerous booklets and anthologies, and since 1973, his work has been exhibited in museums and galleries worldwide.

With his friend Durk Dehner, he founded the Tom of Finland Company in 1979; the Tom of Finland Foundation was formed five years later as a non-profit educational archive to preserve, restore, and exhibit erotic art.

In 1991, he was featured in the film documentary Daddy and the Muscle Academy - The Art, Life, and Times of Tom of Finland. Later that year, he died of complications from emphysema.

Ralf König

Ralf König Ralf König (born 8 August 1960 in Westönnen (today part of Werl/Westfalen, Germany) is one of the best known and most commercially successful German comic artists.
Biography

After attending the German Hauptschule, König completed his apprenticeship as a joiner.

In 1979 he experienced his coming out as a gay man. From 1981–1986, he studied at the public Kunstakademie Düsseldorf with a major in free art. At the same time, he started to publish his comics. His first comic carried the title Schwul-Comix I (Gay-Comix I) and was publiched by the Verlag Rosa Winkel in Berlin.

After living in Soest, Dortmund and Berlin, he lives today in Cologne.

[edit] Work

In his works, König deals mostly with the everyday lives of gays in Germany and other gay themes. He draws in a cartoonish style.

At the beginning of his career he started to write short stories of only a few pages. In 1987 he wrote his first comic with a continuous story (Kondom des Grauens).

His stories are normally written with humor, but some deal with serious themes, for example the tension between having spontaneous sex and the risk of infection of AIDS. Most frequently, he deals with the gay daily routine, which is often based on his own personal experience. Many of his stories also contain an explicit depiction of gay sexual practices.

Ralf König’s works are mainly read by homosexuals, however some of his books (Der bewegte Mann, Wie die Karnickel) are very popular with heterosexual readers as well.

König’s comics are translated into many different languages.

Sebastian Kruger

Sebastian Kruger Sebastian Kruger was born in Hamlin, Germany in 1963. He studied painting and graphic arts and quickly moved on to make his living as a caricaturist, illustrator, and painter.

Kruger’s works are appreciated and collected by many Hollywood notables, and his painterly twists on Bogart, Schwarzenegger John Wayne, The Rolling Stones, are classics of their kind.

Perhaps never before has an artist displayed such an acute ability to capture the essence of those who occupy the public eye.



Perhaps Kruger’s most remarkable talent is his ability to bring diverse painting techniques and styles to a given subject. Kruger’s works range from pencil drawings, to near abstract paintings and then to the near photo realistic, and he has mastered each difficult variant with remarkable aplomb. Though the foundation of most caricature may rest in the exaggeration of the certain of the subjects features, Kruger often ignores the obvious, and focuses on more subtle aspects, still conveying the essence of his subject in a most profound and amusing fashion. Despite such exaggerations and maniacal morphs, Kruger approaches nearly all of his subjects with a level of respect and sincerity. His goal is to reach inside of them and pull out the very essentials of their character. This requires a certain empathy on the part of the artist, as well as the requisite artistic skills.

Sebastian Kruger has had three popular art books published of his works and has a yearly art calendar from Morpheus. Kruger’s art can be seen frequently in Playboy magazine and has also been featured in the likes of Stern, L’Espresso, Penthouse, and Der Spiegel and USA Today. He has recently been working on select motion picture projects.